ETA SE REORGANIZA

 

 Editorial de   “ABC” del 08.06.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

Según la información que hoy publica ABC, la organización terrorista ETA habría conseguido colocar siete «comandos» en el País Vasco, con capacidad para realizar atentados en cualquier momento. Los terroristas se habrían dedicado a recomponer su infraestructura en detrimento de su actividad sanguinaria. No se trata, por tanto, de que las Fuerzas de Seguridad del Estado hayan reducido su presión sobre los terroristas, sino de que ETA ha dado prioridad a su reorganización. En definitiva, como dijo con obscena sinceridad el batasuno Joseba Permach, «ETA no va a dejar las armas porque sí». La pregunta, entonces, es la misma que tantos españoles llevan haciéndose en los últimos meses: ¿en qué consiste la esperanza, el tiempo nuevo, la oportunidad para la paz a la que se refiere el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero? Hasta ahora, sólo los terroristas y el entramado batasuno se han beneficiado de la polémica -a la vista está que estéril e inoportuna- sobre el «final dialogado» de la violencia. El Partido Comunista de las Tierras Vascas ya disfruta plenamente de los beneficios de una legalidad que no merece y exhibe su sintonía con ETA/Batasuna dando a su grupo parlamentario el mismo nombre -Izquierda Abertzale- que tenía Herri Batasuna; Arnaldo Otegi, procesado -aunque no lo parezca- por integración en organización terrorista en grado de dirigente, lidera actos públicos de Batasuna y marca los tiempos; ETA se encuentra con el regalo de que, incluso en el PSOE, hay quienes califican como tregua tácita lo que hasta ahora todos creían que era el resultado de una eficaz y abnegada labor de las Fuerzas y los Cuerpos de Seguridad del Estado, que siguen desempeñando una admirable labor bajo la certera dirección de los responsables del Ministerio de Interior.

Por todo ello, el mensaje que se transmite a los terroristas es peligroso: mientras no haya muertos, hay margen para que convivan diálogo y violencia. Poco a poco, la izquierda proetarra, blanqueada por una legalidad de fachada, se acerca a su objetivo estratégico principal, que es llegar a las elecciones municipales y forales de 2007 para recuperar el terreno político, social y económico perdido con la aplicación de la Ley de Partidos Políticos.

Entre tanto, mientras se rompe la unidad política antiterrorista, las víctimas se plantan ante el riesgo de ser abandonadas, la sociedad pregunta sin que nadie le responda y el Estado de Derecho se deteriora, ETA se prepara para seguir haciendo lo que nunca ha dejado de hacer: terrorismo, jalonando con artefactos explosivos y coches bomba las esperanzas de paz que esparcen los discursos. Los hechos son más fuertes que los espejismos y ETA, que aprecia tácticamente que se siga especulando con su condición de interlocutora en un diálogo con el Estado, sabe que ha recuperado el tiempo perdido. El famoso modelo irlandés enseña cómo aprovechan los terroristas los procesos de diálogo. El IRA sigue reclutando terroristas, mantiene su abastecimiento de armas, controla zonas urbanas y territorios con códigos mafiosos y, pese a que han transcurrido siete años desde el Acuerdo de Viernes Santo, sigue sin desarmarse.

Los datos que manejan los responsables de la lucha antiterrorista son coherentes con el escenario político favorable que atraviesa ETA. La detención de «comandos», siendo como es muy importante para derrotar al terrorismo, mantenía la lucha contra ETA en una dialéctica acción-reacción. En cuanto el Estado irrumpió en la financiación, la propaganda, la logística, la captación y demás frentes «legales» del terrorismo, especialmente el institucional, la desarticulación de «comandos» pasó a ser la culminación de un proceso mucho más amplio y ambicioso para la derrota de ETA. Hay motivos para pensar que, a partir del PCTV, y de la privilegiada posición que este partido ya ha ganado, ETA va hacer una clonación del entramado batasuno.

Estas informaciones que manejan los responsables de la lucha antiterrorista deberían condicionar los criterios del presidente del Gobierno. En todo caso, confirman el error de haber cambiado el Pacto por las Libertades por una propuesta de diálogo que ha otorgado a ETA una llave que antes era de uso exclusivo del Estado y que ha colocado a las víctimas en estado de alarma. Una rectificación a tiempo, el reconocimiento de que no hay diálogo posible con ETA, la aceptación de que la derrota de los terroristas -no la mera disolución de la banda-, su enjuiciamiento y su castigo son un imperativo ético, volverían a situar al Gobierno en un rumbo mucho más acorde con la voluntad de la mayoría de los españoles.