UN SECTOR DE LOS SOCIALISTAS VASCOS ALABA EL DISCURSO DE BONO FRENTE A LA CALMA QUE RECLAMA ZAPATERO

 

Rodríguez Ibarra adelanta que si Ibarretxe convoca un referéndum ilegal, el Gobierno tiene la obligación de retirar las competencias a la Ertzaintza

 

M. L. G. FRANCO,  Noticia en  “ABC” del 08/01/2005

 

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.) 

 

 

BILBAO / MÉRIDA. Las palabras pronunciadas con motivo de la Pascua Militar por el ministro de Defensa, José Bono, ante el desafío planteado por el lendkari, Juan José Ibarretxe, parecen haber satisfecho a un sector de los socialistas vascos mucho más que la escenificación oficial que han hecho el Gobierno, y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, de su reacción al proyecto independentista.

Así se desprende al menos del comunicado hecho público por cinco dirigentes socialistas del País Vasco críticos con la línea «oficial» de Patxi López -la europarlamentaria Rosa Díez, los alcaldes de Ermua y Portugalete, Carlos Totorika y Mikel Cabieces, y los concejales Maite Pagazaurtundua y Nicolás Gutiérrez-, que agraceden a Bono su «claridad y compromiso» en su discurso ante el Rey, el presidente del Gobierno y toda la cúpula militar. Bono sostuvo que «defender la nación es garantizar la igualdad de todos» y que «España no permitirá que deshonren la memoria de las mil víctimas de ETA».

En su comunicado, primero que los críticos firman de forma conjunta y que rezuma un tono de descontento con Zapatero -este grupo de socialistas rechaza cualquier intento de negociación del «plan Ibarretxe» con el lendakari-, recuerdan que es al Gobierno a quien corresponde garantizar el orden constitucional «con el apoyo de todos» y «mantener y respetar, por dignidad y coherencia la memoria de centenares de españoles que fueron asesinados por defender sus valores».



«Era absolutamente necesario»



Para Díez y los otros cuatro firmantes, que dicen haberse sentido «reconfortados» con las palabras de Bono porque «reafirman» las dichas días atrás por el ministro de Administraciones Públicas como respuesta oficial al plan Ibarretxe, «era absolutamente necesario que un miembro tan significativo del Gobierno, ante el Rey y el presidente, confirmara inequívocamente el compromiso firme de defender íntegramente la Constitución». A su juicio, «lo que está en juego no es sólo la unidad territorial de España, sino la igualdad de todos los españoles ante la ley».

Y, a diferencia de la reacción oficial del Gobierno, que ha apelado a la «normalidad» democrática e institucional para hacer frente al plan Ibarretxe sin necesidad de recurrir a medidas excepcionales, quien dejó entrever que sí harán falta esas medidas fue Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de la Junta de Extremadura y miembro de la Ejecutiva socialista.

Ibarra sostuvo ayer que la primera consecuencia de un referéndum ilegal sería la obligación por parte del Gobierno de retirar las competencias que en materia de seguridad tiene atribuidas el País Vasco. «Si usted quiere hacer un referéndum ilegal -dijo Ibarra-, yo tengo que impedirlo. Y como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad vascos dependen del lendakari, y el lendakari es quien quiere incumplir la ley. no tengo ninguna confianza en que utilice a las fuerzas a su cargo para hacer que la ley se cumpla». Para Ibarra, este sería una de los muchos «inconvenientes» que tiene mantener un pulso al Estado. Otro, sería, por ejemplo, que la mayoría que PSOE y PP tienen en Álava impedirían que esta provincia se sumara al «país» de Ibarretxe.



«No sembrar el alarmismo»



Rodríguez Ibarra añadió que «ya es hora» de que los nacionalistas sepan que en las apuestas también se puede perder. En todo caso, coincidió con Zapatero en que el plan Ibarretxe debe llegar al Congreso para ser rechazado de forma tajante y en que no debe convocar una Conferencia de Presidentes porque, ironizó, «no puede ser que todo el mundo ande de cabeza como consecuencia de una iniciativa parlamentaria de un presidente autonómico».

La reacción oficial del PSOE volvió a corresponder ayer a Diego López Garrido, «número dos» del Grupo en el Congreso, quien demandó del PP «serenidad», respeto a la «normalidad de las instituciones» y que no dé lugar a «respuestas dramáticas para sembrar alarmismo».