ENTREVISTA A DURAN I LLEIDA

Por Mariano Calleja / Madrid  en “ABC” del 13 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web.

 

«Si Zapatero presentara una cuestión de confianza votaría en contra»

Niega que salvara al presidente del Gobierno, sino a la economía española e incluso al euro: «Si alguien le tiene ganas a Zapatero es CiU»

 

—Duran i Lleida es el político mejor valorado de España, con un 3,74 según el CIS, ¿a qué lo atribuye?

—Primero, es una aleación muy variable, es posible que la próxima vez no sea el primero. Segundo, lo cierto es que para un político catalanista tiene un mérito que no quiero ignorar y que quiero agradecer a los ciudadanos españoles en general. Tercero, lo peor del caso es que en vez del mejor valorado soy el menos suspendido. Y cuarto, yo creo que la gente debe de apreciar mi sentido común y mi respeto hacia el adversario.

 

—En el debate del «decretazo», defendió su voto por España y sacó a relucir una vena «patriótica». ¿Forma parte de su perfil?

—Sí, sí, sí. Yo me siento heredero de la tradición del catalanismo político que ha tenido siempre como uno de sus referentes a España. A mí me preocupa y tengo la obligación de defender los intereses de Cataluña, pero al mismo tiempo me preocupa el conjunto de la sociedad española.

—Lo cierto es que salvó a Zapatero.

—A mí no me gusta en absoluto la idea de salvar a Zapatero, y si algún grupo parlamentario en la Cámara tiene interés por razones obvias en que Zapatero se acabe es CiU. Ahí hay toda una historia públicamente conocida en torno al Estatuto de Autonomía y al compromiso al que Zapatero y Mas llegaron. Por tanto, si alguien le tiene ganas a Zapatero es CiU. Otra cosa es que nosotros creemos que era necesario que se adoptaran las medidas, con una parte de las cuales no coincidimos. No hemos salvado a Zapatero, pero sí a la economía española. No hay que perder de vista que España está bajo vigilancia europea. Ya no gobierna Zapatero, sino el protectorado de la Unión Europea. Y si me permite, hemos salvado el euro.

---¿Volverá a salvar la economía española con la reforma laboral si las cosas se le ponen feas al Gobierno?

—Nosotros hemos reivindicado la reforma laboral desde hace mucho tiempo, desde hace más de seis años. Si hay una reforma laboral y sus contenidos se han tratado con CiU y responden a nuestras expectativas, sin complejo alguno votaremos que sí. Pero de la misma manera, sin complejo alguno votaremos que no si nos parece insuficiente. Ni salvaremos ni condenaremos a Zapatero. Estaremos salvando en los dos casos a la economía española.

—¿Y no cree que lo mejor para la economía española quizás es un cambio de Gobierno?

—En estos momentos el cambio de Gobierno no es la solución. La economía española es un enfermo que está operándose a corazón abierto y lo que se requiere es acabar la operación. No son tiempos de convocatoria de elecciones, sino de hacer unos deberes que por culpa de Zapatero no hemos hecho antes. La penitencia de Zapatero es que ahora se vea obligado a ser él quien asuma la reducción del déficit público, cuando tres días antes decía que no estaba dispuesto.

—¿Y por qué pide elecciones dentro de seis meses y no ahora? ¿Para que no coincidan con las catalanas?

—Es un tópico. CiU tiene una posición bastante cómoda en las elecciones catalanas. El ciudadano es inteligente. Cuando acude a las municipales deposita el voto en un sentido, y el mismo día lo deposita en otro sentido si las elecciones son distintas. No creo que nos perjudicase en absoluto eso.

—En los Presupuestos ya tiene decidido el voto en contra, antes de que se presenten. ¿Qué le haría decidirse por la abstención?

—Hay una etapa que cubrir ahora, las de las reformas para sacar la economía del pozo, y después, con independencia del contenido de los Presupuestos, a nuestro juicio se necesita ya un nuevo Gobierno. La confianza con el actual se acaba. Internacionalmente sólo se espera de él que haga los deberes que no hizo en su tiempo. Después, que vengan elecciones.

«Si yo fuera

jefe de la oposición presentaría una moción de censura. Cuando se presente, CiU decidirá qué hace»

 

—¿Hace falta un nuevo Gobierno, presidido por el PP?

—Eso lo dirán las urnas.

—¿Usted qué prefiere?

—Yo prefiero que CiU tenga un gran resultado y sea cual sea el Gobierno pueda influir en la política española. Por una razón: a España le ha ido mucho mejor cuando CiU ha podido influir en la economía de España.

—¿Y si se presenta Zapatero y vuelve a ganar?

—Quien tiene que elegir a Zapatero o Rajoy es el ciudadano que le vota. Tengo diferencias con uno y con otro.

