ENTREVISTA A MARIANO RAJOY
«Es terrorífico que el Gobierno de Zapatero no sepa qué hacer con España»
Por MAYTE ALCARAZ, ÁNGEL COLLADO en “ABC” del 06/03/2005
Por su interés y relevancia, he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)
-¿El choque
entre Maragall y otros barones socialistas, como Chaves, les abre a ustedes una
puerta para pensar que la reforma de los Estatutos no va a derivar en una crisis
institucional generalizada?
-Yo llevo diciendo desde hace
un año que no se puede abrir un debate sin saber adónde se quiere ir. Llevamos
un año de Gobierno socialista y todavía hoy nadie conoce lo que piensa el
presidente sobre este asunto. Nadie sabe cuál es su modelo para España. Y por la
inquietud que se ha generado, yo fui a hablar con el jefe del Ejecutivo el día
14 de enero y le dije que no se pueden hacer cambios sin el acuerdo mayoritario
de los grandes partidos. Que el modelo de Estado no lo puede fijar el 2,5 por
ciento del censo electoral; que es más razonable que lo marque el 80 por ciento.
No vamos a aprobar ninguna reforma constitucional si no hay un acuerdo de
conjunto sobre el modelo de Estado. Si el señor Zapatero pretende aprobar un
Estatuto con unos, otro con otros y la reforma constitucional con nosotros, no
lo vamos a aceptar.
-¿Rechaza entonces el documento sobre la reforma constitucional que el Gobierno
acaba de remitir al Consejo de Estado?
-Dejo a un lado el punto que
se refiere a la Corona, que no tiene que ver con este asunto. Pero el resto es
un insulto a la inteligencia. La primera clave es la adecuación al tratado
constitucional europeo, que según ha dicho el TC no es necesario; la segunda es
poner los nombres de las Autonomías, en fin, no sé si eso tiene un gran alcance;
y la tercera es que le preguntan al Consejo de Estado qué tienen que hacer con
el Senado. Hombre, yo creo que si un dirigente decide algo, lo primero que tiene
que hacer es pensar qué es lo que quiere, y luego ya buscar sugerencias.
-¿Enmendarán ustedes ese texto?
-En absoluto. No tengo por qué
enmendar un texto del Gobierno remitido al Consejo de Estado. Lo que preguntan
sobre la sucesión a la Corona es antológico. Preguntan qué tienen que hacer para
que en la sucesión en lugar de ser preferente el varón sea simplemente el
primogénito. Yo la consulta se la resuelvo rápidamente: donde pone que es
preferente el varón, quítelo y ya está.
-¿Apoya la entrevista de Piqué con Carod?
-Hay un tema de principios. El
PP no es sospechoso, tiene un modelo de Estado y tiene una política
antiterrorista. Zapatero se ha entrevistado con Carod para hablar de ETA y del
modelo de Estado. Pero que el señor Piqué se reúna con el señor Carod para que
en Cataluña no se tapen las graves acusaciones que se han producido, a mí eso no
me parece preocupante. A mí lo que me importa son los principios, y no las
tácticas en un momento determinado.
-¿Han sacado los ciudadanos españoles algo en claro de la comisión del 11-M?
-Yo creo que no. El primer
gran objetivo era averiguar la autoría -el mayor homenaje que se debe hacer a
las víctimas- y el segundo era adoptar medidas que hagan más difícil que se
repitan ese tipo de atentados. A estas alturas no se han alcanzado esos dos
objetivos. Lo que se ha pretendido aquí es hacer un juicio al Partido Popular.
Dos pruebas contundentes: no se admitió la figura de un relator independiente y
la intervención del presidente del Gobierno fue la de un hombre de partido.
-¿Usted cree que la
opinión pública entiende que el PP se quede al margen de las recomendaciones
preparadas por el PSOE y los demás grupos para el 11-M?
-Nosotros no estamos en contra
de las recomendaciones que se han planteado, que son para mejorar la eficacia
policial. Pero no se pueden partir las conclusiones en dos pedazos porque
interese hacerlo ahora. Las conclusiones de una comisión de investigación se
deben presentar de forma conjunta. Por tanto, planteamos un problema formal. Y,
en segundo lugar, son claramente insuficientes.
