LA KALE BORROKA CATALANA

 

 Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 12.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

No creo que un solo español se haya creído la razón aducida por el Gobierno para suspender la reunión de ministros de Vivienda europeos en Barcelona. Nuestro estado anda algo renqueante pero aún está muy lejos de ser incapaz de neutralizar a los okupas y movimientos antisistema de Barcelona. Si hubiera que tomarse en serio eso de que «en materia de seguridad, más vale prevenir» del ministro de Interior, los españoles deberían dejar de salir de sus casas para no ser atracados, acosados, golpeados, violados o asesinados. Y, por el momento, no estamos tan desesperados. Tampoco en Barcelona.

La razón es otra. Es electoral e ideológica. Y consiste en que en plena campaña electoral catalana el Gobierno no ha querido protagonizar un enfrentamiento con esos grupos radicales con los que lleva años coqueteando en Cataluña, sean los okupa, los anti-sistema o los radicales nacionalistas. Y aún menos lo deseaba el tripartito. Sus tres partidos tienen intereses, en votos o de imagen, en el área de influencia social de todos esos grupos. Algunos miembros de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona han intentado desmarcarse de la decisión del Gobierno, pero lo han hecho después de haber participado en ella y una vez visto el escándalo causado.

Esta historia viene de lejos. El problema con los okupas de los dirigentes socialistas catalanes, y ahora de los del gobierno central, no es de incapacidad policial para su represión sino de la falta de voluntad política y de claridad ideológica para hacerlo. Joaquim Nadal se justificaba hace unos meses de la siguiente forma: «Si un movimiento que pone el dedo en la llaga de algunas contradicciones del mundo capitalista en lo que respecta a la vivienda nos hace gracia, esto no es exclusivo de la izquierda». Y ni el PSOE ni el PSC desean que esas contradicciones capitalistas entre los ministros de Vivienda y los revolucionarios okupas se pongan en evidencia, precisamente en la campaña electoral.

La escandalosa legalización catalana de los Latin Kings forma parte del mismo problema. No porque los Latin Kings tengan algo que ver ideológicamente con los okupas, pero sí porque según la izquierda catalana se trata de otro grupo de jóvenes marginados. Y aunque sean violentos, sexistas y, sobre todo, muy peligrosos, no sólo se toleran sino que se legalizan.

El eje de la kale borroka catalana se completa con los ultras nacionalistas, los que agredían al PP el martes y en otras muchas ocasiones. Son los parientes más cercanos de los cachorros etarras de las calles vascas, y en Cataluña, igual que en el País Vasco, confraternizan con grupos como los okupa por algunas de sus comunes raíces en la extrema izquierda. ERC e ICV comprenden y arropan ideológicamente sus desmanes. El PSC se siente incómodo pero aún lo está más cuando no tiene más remedio que enviar a la policía a reprimirlos. No vaya a ser que los confundan con la derecha o con los anticatalanes