LA NUEVA FINANCIACIÓN CHOCA CON LA EXIGENCIA DE UN ACUERDO BILATERAL CON EL ESTADO

 

Los cinco partidos catalanes están de acuerdo en la creación de una agencia tributaria y en revisar la aportación catalana a las arcas del Estado

 

 Informe de  I. ANGUERA/M .J. CAÑIZARES  en  “ABC” del 27/01/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

 

BARCELONA. Las propuestas sobre financiación de los distintos partidos catalanes comienzan a arrojar más coincidencias que diferencias. Ello no sólo alimenta la posibilidad de que el nuevo sistema de financiación pueda pactarse durante este semestre, tal como anunció el ministro de Economía, Pedro Solbes el pasado lunes en Barcelona, sino que allana el terreno para la aprobación por consenso del nuevo Estatut d´Autonomia.

El PSC no rechaza la propuesta de CiU, mientras que el PP asegura tener coincidiencias con el modelo de los socialistas y admite la creación de una agencia tributaria catalana. El principal escollo es la bilateralidad en la relación entre Generalitat y Gobierno que defienden CiU y ERC, pero que rechaza PSC y PP. Los consejeros de Economía y Comercio, Antoni Castells (PSC) y Josep Huguet (ERC), respectivamente, intentarán limar diferencias en la reunión que tendrá lugar el próximo lunes, donde al parecer, se expondrá la posibilidad de una reducción gradual del déficit fiscal en cinco años, es decir, de la cuota que Cataluña aporta al Estado y a la solidaridad interterritorial -cifrada en un 10% del PIB-.

Los tres partidos que dan apoyo al Govern, PSC, ERC e ICV-EUiA acordaron en el Pacto del Tinell una reforma que partía de la creación de una agencia tributaria catalana y la reducción progresiva de la aportación de Cataluña al conjunto del Estado, para equipararla a las de las comunidades forales, como elementos básicos. Ese decálogo sigue siendo la base de la negociación para el PSC y también para ICV-EUiA, pero ERC plantea modificaciones.

Así, los republicanos contemplan la reivindicación de capacidad normativa plena para la Generalitat sobre el sistema impostivo. Esto es, que los únicos límites al Gobierno autonómico en esta materia sean las normas comunitarias y el mantenimiento de una presión fiscal harmonizada con el conjunto de España. Además, Esquerra ha adoptado la propuesta de un «cupo catalán» avanzada por CiU, aunque los republicanos reducen la contribuición respecto a la propuesta de la federación nacionalista. ERC propone un contingente del 2% del PIB para pagar todos los servicios comunes que presta la Administración General del Estado, al que se sumaría un 1,2% en solidaridad territorial «temporal y revisable».

La experiencia de la LOFCA

Respecto a la inclusión del modelo de financiación en el nuevo Estatut, los republicanos quieren que establezca claramente que la financiación se negociará de forma bilateral a través de la Comisión Mixta de traspasos. El objetivo de esa concreción es establecer el principio de bilateralidad por encima de la LOFCA, que creó el Consejo de Política Fiscal y Financiera y le dió atribuciones sobre la fijación del modelo de financiación catalán que debe ser igual para todas las comunidades de régimen común. ERC quiere recuperar un tratamiento específico para Cataluña como el de las comunidades forales.

Por su parte, el PSC se resiste a avanzar sus posturas más allá de lo pactado en el Tinell para no cerrar puertas a la futura negociación. En la misma línea, ICV, advierte además contra la voluntad de definir completamente el modelo en el Estatut, y recuerda que el texto estatutario sólo puede fijar los principios rectores para blindarse de una nueva LOFCA. El Pacto del Tinell establece, además de los puntos mencionados, que los ingresos por habitante deben equipararse progresivamente a los de los sistemas de concierto; el compromiso de equiparar las inversiones del Estado en infraestructuras al porcentaje catalán del PIB español; y revisar la contrubición catalana en concepto de solidaridad interterritorial.

Quienes parecen tener perfectamente definida su propuesta -aunque reconocen que no han hecho la extrapolación a otras comunidades autónomas- son los dirigentes de CiU. No en vano, el partido de Artur Mas considera que este asunto debe ser la pieza clave del Estatut. El modelo de CiU añade al concierto vasco una cuota de solidaridad interterritorial. Proponen la creación de una agencia tributaria catalana que recaude, liquide e inspeccione todos los tributos que se pagan en Cataluña, así como una cuota de contribución a los gastos del Estado y a la solidaridad interterritorial, que, en conjunto, no superaría el 4% del PIB (unos 400.000 millones de pesetas).

Lo que no podía imaginar Artur Mas es que, casi de forma automática, los miembros del tripartito acogieran con tan buenos ojos ese modelo de financiación y otorgaran a los nacionalistas un protagonismo «sospechoso». CiU teme el «abrazo del oso» de los socios del tripartito, ya que ese beneplácito resta argumentos a las amenazas de la federación respecto a una posible rebaja de los contenidos estatutarios, una vez se discuta el Estatut en el Congreso. Artur Mas no lo ve claro, y por eso avisó ayer, víspera de su reunión con el presidente Pasqual Maragall, de que la propuesta de «pagar por renta y cobrar por población» lanzada por el President, se contradice con el documento de CiU que tan buena acogida tuvo por parte del conseller Castells.

El auténtico obstáculo es la bilateralidad. El ministro Pedro Solbes ya advirtió de que no es posible ignorar a las otras 16 comunidades. El PP discrepa también de esa bilateralidad, pero ve coincidencias entre sus tesis y las del PSC. Los populares están dispuestos a implicarse más en este debate, eso sí, al margen del proceso estatutario, pues consideran que el Estatut sólo debe contener líneas básicas. Respecto a la cuota de contribución, el portavoz parlamentario del PP, Francesc Vendrell, advierte, en relación a la propuesta de CiU, que «no se puede hacer demagogia con las cifras ni confundir el modelo de financiación con las balanzas fiscales. El problema es más de inversión que de financiación».