-¿Cree que está incompleta la investigación sobre la autoría del 11-M?
-Sí. Estamos en una situación
similar a la que se produce cuando se detienen comandos de ETA. Detener a los
ejecutores materiales no quiere decir que se sepa quién dio la orden, las
instrucciones y la información necesaria para cometer el atentado. La llamada
autoría intelectual se debe seguir investigando por las Fuerzas de Seguridad y
el sistema judicial, y con la colaboración internacional.
-Casi un año después, ¿tiene más claro el origen último del atentado y las
posibles relaciones con ETA?
-Mi impresión es que el
atentado se cometió el día 11 para influir en las elecciones del 14. Eso es lo
que tengo claro. Lo que queda es saber qué hay detrás de eso, quién influyó y
quién tomó las decisiones. Estoy seguro de que los Cuerpos de Seguridad y los
servicios de inteligencia de muchos países están en ello. No podría ser de otra
forma.
-Cuando se cierre la comisión, ¿se acabó el 11-M?
-Entiendo que sí, pero,
lógicamente, seguirán investigando los jueces.
-A usted, personalmente, como presidente del PP, ¿no le interesaría cerrar el
capítulo del 11-M?
-A mí lo que me interesa es
que se aborde un debate sobre las conclusiones. Se ha intentado ligar el
terrorismo a la guerra de Irak, poner en solfa a la principal potencia del
mundo, y no se ha prestado atención a la gran batalla que hay que dar en Europa
para ser más eficaces contra el terrorismo.
-¿En qué situación se halla hoy ETA?
-ETA está debilitada con los
últimos golpes policiales, pero sigue teniendo capacidad de matar. Lo ha
acreditado no hace muchas fechas. Es verdad que las Fuerzas de Seguridad lo han
impedido. Pero a mí lo que me importa es que se mantenga la política
antiterrorista, que era un pacto de los dos grandes partidos. Cambiarla sería un
error gravísimo.
-En el PSOE algunos dirigentes consideran que el llamado laberinto vasco no se
puede abordar sin tomar en cuenta a ETA.
-Sí se puede. Porque lo que
hay que tomar en cuenta de ETA es que deje de matar y que Batasuna no se
presente a las elecciones.
-Usted, como todos, ha oído ese runrún sobre las negociaciones que podría estar
manteniendo el PSE con Batasuna para buscar una «tregua».
-Yo creo que si se produce una
tregua de ETA no va a ser por unas negociaciones. Pero sí he oído muchos
runrunes: hemos visto alguna concejal del PSE que ha revelado conversaciones
Partido Socialista-Batasuna. Eso es un enorme error y creo que el presidente del
Gobierno debe ser de una claridad meridiana: tiene que decir que ha habido una
buen política antiterrorista -que él ha compartido cuando ha sido jefe de la
oposición- y tiene que decir que no la va a cambiar porque no ha cambiado el
escenario.
-¿Es papel mojado el pacto antiterrorista?
-No. Mal mensaje daríamos a la
sociedad española si tuviéramos una posición distinta a la que acabo de definir.
-Peces-Barba ya prepara a las asociaciones de víctimas para las excarcelaciones
de etarras.
-Cuando se nombró al señor
Peces-Barba, el presidente del Gobierno lo anunció sin consultar a nadie, para
apuntarse un tanto político. Yo ya dije, y además se lo dije al señor
Peces-Barba, que a nosotros no se nos había consultado ni la creación de la
figura ni el nombre y que íbamos a juzgarle en función de lo que hiciera. Yo
entonces creía que era inútil; ahora creo que es perjudicial. Nunca en la
historia española se ha producido una división tan importante en las víctimas.
-¿La alternativa al plan Ibarretxe es cero o una reforma del Estatuto de
Guernica?
