SÍ, SON RUBIANES

 

 Artículo de Federico Jiménez Losantos en “El Mundo” del 13.09.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Sin mayúsculas, porque todo en ellos es minúsculo, desde la formación a la inteligencia pasando por la lealtad y desafiando la honradez. Es muy natural que el partido de Montilla y los 1.000 millones de propina proclame en sus camisetas que todos son Rubianes, pero el pobre Rubianes no es un personaje importante ni un artista ni un titiritero ni un cómico ni un bululú ni un alquilón ni nada de nada de nada. Se ha convertido en una simple referencia arrojadiza de una generación de jóvenes antiguos, maleados, falseados, que aún no han llegado a nada y ya están pasados de todo. De todo lo que pueda atraer la confianza de esos ciudadanos que cada vez votan menos, que en el referéndum pasado no votaron ni la mitad de los que podían hacerlo y que en cada consulta autonómica votan muchísimo menos que en las generales. Claro.

Porque los votantes del PSC son, básicamente, del PSOE. Los militantes, menos, y dirigentes, nada. A los votantes no les sale insultar a España. A los jefes, sí, y cuanto más susceptibles de catalogación charnega, más. Eso sí, todo en cuadrilla, en manada, en rebaño. En la payasesca parada de los Clos, Montilla, Chacón, De Madre y compañía el carrilllito no llevaba en la camiseta de jo soc som Rubianes, porque nunca son nada a solas, nunca responsables de nada, porque eso de la responsabilidad no es socialista. Ahí está Montilla, sin devolver el dinero y jaleando los insultos a todos los españoles. Qué sujetos, qué generación, qué corrupción. Sí, todos son Rubianes. Vaya si lo son.

En el fondo, esta historia rubianesca de feroces injurias a España y a todos los españoles en TV3 (cuyo déficit material pagan todos los catalanes; el déficit moral es impagable, a ver cómo se paga a ese público riéndole la gracia) ha servido para que mucha gente del resto de España vea el auténtico rostro de la Cataluña actual, ésa en la que nunca se toleraría que se dijera contra Cataluña lo que ellos predican para España, ésa en donde los artistas decentes han tenido que fundar un partido para luchar por ser ciudadanos. Los españoles que pueden sintonizar con Vázquez, Bono o Rosa Díez han visto la verdadera faz de sus presuntos hermanos del PSC, lo que realmente se ocultaba en las Cortes cuando en aquella farsa estatutaria fingían un respeto, un amor a España que ni tienen ni sienten ni han sentido nunca. Si la respetaran, no la romperían. Pero es que además no se lo pueden permitir, porque la tribu los manda al paro. ¿Y de qué iban a vivir? Es la dictadura de los hipócritas. TV3 no ha querido hacer una serie sobre Lorca porque el personaje «no era suficientemente universal». Al que viviera la Barcelona libre, abierta de los años 70, ver desfilar a estos rubianes de Montilla le producirá náuseas.