MILITANTES DEL PSC ENVÍAN CARTAS A LÍDERES DEL PSOE DENUNCIANDO EL NACIONALISMO DEL PARTIDO

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MAYO 2005

Un grupo de militantes de base del PSC ha lanzado un «SOS» a sus colegas del PSOE para alertarles de que «el nacionalismo en Cataluña está obteniendo sus mayores éxitos gracias al catalanismo de nuestros compañeros del PSC». Dicen que en Cataluña «no es posible sostener públicamente una opinión contraria al catalanismo».

En una carta dirigida a diputados socialistas en el Congreso y en diversos parlamentos autonómicos, este grupo advierte de que «Cataluña avanza hacia un modo de organización política que no garantiza el pluralismo ni la igualdad de derechos», ya que «en Cataluña no es posible sostener públicamente una opinión contraria al catalanismo».

Los promotores de esta iniciativa, que han conseguido las firmas de 128 militantes del PSC en dos semanas, denuncian «la limitación de derechos y del pluralismo» existente en Cataluña que «ha sido posible sólo gracias al concurso indispensable del PSC» y manifiestan su temor a que la situación se agrave con la aprobación del nuevo Estatut.

Por eso, muestran su confianza en que «Rodríguez Zapatero, que tanta importancia otorga a los derechos civiles, no nos falle a la hora de exigir que el nuevo Estatuto de Cataluña garantice derechos fundamentales que hacen posible una sociedad democrática y libre».

Los firmantes de esta misiva afirman que la situación que denuncian se ha instrumentalizado a través del proceso de normalización que califican como «la herramienta que sirvió para violentar la Cataluña normal a fin de convertirla en la Cataluña soñada por los nacionalistas».

En su opinión, esta normalización ha logrado «estigmatizar como anormal todo aquello que se apartaba de la ortodoxia catalanista» y ha impedido la incorporación a la vida política «de aquellos que, por sus orígenes, cultura o lengua materna, no entraban dentro de los parámetros que definen al catalán fetén».

Además, citan algunos ejemplos de cómo, en su opinión, ha incidido este proceso de normalización en la sociedad catalana. «Se ha imposibilitado que los niños castellanohablantes puedan recibir la educación en su lengua materna», afirman. Y añaden que «en Cataluña se controla administrativamente la lengua que los niños hablan en el patio o la que emplean los médicos en sus historias clínicas».

Para que sus compañeros socialistas del resto del Estado se hagan una composición de lugar de lo que consideran «homogeneización catalanista», los firmantes de la carta relatan que «se han abierto oficinas de garantías lingüísticas, donde se facilitan modelos para denunciar al camarero que no nos ha atendido en catalán o al tendero que no tiene su rótulo en esta lengua».

Otra de las denuncias de estos socialistas de base se refiere a la «hipocresía de los catalanistas que exigen en España lo que reprimen en Cataluña». E ilustran esta afirmación explicando que «los catalanistas exigen en el Congreso el uso del catalán, lengua materna de un 6% de los españoles, al mismo tiempo que niegan en el Parlament el uso del castellano, lengua materna de un 60% de los catalanes».

Para este grupo de socialistas catalanes, en el trasfondo de esta situación subyacen «la estrategia diseñada por ERC y reconocida por sus dirigentes» para que «no exista vida pública al margen del catalanismo» y la actuación de «los cargos del PSC que han optado por un modelo de sociedad no plural y se sienten cómodos gestionando la diferencia para sacarle provecho».

Recortes de derechos

También hay críticas para el PSOE, pues «los catalanistas han logrado que sus reivindicaciones de derechos colectivos calen en los líderes políticos del PSOE menos avispados, que confunden el justo reconocimiento de las minorías con la injusta aprobación de todo tipo de restricciones de derechos individuales en su seno».

Los militantes socialistas concluyen que «son muchos los complejos que han debido afrontar» los ciudadanos de Cataluña que no comulgan con este pensamiento homogéneo.

Así, dividen a los catalanes procedentes de otros lugares de España -que califican de normalizables- en tres categorías. Los irritados, que «por rebote han generado una postura anticatalanista sobreactuada». En opinión de los redactores de la carta, «la mayoría de estos catalanes están en el PP».

Los conversos serían quienes «vencidos por la insoportable carga de una identidad inapropiada, han optado por adoptar la identidad pata negra con el fanatismo propio de los conversos». «La mayoría están en ERC (y si tienen tienda, en CiU)», añaden.

Por último, los acomplejados -que, según los autores de la carta, están en el PSC- quienes «han sido aceptados en un lugar que no les correspondía por cultura y origen» y han desarrollado «un síndrome de Estocolmo».

Este grupo de militantes del PSC hará pública una nota expresando sus puntos de vista después del 7 de junio, fecha prevista para la publicación del manifiesto que preparan intelectuales catalanes en favor de un «constitucionalismo no catalanista», según avanzó ayer este diario. Y es que «ambas acciones nacen de la misma inquietud, pero proponen estrategias distintas».