De Sevilla a Montilla

 

 Artículo de Eduard ESCARTÍN  en  “La Razón” del 25/03/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

La distancia entre Sevilla y la localidad cordobesa de Montilla, o viceversa, es parecida a la que existe entre el ministro Sevilla, que es valenciano, y que, a pesar de su flamante Jordi, debe hablar catalán en la intimidad, y el ministro Montilla, que es andaluz, aunque no de Montilla, y sirve de coartada para que los catalanes de origen inmigrado en el PSC se traguen las maniobras separatistas. El abismo entre lo que  dice Sevilla y lo que el ex alcalde de Cornellà calla o tergiversa es muy hondo por no decir insalvable. Ya se sabe que Zapatero, con su prodigioso discurso político, es capaz de hacer la síntesis de los contrarios, pero ni aun los tópicos del presidente logran esconder que en el Partido Socialista no saben qué hacer con lo que les venga de Cataluña en forma de proyecto de Estatut.

La causa de todo esto reside en la intemperancia verbal de Maragall («el drama está servido») y de las  alegres promesas del entonces candidato socialista, aparte de la bomba de relojería que representa la alianza con ERC. Si dejamos de lado la actitud de compasión cristiana del PP respecto al conseller Saura, el otro partido de la oposición, CiU, ha acabado de perder el norte al afirmar Mas que los objetivos del Plan Ibarreche le parecen bastante apropiados para Cataluña.

El ministro Sevilla, en su magistral conferencia ante el Círculo de Economía, marcó claramente los límites del nuevo Estatut: ni comunidad nacional, ni financiación a la carta, ni troceamiento de la caja de la Seguridad Social, ni apropiación de competencias unilateralmente, etcétera. En cuanto a Solbes, ha afirmado rotundamente que el Estado no dará más dinero que el previsto en la Ley de Financiación de 2001, aunque el que quiera más puede pedirlo a las otras comunidades. Finalmente, para poner música a esta letra, los apólogos de Bono sobre los que pagan más y los hospitales. Ante esto Montilla dice que donde el otro dijo digo quería decir diego. De este diálogo de sordos, aparte de las apuestas de si ganará Sevilla o Montilla, habrá dos damnificados. En primer lugar, Saura, que se quedará sin trabajo; y, en segundo lugar, el Institut d’Estudis Autonòmics, a pesar de los Argulloll, Requejos y Carrillos, grandes teóricos de la plurinacionalidad de España.