LAS DOS CORRIENTES CRÍTICAS DEL PSC PACTAN «UNIDAD DE ACCIÓN» CONTRA EL «NACIONALISMO» DE MARAGALL

 

 Informe de MARÍA ANTONIA PRIETO  en “ABC” del 03.06.05 

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

  

BARCELONA. Las dos corrientes críticas del Partit dels Socialistes de Catalunya, «Ágora socialista» y «Socialistas en positivo», han acordado establecer «unidad de acción» tras comprobar que sus estrategias y objetivos son los mismos. En un encuentro celebrado la noche del miércoles en Barcelona, representantes de estas dos plataformas -que aglutinan a unos 250 militantes de base- se pusieron de acuerdo en unir sus escasos recursos con el fin de denunciar una situación ante la que, dicen, «no podemos seguir callando»: la deriva catalanista del PSC y del Gobierno presidido por Pasqual Maragall.

«Ágora socialista», que durante años ha llevado en solitario la etiqueta de corriente díscola, ha acogido con estusiasmo la reciente aparición de «Socialistas en positivo», la plataforma de un grupo de afiliados que se ha dado a conocer tras enviar cientos de cartas a militantes y dirigentes del PSOE pidiendo amparo, con ironía, ante el triunfo del nacionalismo en Cataluña «gracias al concurso indispensable de nuestros compañeros del PSC».

Tanto «Ágora socialista» como «Socialistas en positivo» coinciden en denunciar una espiral de silencio, de la que también responsabilizan al PSC, que frustra cualquier debate ideológico en Cataluña. Ambos condenan, por ejemplo, la persecución de la lengua castellana, la ausencia de pluralismo y la restricción de los derechos individuales en favor de un proyecto nacionalista «de construcción nacional».

Fraternidad con los pueblos de España

Este colectivo se siente a años luz del sector catalanista y burgués de Maragall y, al mismo tiempo, acumula importantes dosis de decepción y resentimiento hacia los representantes del ala conocida como «españolista», liderada por José Montilla y los todopoderosos alcaldes del cinturón industrial. A ellos les recriminan sus «complejos» y su mimetismo con el entorno nacionalista y con el pensamiento oficial.

La corriente crítica del PSC comparte las denuncias contra el nacionalismo expresadas por un grupo de intelectuales -entre los que se encuentran Félix de Azúa, Albert Boadella, Horacio Vázquez Rial y Xavier Pericay-, pero discrepan de la estrategia a seguir. Según los intelectuales firmantes del manifiesto «Por un nuevo partido político en Cataluña», sólo la creación de una formación de izquierdas no nacionalista aliviaría la presión que ejercen el resto de los partidos catalanes; según los militantes díscolos del PSC, todavía hay posibilidades de reconducir la situación desde las entrañas del propio socialismo pese a que «ni el discurso actual del PSC, ni su minoría dirigente nos merece crédito para cumplir este cometido». «Son necesarias -defiende este colectivo- correcciones a la deriva nacionalista, a la pérdida de fidelidad a su proyecto fundacional, a la lealtad y fraternidad con el resto del PSOE y con los demás pueblos de España, muchos de cuyos descendientes constituimos la espina dorsal del socialismo catalán».

Ya hace años que un sector de la militancia -en algunos momentos animada por los barones del PSC- sueña con recuperar la Federación Catalana del PSOE, desaparecida en 1978 tras la creación del PSC. Fuentes consultadas aseguran que el sector liderado por el primer secretario de los socialistas catalanes y ministro de Industria, José Montilla, y el entorno del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, estarían, de alguna manera, detrás de esta operación con el objetivo de dar un golpe de timón en el socialismo catalán. De hecho, Blanco ya intentó en su día convencer al alcalde de L´Hospitalet de Llobregat, Celestino Corbacho, para que encabezara una rebelión interna que desembocara en la recuperación de la Federación Catalana del PSOE.