LOS INTELECTUALES, CONTRA MARAGALL

 

 Artículo de Luis María ANSON, de la Real Academia Española,   en “La Razón” del

05.06.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 Albert Boadella, Félix de Azúa, Horacio Vázquez Rial y muchos otros intelectuales catalanes han firmado

un manifesto en el que se enfrentan abiertamente con la política de Maragall y Carod-Rovira y propugnan

la creación en Cataluña de un nuevo partido político de izquierdas para combatir la tentación totalitaria

del tripartito, que intenta asfixiar el idioma castellano y las expresiones culturales libres.

Desde dentro del PSC, dos grupos de relieve, Ágora socialistay Socialistas en positivo, dan la razón a los

intelectuales críticos pero creen que la operación se puede hacer desde el partido socialista catalán, reconduciendo los extremismos de un Maragall dominado por el espíritu de panfleto preuniversitario de Carod-Rovira. Estos dos grupos denuncian el acoso al pluralismo, a los derechos individuales y al idioma castellano para favorecer un proyecto de construcción nacional que separaría a Cataluña de España.

No quiero entrar en las razones y sinrazones de unos y otros. Pero vale la pena subrayar que algunos sectores

de la izquierda catalana han empezado ya a reaccionar frente al nacional socialismo del tripartito. Los catalanes más responsables no quieren abandonar la moderación, el equilibrio, el buen sentido, la concordia y la conciliación que presiden la vida española desde hace treinta años. La libertad de todos está amenazada por

la intransigencia, el revanchismo y la inmadurez que emana del entorno de Maragall. Ni el 3 por ciento ni la francofonía ni la corona de espinas son de recibo para una autonomía española tan ponderada y constructiva como es Cataluña.

Tal vez la reacción que desde el mundo intelectual y desde el interior del PSOE empieza a producirse

abra el debate necesario para que la tentación totalitaria del poder no debilite el equilibrio de las instituciones.

 

«Zapatero, embustero» ,

gritaba ayer certeramente la muchedumbre que se manifestaba en Madrid. Genuflexo

ante Carod-Rovira, el presidente por accidente ha mentido sobre los enjuagues suyos con Batasuna exigidos por el líder de ERC y dirigidos por Eguiguren. No podría terminar esta canela de hoy sin descubrirme ante el valor cívico de los manifestantes de ayer.