-Creo que la alternativa al
plan Ibarretxe es una norma que concite el apoyo mayoritario de los vascos, y
esa norma es el Estatuto de Guernica. Ésa es la única norma que ha creado un
marco para que estuvieran todas las fuerzas políticas. Sobre el plan que ha
presentado López, le preguntaré en la próxima sesión del Parlamento al
presidente del Gobierno si lo comparte o no: habla de la comunidad nacional, de
la patria vasca, de la transferencia de la gestión de la Seguridad Social, de
competencias exteriores por parte del Gobierno vasco... Creo que el plan López
es un error en cuanto al fondo, y es un error estratégico, porque es darle la
razón a una deslealtad del señor Ibarretxe.
-¿Y si hubiera una hipotética mayoría de vascos que quisieran dar un paso más
del Estatuto?
-No conozco a ningún ciudadano
vasco que haya sentido ninguna necesidad de cambiar el Estatuto. Esto es un
juego para los políticos. ¿Es que la gente demanda la transferencia de la
Seguridad Social, por ejemplo? No es sentida por nadie una reforma como la del
plan López, y además creo que no la comparte el Gobierno de España.
-¿Hay «plan B» por si Ibarretxe convoca su referéndum?
-Yo no lo aceptaría. Lo que
hay que hacer, en ese caso, es impedirlo y hay muchas fórmulas para hacerlo,
aunque no se deban hacer públicas ahora. Sobre todo, hay que dejárselo claro al
señor Ibarretxe.
-¿Qué puede pasar si el PP se queda solo en el País Vasco a la hora de defender
la Constitución?
-Yo no quiero creer que el
Partido Socialista deje de defender la Constitución. Yo tengo que pensar que
esto del plan López es un lapsus y por eso voy a preguntar a Zapatero.
-La decisión de suscribir o no la reforma del Estatuto catalán, ¿la tomará Piqué
o el PP?
-Mi relación con el señor
Piqué es lo suficientemente fluida como para que los dos pensemos lo mismo de
ese documento.
-¿A qué responde que CiU no apoye la moción de censura contra Maragall?
-Si a mí me acusan de cobrar
el 3 por ciento en comisiones, al presidente del Gobierno -en lugar de: o lo
retira o no hay Estatuto- le digo: usted es un mentiroso, lo voy a llevar a los
tribunales y mañana le pongo una moción de censura. Y eso lo ha tenido que hacer
el PP.
-¿Se va a ir Maragall de rositas?
-Nosotros haremos todo lo
posible para que no sea así, por pura higiene democrática.
-¿Usted está dispuesto a presentar una moción de censura a Zapatero?
-Llevamos diez meses de
legislatura y, aunque estamos, sin duda, ante el Gobierno de peor calidad desde
1977, no me parece lo más razonable en este momento.
-Y si se diera una situación de crisis institucional por las cesiones del
Gobierno, la reforma de los Estatutos...
-Yo en este asunto he hecho lo
que he podido. He ido a ofrecerle ayuda, sin contrapartidas, incluso con
disposición a hablar de su estabilidad. Si el Gobierno no lo acepta no es un
problema mío. Hice lo que tenía que hacer y lo que querían una gran mayoría de
españoles, aunque a algunos no les haya gustado. Ahora, como oposición, le
insisto en que fije criterios sobre los temas y en que si quiere un acuerdo ha
de ser de conjunto. Que el Gobierno no sepa lo que quiere hacer con España, es
terrorífico. Si Zapatero no tiene votos para gobernar por defender España yo
estoy dispuesto a hablar de eso, pero no ha querido y no tengo más que decir.
-¿Qué balance hace de
la labor del Gobierno en este arranque de legislatura?
-Si se preguntara a un
ciudadano normal qué ha hecho el Gobierno desde que lo es, ¿qué respondería? Yo
recuerdo la retirada de las tropas de Irak, el matrimonio entre homosexuales...
y tendría que un esfuerzo para citar algo más de importancia. Lo que sí ha
creado es un problema territorial de colosales proporciones. Hemos debatido
incluso una propuesta para irse de España. Ha acometido un cambio de modelo.
Hemos pasado de un momento en que España estaba en racha de acortar distancias
con la media europea de desarrollo. Ahora vive de la inercia y de la herencia,
pero se ha roto el proceso. Además. se ha derogado el Plan Hidrológico Nacional,
y la ley de calidad de la Educación, sin presentar alternativa. Y para rematar
está una política exterior que tiene sorprendido al común de los mortales. En
resumen, iniciativas de las que pueda presumir el Gobierno -no yo-: retirar las
tropas de Irak, el matrimonio de homosexuales y la ley de violencia contra las
mujeres cuya eficacia veremos, que no sé yo si estas cosas se arreglan a base de
leyes.
