ENTREVISTA A FRANCESC DE CARRERAS

 

En “La Tribuna”, mayo 2006

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web.


Francesc de Carreras nació en Barcelona en 1943. Catedrático de Derecho Constitucional de la UAB, donde imparte docencia desde 1972. Ha sido miembro del Consejo Consultivo de la Generalitat (1981-1998). Ha colaborado regularmente en “El País” y “El Periódico”, desde 2004 escribe semanalmente en La Vanguardia.

    - Durante la presentación de la Plataforma en Mollet se dijo que la sociedad catalana está enferma. ¿En que se basan para decir algo tan contundente y provocativo?

    
Supongo que lo dije en tono coloquial y ha de tomarse como una metáfora. En todo caso, me refería a lo siguiente: si bien estamos en una democracia, hay determinadas materias – todas aquellas que se relacionan con los presupuestos básicos del nacionalismo catalán – sobre las cuales no hay una completa libertad de expresión sino que existe miedo a expresar en sociedad – incluso entre amigos o en el trabajo, no digamos ya en público – lo que realmente se piensa. En este sentido somos una democracia muy imperfecta.

    - ¿Cree que vamos hacia una dictadura nacionalista?

    Dictadura es una palabra demasiado fuerte para describir nuestra realidad. Creo que estamos en un “régimen”, es decir, en una sociedad en la cual, además de los límites a la libertad que legítimamente establece la ley, la ley democrática, hay otros límites sociales impuestos por unas élites culturales, sociales, económicas y políticas que no se deben rebasar a menos que te quieras exponer a determinadas represalias, a veces muy sutiles. En un Estado de Derecho el único límite a la libertad está en la ley, aquí se trazan límites por otras razones: hay algunos que sin tener ninguna legitimidad democrática determinan qué es la catalanidad, como debe comportarse un buen catalán y quiénes son buenos y malos catalanes. No hay dictadura, claro, pero sí coacción ilegítima al libre desarrollo de la personalidad.

    - La Plataforma Ciutadans de Catalunya se considera no nacionalista, ¿Dígame tres de las grandes mentiras nacionalistas?

    El problema no es tanto de cuantas son las verdades y cuantas las mentiras sino del intento de forzar la construcción de un país basándose en supuestos no reales. Se le suele llamar “construcción nacional” o, peor aún, “reconstrucción nacional”, es decir, volver a lo que antes habíamos tenido y perdimos. Un caso claro de posición reaccionaria, de vuelta atrás en el tiempo. A partir de ahí todo es falso e impuesto. Se impone una historia falsa porque se plantea un pasado idílico: por ejemplo, las “libertades” catalanas de antes de 1714. Se considera que la culpable de todas las desgracias de Cataluña es España. Por ejemplo, la guerra civil fue una guerra de España contra Cataluña, en la que Cataluña perdió y, se supone, que España ganó. Y, tercer ejemplo, que los catalanes pagamos más impuestos que el resto de España, cuando es evidente que las leyes fiscales son iguales para todos.

    - Hay quién piensa que la situación política y social en Catalunya es peor que la del País Vasco ¿Qué piensa al respecto?

    Las comparaciones siempre son odiosas. Pero no creo que ello sea cierto. La violencia y el miedo que la violencia causa – con la consiguiente coacción contra la libertad – han sido muy superiores en Euskadi que en Cataluña. Allí ha habido estos últimos años 40.000 amenazados, cobro de impuesto revolucionario, miles de destrozos y muchos muertos. Aquí esto no pasa, ni ha pasado. No es comparable.

    - Si tanto se exige desde Catalunya el respeto a la pluralidad y diversidad de España, ¿Por qué no se respeta en Catalunya la pluralidad y la diversidad de Catalunya?

    El nacionalismo cree en la homogeneidad, no en la pluralidad. Para los nacionalistas, el pluralismo no rige en la relación entre personas sino entre naciones y dentro de la nación deja de existir porque consideran que allí hay un solo pueblo homogéneo. Por tanto, para los nacionalistas pluralismo quiere sólo decir que en España hay diversas naciones, no que los ciudadanos somos plurales.

