LOS INTELECTUALES DENUNCIAN AMENAZAS POR CRITICAR «LA ESCALADA INTEGRISTA EN CATALUÑA»

 

En una rueda de prensa que permitió oír la multiplicidad de voces que compone este nuevo movimiento, reclamaron ayuda ciudadana contra el nacionalismo

 

 Noticia de Iva Anguera de Sojo  en “ABC” del 08.06.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

BARCELONA. Los quince impulsores del manifiesto «Por un nuevo partido político en Cataluña» presentaron ayer la iniciativa con la voluntad de abrir un proceso que «permita regenerar» la clase política catalana y la advertencia de que algunos posibles firmantes no han secundado oficialmente la iniciativa por temor a las repercusiones que esto podría tener en su vida laboral. Así lo denunció el escritor Félix de Azúa, quien señaló estos casos «a modo de ejemplo, porque esto indica la atmósfera que se vive».

Pese a estos inconvenientes, los impulsores del manifiesto explicaron que el texto se presenta con doscientas firmas -aunque el proceso de recogida de adhesiones comienza a partir de ahora- pero podrían haber sido más, porque aseguran haberse visto desbordados por la respuesta obtenida de momento. El objetivo, ahora, es el impulso de una nueva formación política que obtenga representación en el Parlamento catalán «para que se hable en castellano, cosa que ahora es prácticamente imposible, mientras la extrema derecha de ERC exige el catalán en el Congreso», señaló Iván Tubau. Y con vocación de gobierno, pese a reconocer que eso harto difícil.

Aunque el PSC centró sus críticas, no definieron los márgenes de esa futura formación, cuyos ejes deberían ser «el retorno al liberalismo y a la defensa de la ciudadanía» como eje vertebrador de la acción de gobierno. Así lo defenderán en el acto de presentación al público anunciado ayer para el próximo 21 de junio en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

Félix de Azúa

«En pocos lugares de Europa expresar una opinión negativa tiene consecuencias»

El escritor denunció que hay personas que secundan sus tesis pero no se han atrevido a firmar el manifiesto por las consecuencias que esto podría acarrearles y señaló que se trata de una situación excepcional «por lo menos en Europa». Félix de Azúa explicó que «esto sucede donde el poder está establecido como un bloque sin fisuras», en cuyo caso «los insumisos son marginalizados sistemáticamente». Destacó su decepción ante la ausencia de políticas sociales en un gobierno del PSC y alertó de que este partido «es hostil a España y a la Constitución».

Francesc de Carreras

«Tras ver la evolución del PSC desde 1999, nuestro escepticismo es total»

Francesc de Carreras reconoció que su «escepticismo es total» sobre la posibilidad de que el manifiesto consiga que el PSC reconsidere su línea política actual. El catedrático de Derecho Constitucional advirtió que no hay un nexo de unión entre su iniciativa y las corrientes críticas en el seno del PSC, aunque destacó que «es un síntoma». Francesc de Carreras denunció además el hecho de que el tripartito catalán haya fijado como objetivos prioritarios un nuevo Estatuto y una nueva financiación que «no van encaminadas a cubrir las necesidades ciudadanas sino a obtener más poder para tener más poder, no para servir a los ciudadanos».

Arcadi Espada

«Parece que no se pueda hacer política en Cataluña sin partir de la óptica nacionalista»

Convencido de que con la llegada de la izquierda al poder en Cataluña «se cierra la expectativa de cambio que teníamos», el periodista Arcadi Espada explicó que en los últimos comicios votó a los socialistas «y tenía derecho a esperar que no hicieran seguidismo» del nacionalismo. Perdida esa esperanza, Espada lamentó que en Cataluña sólo se haga política «desde la óptica nacionalista» y presentó a los impulsores del manifiesto como «no nacionalistas que defendemos el Estado español, que es lo único tangible». Tampoco consideró al PP un «instrumento útil para combatir el nacionalismo» porque a su juicio este partido se plegó «desde que pactó la caída de Alejo Vidal-Quadras, y ahora Josep Piqué ha aceptado que el preámbulo del Estatuto diga que Cataluña es una nación».

Albert Boadella

«He recibido amenazas que demuestran la escalada integrista»

El director de Els Joglars denunció una amenaza recibida hace dos meses a través de Internet «por supuesto anónima» -y sin relación con el manifiesto presentado ayer-, que para Boadella demuestra «la escalada integrista» que en su opinión se ha producido, «favorecida por los mensajes subliminales de muchos medios de comunicación». Mucho menos subliminal fue su mensaje, cuando calificó a la clase política de «cúmulo de cursis y capullos combinados con salvapatrias».

Félix Ovejero

«La identidad se tiene, no hay que conservarla»

Félix Ovejero denunció que «Cataluña cada vez se parece menos a la Cataluña real» y rechazó hablar de una franja política concreta -derecha o izquierda- para abogar porque el nuevo partido abarque «un espacio común presidido por la idea de ciudadanía». El escritor, que recordó que proviene de la «izquierda radical», señaló que «si nos gastamos el presupuesto en identidad no llega para políticas sociales» y advirtió que «los desatendidos son el 60 o 70 por ciento de los catalanes que tienen su origen fuera de aquí».

Xavier Pericay

«Nuestra confianza en el PSC y el PP es prácticamente nula»

«Oficialmente los únicos partidos nacionalistas son CiU y ERC, los otros no lo son y por tanto se pueden sentir aludidos por el manifiesto», advirtió el escritor y colaborador de ABC Xavier Pericay, quien señaló, sin embargo, que «nuestra confianza es prácticamente nula», convencido de que «ni el PSC ni el PP están dispuestos a combatir al nacionalismo». Constatada la desconfianza en los partidos actuales, anunció que «un proceso que debe tender a regenerar la clase política catalana» para «acercar la política a la realidad catalana» y romper así la situación actual.