-Pero las encuestas denotan una buena imagen pública de Zapatero.
-A esto de los estudios de
opinión yo le doy un valor relativo. El CIS, que es el organismo más neutral de
todos, dijo que a la consulta sobre la Constitución Europea iba a votar el 76
por ciento de los ciudadanos y lo hizo el 42. En las elecciones europeas el PSOE
iba a ganar por 11 puntos y lo hizo por 2. En las generales el PP iba a ganar
por mayoría absoluta y pasó lo que pasó.
-¿Qué opina de las últimas escaramuzas de Zapatero y Moratinos para intentar
verse con Bush y su secretaria de Estado?
-Que hay que tener una cierta
dignidad, y el problema no es buscar un sofá o ir corriendo detrás de un señor,
sino generar las condiciones para mejorar las relaciones. Cuando va a Francia
presume de retirar las tropas de Irak, cuando debate el plan Ibarretxe y vuelve
a presumir de lo mismo no da pasos en la buena dirección para recuperar las
relaciones internacionales. Es sorprendente que nadie le diga esto al presidente
del Gobierno. No se trata de ir corriendo, porque acaba por caer en el ridículo.
-¿A usted le informa
Aznar de sus entrevistas con representantes de la Administración estadounidense,
como la última con el vicepresidente?
-Hablamos con periodicidad y
tengo conocimiento de algunas cosas, que podría resumir diciendo que Zapatero
tiene que hacer un gran esfuerzo.
-¿Quiere decir que en la Casa Blanca siguen dolidos con el presidente del
Gobierno?
-Eso no me lo ha dicho Aznar,
eso se ve.
-¿Influye Aznar en el partido?
-Aznar está fuera de la
política y se dedica a las actividades de la fundación. En el partido nunca se
ha metido en nada. En alguna ocasión hablo con él, le cuento cosas, y en muchos
temas, igual que pido opinión a otras personas, se la pido a él porque la suya
es una opinión cualificada que a mí me interesa.
-¿Van a dar la batalla contra los planes del Gobierno en la ley audiovisual?
-El PP tiene que trabajar en
pro del interés general, y lo que hace el Gobierno en este terreno es una
tremenda equivocación. La digitalización es el futuro y no podemos quedarnos
atrás. Todo lo que sea llenar esto de televisiones analógicas nuevas, tengan o
no posibilidades de funcionar o de ser rentables, supone un paso más en retrasar
la digitalización, y eso como país es letal. Y la digitalización es más libertad
porque hay más canales. Es, por tanto, más pluralismo, más progreso y
modernidad, que es de lo que tienen que preocuparse los gobernantes.
-¿Ustedes han encajado ya que son la oposición?
-Yo lo encajé al medio minuto
y el partido reaccionó bien en las elecciones europeas y los congresos
regionales. En el Parlamento planteamos una oposición muy razonable.
-Dicen que usted no se siente cómodo en el papel de oposición dura que le toca
hacer en estos momentos.
-Cada uno es como es, y yo,
que aspiro a ser mejor, no tengo claro que sea buena una oposición feroz y de
trinchera. Si se repasan los diarios de sesiones, me gustaría que alguien viera
si a lo largo de la historia democrática alguien ha dicho alguna vez al
presidente del Gobierno lo que yo le he dicho a éste.
-Igual es un problema de talante...
-Se debe hacer una oposición
dura en los asuntos importantes. He hecho una oposición muy dura al plan
Ibarretxe, en el debate de Presupuestos, y también en la retirada de las tropas
de Irak y en el debate de la Constitución Europea. Yo quiero hacer una oposición
dura y seria, pero no soy una persona estridente ni creo tampoco que eso sirva a
ningún efecto. El sentir de los diez millones de españoles que votaron al
Partido Popular y los algunos más que lo puedan hacer en el futuro no creo que
sea que este partido haga oposición de trinchera.