EL PNV TRABAJA YA EN UN PROYECTO ALTERNATIVO AL ASUMIR QUE PUEDE FRACASAR EL PLAN IBARRETXE

 

 Informe de  D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA  en  “ABC” del 21/01/05

 

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

MADRID. El «aparato» del PNV trabaja sobre un nuevo proyecto de Estatuto que sirva de alternativa al plan Ibarretxe ante la posibilidad, más que previsible y asumida por los propios dirigentes del partido, de que finalmente la iniciativa del lendakari se estrelle contra la realidad, ésto es, la legalidad y la falta de la mayoría necesaria, según han asegurado a ABC en fuentes de toda solvencia cercanas al nacionalismo vasco.

Estos medios precisan que como «aparato» del PNV se entiende no sólo a los miembros del Euskadi Buru Batzar, con Josu Jon Imaz a la cabeza, sino también los «poderes fácticos» como empresarios, juristas y personas del ámbito de la cultura que están activamente implicados con el nacionalismo dirigente. Es un trabajo en fase muy embrionaria, ya que las previsiones que hacen los dirigentes del PNV son que el plan Ibarretxe va a permanecer todavía un tiempo en el eje de la vida política vasca, por lo menos hasta después de las elecciones autonómicas. El tiempo suficiente para ir preparando el documento alternativo y, además, «para seguir cultivando más nacionalismo en la sociedad vasca», añaden.

En el partido que preside Josu Jon Imaz no ocultan su satisfacción porque durante más de dos años se haya venido acuñando la denominación de plan Ibarretxe para referirse al proyecto de libre asociación. La opinión pública, incluida la nacionalista, lo identifica más que con el PNV con el porpio lendakari. Si finalmente se estrella, como tienen asumido los nacionalistas, los estrategas del PNV consideran que el fracaso político arrastrará a Ibarretxe pero dejará políticamente intacto al partido.

Ello explica el «protagonismo absoluto» que durante estos dos últimos años ha tenido Juan José Ibarretxe a la hora de defender la iniciativa, tanto en el País Vasco como en Madrid e incluso en el extranjero. «A lo largo de la historia del nacionalismo, quienes han tenido poder han sido los cargos dirigentes del PNV, muy por encima de los cargos públicos, incluido el lendakari de turno, que han sido meros ejecutores de las directrices del partido», añaden estos medios. Recuerdan así el caso del lendakari Carlos Garaikoetxea quien, cuando defendió un proyecto -para potenciar las instituciones comunes en detrimento de las diputaciones forales- que colisionaba frontalmente con el EBB controlado por Xabier Arzalluz, se vio obligado a abandonar el PNV y fundar EA. Años después, desde Sabin Enea se dinamitó el pacto de Ajuria Enea y se impuso a José Antonio Ardanza la estrategia radical que desembocó en Estella.

Las fuentes consultadas por ABC explican que, como alternativa al plan Ibarretxe, el objetivo del PNV sería confeccionar un nuevo proyecto «con menos pretensiones nacionalistas» que abra la puerta a un futuro consenso con el PSOE, pero con un nivel de autogobierno sensiblemente mayor al del Estatuto de Guernica, «y así lo vendería a la militancia nacionalista». «El PNV tendría con qué retroalimentarse durante varios años -»hemos conseguido más autogobierno pero ahí no acaban nuestras aspiraciones»-, hasta volver de nuevo a la carga presentando un nuevo plan con aspiraciones independentistas cien por cien». De esta forma, con la insatisfacción permanente, señalan los medios consultados, «el PNV se mantiene cohesionado y persiguen la perpetuidad en el poder». El texto alternativo -del que no hay constancia de documentos- en el que ha empezado a trabajar la dirección del PNV tendría mayor posibilidad de ensamblarse, tras las elecciones autonómicas, con la propuesta de reforma del Estatuto de Guernica que defiende Patxi López y abriría la posibilidad de una negociación o acercamiento con el PSE en función de las necesidades poselectorales.

Ayer, el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, traslucía cierta resignación cuando admitió la «ilegalidad» de «un referéndum que se lleve a cabo sin la autorización prevista», en referencia a la consulta que pretende Ibarretxe. «Pero una convocatoria electoral a la que el lendakari, por ejemplo, concurriese encabezando una coalición que lleva como lema o como programa fundamental su propio plan sería, sin duda alguna, una consulta de un enorme valor político».

Complejo «puzzle»

En cualquier caso, la próximidad de las elecciones autonómicas, previstas para mayo, y la irrupción de Batasuna/ETA en el debate sobre el plan Ibarretxe complica el ya enrevesado «puzzle» en que se ha convertido la política en el País Vasco. Como ya adelantó ABC el pasado mes de agosto, la coalición ilegalizada ha emprendido un acercamiento al PSOE, con aparentes gestos de distensión, con la pretensión de que los socialistas y sus socios en el Congreso deroguen la ley de Partidos o la modifiquen para que Batasuna pueda presentarse en los comicios autonómicos. El Ejecutivo responde a los proetarras proclamando su voluntad de «dar una oportunidad a la paz», al considerar que es un mensaje que puede calar en el electorado vasco a tres meses de la cita con las urnas.

Y, mientras, al PNV le entran los celos, consciente de que en tiempos de precampaña puede quedar fuera de juego. En Ajuria Enea y Sabin Etxea comprueban que de un escenario en el que el plan Ibarretxe era protagonista estelar, se está pasando a un tablero en el que sólo parecen mover ficha PSOE y Batasuna: el Gobierno de Zapatero con llamamientos a ETA/ Batasuna para que cese el terrorismo y la coalición con «cartas abiertas» al presidente del Gobierno que intentan hacer ver la conveniencia de que ponga fin a la ley de Partidos y abra a Batasuna las puertas de las elecciones vascas.