EX MILITARES TUNECINOS, INSTRUCTORES EN BASES DE AL QAIDA, CONTROLAN MEZQUITAS DE VALENCIA

 

Miembros del Movimiento An-Nahda, que estuvieron en contacto con Lamari, emir del 11-M, pugnan con otros sectores para expandir la doctrina integrista

 

 Informe de  J. PAGOLA y D. MARTÍNEZ  en  “ABC” del 15/02/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

MADRID. Informes de las Fuerzas de Seguridad advierten de la creciente influencia y control que en la comunidad musulmana de Valencia está ejerciendo el movimiento fundamentalista An-Nahda, cuyos máximos responsables, ex militares tunecinos, han sido instructores en campos de adiestramiento de Al Qaida en Sudán. De sus contactos con elementos terroristas son botones de muestra Allekema Lamari, emir de la célula del 11-M, y Driss al Atellah, detenido en Bélgica por delitos de terrorismo, quienes junto con miembros de An-Nahda fundaron una asociación islámica llamada Assalam (paz). La sede se abrió en el número 10 de la calle Periodista Lorente, en Valencia, y fue conocida como la mezquita de los tunecinos o de los «integristas».

Según recogen los informes a los que ha tenido acceso ABC, el movimiento fundamentalista An-Nahda, inspirado en la doctrina de los Hermanos Musulmanes y de origen tunecino, tiene en España una estrategia muy definida: controlar a los musulmanes que viven en la Comunidad valenciana. Para ello, cuenta con dos motores: apoyo financiero y ayuda internacional. El primero lo recibe de un país del Golfo Pérsico y la segunda del Reino Unido. Desde Londres, donde está sentada la dirección de An-Nahda, los responsables en España de este movimiento han recibido la consigna de «iniciar un proceso de infiltración» en la mezquitas más importantes de la Comunidad valenciana: Mednia Manowara en Onteniente, Al Fath en Valencia, Noor en Castellón de la Plana y Burriana y en la de Gandía, así como en el Centro Cultural Islámico de Valencia.



Cuotas de poder



Las «estrategias» para controlar a la comunidad musulmana están dirigidas por el máximo responsable del grupo fundamentalista An-Nahda en España. Esta persona, a través de sus contactos institucionales, su posición dentro del Centro Cultural Islámico de Valencia y gracias a la financiación que recibe, está acaparando -según los documentos conocidos por ABC- cuotas de poder con el fin de convertirse en el líder de la comunidad musulmana en Valencia.

Esta posibilidad es considerada en los informes de los Fuerzas de Seguridad como un riesgo, por cuanto supondría que el islam en Valencia estaría bajo la órbita fundamentalista y dirigido por personas que han impartido cursillos en campos de adiestramiento de Al Qaida. Este es el caso del máximo responsable del grupo An-Nadha, quien estuvo en Sudán durante el tiempo en que residió en este país Osama Bin Laden.

Según recogen los informes policiales, la mayoría de los «nahdauis» -nombre que reciben los miembros de An-Nahda - que ahora viven en España pidieron asilo político a principios de los años 90. Durante el tiempo que duró esta tramitación, muchos de ellos se trasladaron a Sudán donde fueron instructores, por su condición de haber sido militares en Túnez, en campos de entrenamiento de muyaidines que la organización Al Qaida tenía en dicho país.



Asociación Assalam



Ante estos hechos, los informes destacan también el riesgo que supondría que personas con estos «antecedentes» estuvieran dirigiendo y controlando la comunidad musulmana en Valencia. A ello suman que a finales de 1992, un grupo de «nahdauis», junto a otro de jóvenes marroquíes y argelinos, entre ellos los terroristas Allekema Lamari y Driss el Atellah, fundaran en 1992 una asociación islámica denominada Assalam y que fue conocida como la mezquita de los tunecinos o de los «integristas».

Lamari fue detenido en España en 1997 por constituir en Valencia una célula del grupo terrorista argelino GIA. Tras permanecer unos años en prisión, fue excarcelado por un error de la Audiencia Nacional en la aplicación de los años de condena. Esta puesta en libertad fue aprovechada por el terrorista para seguir con sus actividades criminales. Así, Allekema Lamari se convirtió en el emir de la célula islamista autora de los atentados del 11-M y su cuerpo fue uno de los siete recuperados tras la explosión del piso de Leganés. Por su parte, Driss el Atellah, después de vivir en España, se trasladó a Bélgica, donde fue detenido por la Policía por su vinculación con el terrorismo islamista.

Por todo ello, los informes policiales insisten en advertir en sus conclusiones del riesgo que supondría que en un futuro no muy lejano las personas que dirigen el movimiento An-Nahda se hicieran con el control absoluto de la comunidad musulmana que reside en Valencia y que, por ello, se convirtieran en los únicos interlocutores ante las administraciones autonómica y local.



Fuerte pugna



Este afán por hacerse con las riendas, ha abierto una fuerte pugna entre las diferentes corrientes musulmanas. En concreto, el enfrentamiento más duro lo mantienen el Centro Cultural Islámico de Valencia, que preside el dirigente de An-Nahda, y el Centro Religioso Islámico. A consecuencia de esta disputa, el Centro Cultural Islámico de Valencia se ha visto obligado a alquilar un local en la calle Arquitecto Rodríguez, en Orriols. Con apoyo financiero de un país del Golfo Pérsico, en este inmueble se pretende abrir una mezquita donde poder impartir su doctrina, más radical que la que se difunde en otros centros religiosos.