ZAPATERO E IBARRETXE ABREN UN PROCESO SECRETO DE PAZ QUE ARRINCONA EL PACTO ANTITERRORISTA

 

El presidente del Gobierno expresa su deseo de «contar con la máxima ayuda» del próximo Ejecutivo vasco, del que se reclama «la máxima lealtad institucional».

 

 Informe de  GONZALO LÓPEZ ALBA  en  “ABC” del 06/05/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

MADRID. José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe sentaron ayer las bases para un nuevo pacto que implique al Gobierno vasco y a todas las fuerzas parlamentarias en el objetivo de conseguir el final definitivo del terrorismo, arrinconando el plan soberanista del lendakari en funciones, que no salió a relucir, y orillando el Pacto Antiterrorista, que limita el entendimiento a PSOE y PP.

El presidente del Gobierno y el lendakari en funciones, tras hacer la «foto» de la «nueva situación» en el País Vasco -con el resultado de las elecciones autonómicas de abril y los dos años que han transcurrido sin atentados mortales de ETA como elementos destacados-, coincidieron en que se ha abierto «un tiempo nuevo» que permite albergar esperanzas de que «la paz y la normalización política» sean una realidad próxima, así como en que ello exige «serenidad, prudencia y mucho diálogo».



Más autogobierno sin plan Ibarretxe



Prueba de ese «tiempo nuevo» es que a diferencia de lo ocurrido en ocasiones anteriores -Zapatero e Ibarretxe celebraron otras dos entrevistas en julio de 2004 y enero de 2005- el lendakari en funciones no acudió a la cita con planteamientos «reinvindicativos» -ni en términos de reclamación ni de oferta-, sino con el reconocimiento de que se ha abierto una etapa diferente, que se plasmó en una reunión calificada de «constructiva» por ambas partes, aunque sin decisiones concretas, al menos oficialmente.

Desde el Gobierno se concedió gran importancia a que la entrevista no girara en torno al llamado «plan Ibarretxe», que ninguno de los interlocutores puso ayer sobre la mesa cuando había sido el objeto central de sus dos entrevistas anteriores. A partir de este hecho, la interpretación gubernamental es que el propio Ibarretxe ha optado por pasar la página de su proyecto soberanista, que queda arrinconado en la expectativa de una reforma estatutaria que goce de un amplio consenso, aunque el PNV eludió tanto confirmar como desmentir esta interpretación.



«Trabajar juntos por la paz»



A este respecto, Zapatero expresó a Ibarretxe «su deseo de avanzar en el autogobierno de Euskadi y que cualquier reforma estatutaria cuente con el máximo respaldo de las fuerzas políticas con representación parlamentaria, algo fundamental para conseguir ese marco de paz y de convivencia que todos los demócratas desean».

Arrinconado el plan Ibarretxe, el análisis compartido en torno a las posibilidades de conseguir ese «marco de paz» consumió la mayor parte de las dos horas que duró su entrevista de ayer en el Palacio de la Moncloa, aunque los detalles permanecen en secreto. En este análisis, ambos prestaron especial consideración al resultado de las elecciones vascas del 17 de abril, al coincidir en que «el mensaje que han trasladado los ciudadanos vascos a todos los partidos es de trabajar juntos en un marco de diálogo y máximo consenso por la paz y el entendimiento en Euskadi».

Las fuentes consultados no supieron precisar si para Zapatero e Ibarretxe el «todos» incluye a Batasuna y/o EHAK, y tampoco si el procedimiento será la constitución de una «mesa de partidos», aunque subrayaron que «en lo que hay coincidencia es en que, con independencia del procedimiento, es fundamental el diálogo entre todas las fuerzas políticas».



Colaboración con «lealtad»



En este punto, el presidente del Gobierno trasladó al lendakari en funciones «su deseo de contar con la máxima ayuda y colaboración del futuro Ejecutivo vasco en dos ámbitos importantes: la lucha contra la violencia y los violentos, y el respaldo a las víctimas del terrorismo, que siempre tienen que ser objeto de una especial atención por parte de los poderes públicos», según el comunicado emitido por la presidencia del Gobierno, en el que se señala también la petición de Zapatero a Ibarretxe para que esa colaboración se produzca «dentro de la máxima lealtad institucional», y en un «clima de diálogo y normalidad».

La implicación del Gobierno vasco -y, por ende, del PNV- en el proceso que pueda conducir al final de ETA orilla el Pacto Antiterrorista, que ninguno de sus firmantes -PSOE y PP- quieren dar por «muerto», pero que los socialistas -aunque seguirán defendiendo su vigencia- consideran superado por los acontecimientos. El Gobierno y el PSOE juzgan imprescindible contar también en este proceso con el PP, del que esperan que esté «a la altura de las circunstancias», pero, al mismo tiempo, entienden que el horizonte es de un gran acuerdo «entre todos». En tanto, reclaman de las fuerzas parlamentarias un margen de confianza al Ejecutivo para «explorar todas las posibilidades que existen».

Énfasis y matices interpretativos aparte, la versión de la entrevista facilitada por el Gobierno vasco en funciones coincide sustancialmente con la ofrecida por La Moncloa. Así, en su comunicado, Ibarretxe «manifiesta su compromiso de que esta primera reunión sea el prólogo de un proceso y de otros muchos encuentros que consoliden, sin prisas pero sin pausas, un futuro en el que la paz sea un objetivo noble y posible, así como un futuro de convivencia normalizada desde el punto de vista político, fruto del respeto, la participación, el diálogo y el acuerdo entre las fuerzas políticas que representan a los ciudadanos».



«Una oportunidad» única



El lendakari en funciones -dice su comunicado- «desea transmitir como fruto del encuentro un mensaje de serenidad a la sociedad vasca, porque nos hallamos ante una oportunidad que no podemos desaprovechar».

En línea con el comunicado gubernamental, Ibarretxe dice que constató con Zapatero que «se inicia una nueva fase política caracterizada por la búsqueda permanente de espacios de debate, de diálogo y de encuentro» para conseguir «la paz y la normalización política», y añade que, en este sentido, expresó al presidente del Gobierno «su compromiso y su voluntad para impulsar un clima de diálogo y entendimiento que lo haga posible». De hecho, Zapatero e Ibarretxe acordaron mantener un «diálogo fluido» que se plasmará en función de cómo evolucionen los acontecimientos.