    - ¿El derecho de los pueblos está por encima de los derechos de los ciudadanos?

    No existen propiamente derechos de los pueblos sino sólo derechos de los ciudadanos, de las personas. El problema no es que estén por encima o por debajo sino que unos existen y los otros no. Si se habla justificadamente a veces de derechos de los pueblos es en los casos que unos determinados ciudadanos ajenos a un territorio impiden que los habitantes de este territorio disfruten de las mismas leyes que éstos tienen. Por ejemplo, los ingleses en la India se regían por las leyes de Gran Bretaña y los hindúes estaban sometidos a leyes distintas. Era una situación colonial, discriminatoria. En este sentido quizás se puede hablar de que el pueblo indio – las personas indias – tiene derecho a tener las leyes que ellos mismos establezcan para regir su sociedad. Es el derecho a dotarse de un sistema democrático, a no ser discriminados, en este sentido se puede hablar de derecho de un pueblo.

    - ¿Por qué son contrarios a la aprobación del Estatut?, ¿Tan anti catalanes son ustedes?

    Creemos que la reforma del estatuto no era necesaria y que esta reforma ha sido un fraude, un instrumento de los partidos para sus contiendas partidistas y electorales. Además, ha salido un muy mal estatut, no hay espacio ahora para analizar el por qué, pero su contenido y la crítica al mismo la haremos en estas semanas anteriores al referéndum. Considerar que por ser contrario al nuevo estatut se es anticatalán es sencillamente un pensamiento totalitario, antidemocrático, no admitir el pluralismo al que antes nos referíamos.

    - ¿Qué opina del pacto del Tinell?

Es un pacto de gobierno entre PSC, ERC e IC-V que se ha cumplido sólo en muy escasa medida, dada la poca eficacia del gobierno tripartito en otras políticas que no fueran aprobar el estatut.

    - Ustedes confían en presentarse en las próximas elecciones autonómicas. ¿Cuál es la previsión o resultado con el que se sentirían satisfechos?

    Un mal resultado sería no obtener ningún escaño y un excelente resultado sería obtener entre cinco y diez. En todo caso, ya hemos obtenido un muy buen resultado: dar a conocer nuestras posiciones, ser bien recibido por una parte de la sociedad catalana e introducir un debate sobre materias acerca que no se querían destapar ni someter a discusión. En este sentido, ya hemos obtenido un excelente resultado.

 

    - Hace poco ustedes se presentaron como partido y próximamente van realizar su primer congreso. ¿Han tenido apoyos de personas relacionadas con otros partidos? ¿Quiénes?

    Sin duda, de muchos votantes habituales de otros partidos, especialmente del PSC y del PP. También, en menor medida, de CiU y de IC-V. En cuanto a militantes de otros partidos, los que más se han acercado a nosotros han sido los del PSC. Incluso nos han alentado a seguir adelante miembros de su dirección. Hay mucho descontento dentro de los socialistas catalanes, aunque no se atreven a decirlo en público. Pero de donde tenemos mayor número de adhesiones es de aquellos que hace ya años no votan en las elecciones autonómicas y desean hacerlo.

    - ¿Tienen previsto formar listas en las próximas elecciones municipales?

    En principio no, aunque es una cuestión a estudiar. Podríamos intentarlo en algunos municipios.

    - ¿Un consejo inmediato para las personas de izquierdas no nacionalistas?

    Que nos ayuden, que entren a colaborar con nosotros, en último término que se afilien al partido. Precisamente ofrecemos una formación de centro-izquierda no nacionalista pensando en quienes se encuentran huérfanos de un partido que les represente. En el centro-derecha está el PP, pero en el centro izquierda – tras la gestión de los socialistas en el gobierno tripartito y en la elaboración del estatut – no hay nadie. Manuela de Madre, Iceta, Saura y Joan Herrera, han adoptado totalmente el lenguaje nacionalista y aprobaron un proyecto de estatuto en el Parlament de Catalunya que ya han dicho en Convergència y en Esquerra que será el nuevo programa nacionalista durante los próximos años. Si es cierto aquello de “por sus obras los conoceréis”, son unos perfectos nacionalistas.