¿EL TERCER PARTIDO?

 

  Editorial de   “ABC” del 22.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Los profesores e intelectuales vinculados al grupo cívico Basta Ya han impulsado una iniciativa política que podría culminar en la constitución de un nuevo partido político, bien en convergencia con Ciudadanos de Cataluña, bien como una organización nueva. Sus primeras propuestas ideológicas dan cuerpo a la profunda decepción que ha causado en numerosos intelectuales de izquierda la política pronacionalista de Rodríguez Zapatero, reflejada fundamentalmente en el menoscabo del principio de igualdad de todos los españoles y en el debilitamiento del Estado para satisfacción de los nacionalismos soberanistas. La idea que apadrinan, entre otros, Fernando Savater o Carlos Martínez Gorriarán implica una premisa importante en el actual momento político: el paso al frente de los pensadores e intelectuales que, desde posiciones de izquierda o centro-izquierda, desean impulsar un cambio político en España. Recientemente, Francia ha conocido un fenómeno similar gracias a la coincidencia de notables intelectuales de todo signo en defender una etapa de reformas estructurales para el Estado y la sociedad francesa. Personalidades como Max Gallo, Nicolás Baverez y André Glucksmann no han dudado en tomar partido por Nicolás Sarkozy como representante del cambio que necesita Francia, dando al nuevo presidente de la República una condición de líder integrador que ha sido decisiva para su victoria electoral.

Es precisamente este punto, el de la opción elegida para desarrollar la iniciativa de Basta Ya, el que exige de sus promotores una reflexión más profunda en aras, sobre todo, del éxito de su propuesta. Sin duda, debe ser bienvenida en todo caso, y sin reserva alguna, la decisión de un grupo de intelectuales y profesores de tomar conciencia de la situación para ir más allá de la denuncia y poner los medios para el cambio profundo que necesita España. La cuestión es si ese cambio requiere la aparición de un nuevo partido o si sería más coherente con la encrucijada actual que el discurso político de Basta Ya actuara como un factor de orientación social y de formación de una masa crítica que se comporte como un revulsivo transformador. En la Tercera de ayer, Mikel Azurmendi planteaba en concreto la necesidad de tomar partido en este momento político y, en este sentido, anunciaba su voto por el Partido Popular. Pues bien, la iniciativa de Basta Ya se basa en unos principios que el partido liderado por Mariano Rajoy encarna con una solvencia acreditada, incluso en las peores circunstancias de esta legislatura, cuando los populares tenían que hacer frente al proyecto de estatuto catalán y a la negociación del Gobierno con ETA mientras aún pesaba el efecto de la derrota electoral y del 11-M y Rodríguez Zapatero gozaba de una confianza general que, luego, ha defraudado sin la menor consideración política ni ética.

Savater y todos los intelectuales que apoyan su iniciativa saben que lo fundamental es generar un gran proyecto político nacional antes que meter a un nuevo partido en el registro del Ministerio del Interior. Ese objetivo, a semejanza de lo sucedido en Francia con Sarkozy, puede y debe alcanzarse superando el discurso partitocrático, mediante una convergencia de propuestas entre el Partido Popular y esa izquierda intelectual y política que considere que, en este momento histórico, la prioridad no es la ideología, sino la recuperación del espíritu constitucional -que Zapatero ha asolado- en todas sus acepciones.

Basta Ya y otros grupos cívicos situados a la vanguardia del constitucionalismo -como el Foro Ermua, que hoy convoca en muchas ciudades de España concentraciones de protesta por la vuelta de ETA a las instituciones a partir del próximo domingo a través de más de un centenar de listas de ANV- deben contribuir a sacudir la conciencia de la sociedad española ante el rumbo errático del Gobierno. La unión de las ideas y de la acción política, la concurrencia de fuerzas sociales para la restauración del consenso constitucional y la generación de un proyecto digno de ser llamado nacional debe ser, actualmente, el principal objetivo de todos cuantos creen que la etapa de Zapatero está agotada.