EL PSOE, AL COMPÁS DE MONTILLA

Editorial de  “ABC” del 25 de mayo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Tras la intervención del presidente de la Generalidad de Cataluña, José Montilla, ante el Senado, en la que renovó la tradicional amenaza que se cierne sobre las relaciones entre Cataluña y España, el PSOE ha anunciado que apoya la renovación del Tribunal Constitucional y acepta los dos candidatos que habían propuesto las Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular hace más de un año. Al final se demuestra que el veto socialista a Francisco Hernando, ex presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, y a Enrique López, ex vocal y portavoz de este órgano de gobierno de los jueces, era la causa del bloqueo a la renovación del TC. Donde los socialistas veían obstáculos insalvables para aceptar a Hernando y a López, ahora sólo hay prisas para alcanzar un acuerdo. Entre ambos extremos no ha habido más novedad que la presión del tripartito catalán en su estrategia de deslegitimación del TC, cuyo objetivo es impedir la revisión constitucional del nuevo Estatuto de Cataluña. Como este resultado es imposible, porque la Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico, la pretensión del tripartito es forzar un cambio de reglas en el funcionamiento del TC y, además, una renovación que cambie la actual correlación de fuerzas en el seno de esta institución.

Es evidente que el TC ha contribuido decisivamente a esta polémica sobre su funcionamiento en relación con el Estatuto catalán, pero para el tripartito presidido por Montilla, el problema no es el mal estado de este tribunal, sino la certeza de que la mayoría de sus magistrados están de acuerdo en que, con mayor o menor amplitud, el Estatuto tiene preceptos inconstitucionales. El debate interno se centra en cuánta inconstitucionalidad debe declararse. Por tanto, una primera conclusión permite afirmar que el Partido Popular acertó plenamente al interponer el recurso de inconstitucionalidad que tanto está costando al TC resolver. Y la segunda conclusión es que el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero ha introducido el Estado de las Autonomías en una discordia irresponsable, con un cambio del modelo constitucional que no ha pasado por los trámites que prevé la Constitución para su reforma.

El PSOE ha acreditado carecer de criterio propio ante la grave situación que atraviesa el TC. Su actitud oscila entre la tradicional trasferencia de culpas al PP y el seguidismo al tripartito catalán -sintomático de su debilidad política-, eludiendo comportarse como corresponde al partido gobernante, es decir, defendiendo las instituciones y actuando sin oportunismo. La súbita aceptación de la renovación del TC tiene toda la apariencia de una nueva trampa al PP.