VUELVE EL OASIS CATALÁN

 

 

 Artículo de Miquel Porta Perales en “ABC” del 25.11.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.


Les propongo un ejercicio -un juego, si quieren- de lo que podríamos denominar opinión ficción. Para empezar, repartamos las cartas. Primera carta. Imaginen ustedes que un día cualquiera la prensa abre su edición con el siguiente titular: «El PP de Cataluña mantiene una deuda con la Caixa de 14 millones de euros impagada desde el año 1994». Y en el interior usted puede leer, por ejemplo, que «el PP de Cataluña mantiene un crédito con la Caixa por el que ha llegado a adeudar 14 millones de euros, sin que se haya producido un pago en 11 años. Se trata de un crédito de 7,813 millones que venció en 1994 con unos intereses adicionales de, al menos, 6,574 millones». Por lo demás, usted se entera de que el tipo de interés del crédito fue del 3% cuando el tipo de referencia en 1994 era del 7,5%. Segunda carta. Imaginen ustedes que, al día siguiente, la prensa abre su edición con el siguiente titular: «La Caixa perdona 6,5 millones al PP de Cataluña del préstamo y acuerda que pague el resto al 3% en 15 años». Tercera carta. Puestos a imaginar, supongamos que al cabo de unos días la prensa dice que «el 70% de los créditos condonados a los partidos, 17,7 millones, corresponde al PP». Cuarta carta. La imaginación que no falte: conjeturemos que altos cargos del PP de Cataluña dicen que eso son «cosillas», que el acuerdo con las cajas es un asunto «privado», y que «los datos de la renegociación están donde tienen que estar». Quinta carta. Imaginemos que algunos dirigentes del PP de Cataluña culpan de lo ocurrido a la crispación generada por el PSC-PSOE así como a determinada prensa amoral que hay que poner en vereda. Sexta carta. Finalmente, añadamos que el PP de Cataluña asegura que en la casa del PSC-PSOE también suceden esas cosas.

Repartidas las cartas, ahí va el ejercicio de opinión ficción arriba propuesto. ¿Qué ocurriría en Cataluña si lo dicho sucediera de verdad? Sí, lo han acertado. Todos los medios de comunicación habidos y por haber, con sus correspondientes analistas y articulistas, hablarían del asunto un día sí y el otro también. Fácil de adivinar. Que si el PP de Cataluña es un partido absolutamente insolvente incapaz de pagar sus deudas, que por qué razón se le concedió un préstamo a un interés que no llega ni a la mitad del de referencia, que si vaya usted a saber los favores que se ocultan tras un préstamo impagado y unos intereses condonados, que si minimiza de forma vergonzante el escándalo aduciendo excusas o tapando los hechos, que si culpa de ello a la oposición, que si quiere coartar la libertad de expresión y amordazar a la prensa libre, que si levanta sospechas infundadas con el único objetivo de desviar la atención. Por su parte, los partidos políticos exigirían la dimisión de los responsables políticos del Partido Popular de Cataluña. Obviamente, el Parlament de Cataluña convocaría, con carácter de urgencia, un pleno extraordinario en el que se debatiría el tema y se requerirían explicaciones y responsabilidades al Partido Popular de Cataluña. Todo eso, por supuesto, por el bien de Cataluña.

Continuemos con nuestro juego y preguntémonos qué ocurriría si en las cartas repartidas, allí donde dice PP de Cataluña, dijera PSC-PSOE y viceversa. La cosa es tan fácil de adivinar -tan real- que no admite duda alguna. Para empezar -para no empezar, por mejor decir-, se guardaría silencio con el objetivo de ver qué pasa y comprobar si la prensa del día siguiente insiste o no en el tema. Tras comprobar que el asunto está a la orden del día y que no se puede ocultar, se miraría a otra parte hablando de la falta de una ley de financiación de partidos políticos capaz de responder a las necesidades de los ídem, del cinismo de una derecha que tiene mucho que esconder, y de la campaña indecente de algún medio de comunicación que impulsa la catalanofobia. En el Parlament, algún político de la escuela del disimulo reclamaría una «cruzada contra las donaciones anónimas». En fin, la vuelta del oasis catalán.