CATALUÑA EN EL ANÁLISIS DE RAJOY

Artículo de Juan Carlos Girauta  en “Libertad Digital” del  01.04.08

 

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un comentario al final:

CATALUÑA, LA CLAVE DE TODO

Luis Bouza-Brey, (1-4-08, 9:30)

 

El análisis de Rajoy sobre los resultados electorales tiene la principal virtud de haber llegado por fin y la secundaria de contener un aviso a navegantes. El tenor del aviso no sorprende, pues abunda en un principio consagrado por Aznar: que cada palo aguante su vela. Es decir, quien mejora resultados es que ha trabajado y lo hace bien; quien no los mejora, ha trabajado poco y lo hace mal.

Todo muy lógico, salvo que las premisas implícitas fallan en Cataluña. Y es justamente en Cataluña donde el PSOE ha ganado las elecciones. Esta última afirmación se justifica de varias maneras: el número de diputados obtenidos por el PSC sólo en Barcelona es el mismo que separa a socialistas y populares en el Congreso; el PSC ha obtenido diecisiete diputados más que el PPC; el propio Rajoy ha reconocido que este resultado ha sido "lo más llamativo" del triunfo socialista, y lo ha calificado de "brillante"; todo ello sucede a pesar de que el PPC ha subido de seis a ocho escaños; el origen de tanta brillantez socialista es una campaña de años centrada en el ataque sistemático al PP, presentado como enemigo de Cataluña, como terrible peligro y, a veces, como una banda de asesinos. Por todas estas razones afirmo que el PSOE ha ganado las generales en Cataluña.

Lo que haga a partir de ahora el PP en esta comunidad será decisivo, porque puede invertir una tendencia que garantiza tremendas ventajas al PSOE... o porque puede consolidarla haciendo irrelevante cualquier buen resultado que el PP alcance en el conjunto de España, como es el caso actual: se ha perdido con el apoyo de más del 40% del censo español.

Por eso sería más que un error, sería el más grave error posible que Rajoy no tuviera presentes algunas especiales circunstancias del PPC a la hora de tomar decisiones. Son las principales: que durante siete octavas parte de la anterior legislatura se siguió la estrategia Piqué, de perfil bajo y mimetismo (no hay que añadir "con el ambiente" porque sería redundante); que si el partido no se quedó sin pulso, y si mantuvo alguna coherencia con el discurso nacional fue gracias a la labor de Daniel Sirera, al frente de la comunicación, y de Alberto Fernández, al frente del grupo municipal en Barcelona; que en el grupo popular en el Parlament sobreviven varios diputados de la era Piqué empeñados en obstaculizar la labor del nuevo presidente y en poner públicamente en solfa a su partido. Que cada palo aguante su vela, sí, sólo que el palo principal ya no lo van a encontrar.

Con un comentario al final:

CATALUÑA, LA CLAVE DE TODO

Luis Bouza-Brey, (1-4-08, 9:30)

 

Cataluña es un agujero negro. El agujero negro que abduce el espíritu democrático y respublicano de España hacia el vacío sin fondo de la premodernidad nacionalista. Todo el proceso es una reacción nuclear en cadena que comienza con el primitivismo vasco de los derechos históricos, los privilegios forales y el totalitarismo etarra; que abducen al nacionalismo catalán desde la modernidad y el pragmatismo hacia el soberanismo y la irracionalidad; que abduce a la izquierda catalana hacia la oquedad zombi de sus principios por obra del vacío y la perversión maragalliana; que abduce al PSOE de ZP hacia la traición, la demagogia, la perversión y el oportunismo ciego de la conquista del poder por el poder.

Todo este proceso gigantesco de succión ha conducido a la democracia española a la pérdida del espíritu cívico y respublicano, sustituido por el tropismo entrópico de la subordinación cobarde de la razón al primordialismo sentimental del nacionalismo.

Y esta demenciación va a continuar y consumarse a lo largo de la legislatura, pues nuestros gobernantes son como zombis guiados por el tropismo perceptivo de la adaptación a las señales más primitivas de la sentimentalidad popular.

Por eso, la descomposición continuará cada vez más aceleradamente, pues el PSOE y su gobierno harán sus pactos en la dirección de plegarse al confederalismo de la bilateralidad, la insolidaridad y el privilegio de CIU y el PNV, hasta dañar irreversiblemente todos los parámetros de todas las dimensiones colectivas: economía, identidad histórica, cultura, sentimentalidad e instituciones. El Gobierno dará estos días el salto al vacío que marcará el destino del país hasta la crisis final que se aproxima.

Y esta crisis final sólo se podrá dirigir hacia la regeneración si se comienza a sanear la situación desde Cataluña, pues es aquí donde la degeneración es más absurda, al basarse en una estafa evidente, pero impuesta persistente y hábilmente, con ritmo sigiloso y alevosía, por un sector minoritario de la población a la inmensa mayoría.

Porque en Euskadi la violencia y la resistencia han mantenido un equilibrio prolongado que todavía no se ha decantado del todo, pero en Cataluña, la traición de la izquierda ha desequilibrado la situación interna y del conjunto de España en dirección hacia la crisis final de la democracia. Por eso es vital para la democracia española que lo que queda del espíritu democrático y respublicano inicie con claridad y energía el proceso de regeneración vitalmente necesario para salir del coma y la muerte. Y lo que queda de ese espíritu es el PP, que debe iniciar urgentemente la elaboración de las ideas y actitudes que personificó en su día Vidal-Quadras en Cataluña y que pueden continuar en la actualidad él mismo y personalidades próximas al PP en los medios de comunicación.

Existen además dos pequeños embriones de vitalidad cuyo destino se juega estos días en Cataluña: Ciudadanos parece agonizar y UPyD parece haber abortado de momento. Si el espíritu ciudadano que les dió vida no se descompone, y cuaja nuevamente en un proceso estable y fuerte de regeneración, la esperanza de resurrección de la democracia española será mayor. Pero si el PP se pliega de nuevo a la abducción generalizada, C´s se muere definitivamente, y la UPyD catalana sigue sin dirección, el agujero negro de Cataluña dará fin definitivamente a la destrucción de la democracia española. En las recientes elecciones hemos visto que el lastre catalán desequilibra críticamente la evolución del conjunto del país. Sin Cataluña viva no hay salida no traumática para la democracia en España.