ZAPATERO ARREMETE CONTRA EL UNICO PARTIDO QUE LE PUEDE AYUDAR

 

 Editorial de   “El Mundo” del 06.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Zapatero y Rajoy se enzarzaron ayer en el Congreso en un tenso debate sobre el Estatuto catalán. El presidente acusó al PP de «meter miedo absurdamente a los españoles», de concebir la Constitución como «un muro o un corsé» y de haberse opuesto a todo tipo de reformas desde la Transición, «aunque fueran razonables».

Rajoy reprochó a Zapatero que haya puesto en peligro «el proyecto de convivencia» de todos los ciudadanos y lamentó que el presidente no haya estado a la altura de sus responsabilidades.

Como viene sucediendo desde hace muchos meses, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición reflejaron en el debate un inquietante distanciamiento y una falta de acuerdo en los grandes temas de Estado.

Zapatero corroboró ayer las palabras pronunciadas en León, donde admitió que sería necesario enmendar el Estatuto catalán en el trámite parlamentario en el Congreso. Si el presidente quiere introducir cambios sustanciales que acomoden el actual texto a la Constitución, sólo puede contar con el apoyo del PP, ya que es evidente que ERC y CiU no van a aceptar enmiendas que desnaturalicen su propio proyecto.

Zapatero podría haber dejado una puerta abierta al entendimiento con Rajoy, pero sus palabras cerraron cualquier posibilidad de acuerdo. Máxime cuando el PP sigue insistiendo en que el texto se tramite como reforma constitucional, lo que es rechazado por el PSOE.

Todo indica que Zapatero quiere seguir presentando al PP como un partido excéntrico y marginal, que se empeña en excluirse del consenso en los asuntos institucionales. Pero esta estrategia es sumamente peligrosa, ya que lo que están defendiendo Rajoy y los suyos es la Constitución y el modelo de Estado, en lo que coinciden con Guerra, Bono, Chaves, Rodríguez Ibarra, Barreda y otros muchos dirigentes socialistas que, lo digan o no, son muy críticos con el texto aprobado en Cataluña.

Según informa hoy EL MUNDO, hay serias diferencias sobre el Estatuto en el seno del Gobierno, donde algunos ministros reprochan a Zapatero su papel en las negociaciones y su respaldo a Maragall en esta aventura.

Pero lo peor de todo, como resaltó ayer el director de EL MUNDO en Barcelona, es que Cataluña «hace un mal negocio al pretender sustituir un Estatuto aprobado por la abrumadora mayoría del Parlamento español por otro que sólo podrá salir adelante por una escuálida mayoría» en un escenario de conflicto y crispación entre el PSOE y el PP y entre esa comunidad y el resto de España.Sólo por ello, Zapatero se ha equivocado al no frenar a tiempo a Maragall.