...EN LA FIESTA DEL 6-D

 

 Editorial de   “ABC” del 07/12/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 Y el mismo día en que ETA «celebraba» a su manera el aniversario de la Constitución, los representantes políticos de los ciudadanos conmemoraban el texto sobre el que orbita la Nación española, precisamente en el lugar donde está residenciada su soberanía: las Cortes. Lamentablemente, la mayoría de los partidos nacionalistas (PNV, ERC, Eusko Alkartasuna, BNG y Nafarroa Bai) decidieron no acudir a la cita. Este ejercicio de absentismo supera el mero desafecto al tratado constitucional y supone un desprecio al 94 por ciento de la representación de la ciudadanía, de la que los nacionalistas se separan con ese gesto displicente. Parece que pretenden poner en cuestión su pertenencia al Estado, acudiendo para ello a un patoso ejercicio de incongruencia que les lleva a rechazar el instrumento que permite su existencia política y, también hablando en plata, de donde obtienen buena parte de los recursos con que se financian. Si no fuera por la gravedad de fondo que encierra la maniobra, sólo habría que criticar el infantilismo preadolescente que revela la pataleta. La única buena noticia es que esas ausencias ponen de manifiesto, números en mano, que apenas representan el 6 por ciento del Estado, lo que permite hacer un análisis comparativo entre el sobrepeso político que se les puede estar otorgando y su peso real.

Tampoco es alentador que alguno de estos partidos sea el principal sostén del Grupo Socialista en la Cámara Baja y, por lo tanto, del Gobierno. ¿Qué clase de proyecto político se puede llevar a cabo con semejantes socios? Zapatero fue advertido el mismo día de su investidura del funambulismo que traería consigo su elección de aliados; pero él pasó por alto la sugerencia de la cuerda floja, confiado en que lograría su colaboración en ese proyecto conjunto llamado España. Hoy por hoy, parece más bien lo contrario, y son estos grupos los que han forzado una reforma de la Constitución que desprecian de palabra y de obra.