—¿Ve a Zapatero con capacidad de remontada?

—Todo es posible en política. Pero hoy está muy tocado.

—¿Qué le hace resistirse a apoyar una moción de censura?

—De momento quien se resiste a presentarla es Rajoy.

—¿Usted le animaría a presentarla?

—Si yo fuera jefe de la oposición en las circunstancias actuales, pero no lo soy, y quiero que quede muy claro que no soy quien para dar consejos a Rajoy, pero si lo fuera y detectara que quizás en la ciudadanía hay un cierto recelo de que no acabo de aparecer como alternativa clara, yo presentaría una moción de censura a sabiendas incluso de que la perdería, porque me permitiría visualizar lo que soy como candidato con un programa alternativo al actual. Ahora, Rajoy es un gran político, con experiencia, y él sabrá si le conviene o no.

—¿Y CiU qué haría?

—Cuando la presente, decidiremos, pero de momento no la ha presentado. Pero sí le digo que si Zapatero presentara una moción de confianza nosotros votaríamos en contra. Pero nuestra confianza tampoco es ilimitada con Rajoy ni mucho menos. Tenemos un contencioso pendiente. Estamos pendientes de una sentencia que puede provocar un problema político importante en Cataluña y estamos en este embrollo porque el PP presentó un recurso contra el Estatuto.

—¿Y no tenía derecho a hacerlo?

—Por supuesto que lo tiene. Pero por qué lo presenta contra el Estatuto de Cataluña y no contra el de Andalucía cuando muchos artículos son idénticos. Ahí es el PP el que se ha distanciado muchísimo de CiU. Dicho esto, el PP puede pactar con el PSE en el País Vasco o con el PSOE aquí ¿y nosotros no podemos entendernos con el PP porque viene el lobo, como dice el PSC? Faltaría más, nosotros podemos dialogar y entendernos con quien queramos, porque tanto el PSOE como el PP son partidos democráticos y por tanto ese estigma de que uno no puede hablar con el Partido Popular no lo acepto.

—¿El acercamiento entre PP y CiU es real entonces?

—No hay ningún acercamiento en estos momentos. Tiene sentido cuando hay posibilidad de gobernar. Hay diálogo con el PP, como hay con el PSOE.

—¿Lo de ir al notario para no pactar con el PP está olvidado ya?

Artur Mas, que fue el responsable de esa decisión, ya ha dicho reiteradamente que eso ya pasó y que fue un error. En estos momentos quien ha ido al notario no ha sido CiU, es el PP el que ha ido al juez para denunciar una obra política de CiU como es el Estatuto.

—¿Cree que habrá sentencia sobre el Estatuto antes de las elecciones?

—No lo sé. Si hay sentencia antes de las elecciones catalanas y dictamina la inconstitucionalidad de parte del Estatuto, tendrá repercusiones electorales. Y además auguro que no serán buenas para CiU. La va a aplaudir con las orejas ERC, porque dará la razón a su discurso político de que Cataluña no cabe en la Constitución. Si hemos estado cuatro años sin sentencia, el Tribunal Constitucional podría esperar y de paso ya podría declararse incompetente.

—¿CiU acatará la sentencia si es adversa?

—Las sentencias se acatan y se respetan, pero esa es la respuesta judicial. La respuesta política será otra. Tenemos que reflexionar y ver lo que hacemos.

—Si hay sentencia negativa, ¿hay que esperar una CiU más radicalizada?

—No, yo creo que habrá que insistir con instrumentos distintos. CiU no tiene que echarse al monte, pero no debe tener una respuesta de resignación.

—Decía que CiU no tiene que echarse al monte. ¿Y no es hacerlo apoyar la consulta independentista en el Parlamento catalán?

—No hemos apoyado ninguna consulta, sólo hemos informado en la Mesa sobre algo que los servicios jurídicos de la Cámara consideran que tiene que ser tramitada. Una iniciativa que es simplemente autorizar a un colectivo a recoger las firmas que requieren una iniciativa legislativa popular. No nos hemos pronunciado sobre el fondo de la cuestión.

—¿Y qué piensa del fondo?

—CiU no tendrá en su programa la convocatoria de un referéndum para la independencia.

—Si se llega a celebrar esa consulta, ¿cuál sería su voto?

—Yo no soy independentista. Por tanto mi voto sería un reflejo de eso. Yo defiendo el derecho de autodeterminación pero a la hora de autodeterminarme no opto por romper con España, sino por una fórmula confederal con el conjunto español. Ahora, respeto a quienes discrepan de mí. La independencia es una idea política tan respetable como la que pueda tener yo.

En el Camino de Santiago...

m. c. madrid

Duran, católico...



—¿Ve a Zapatero con síndrome de La Moncloa?

—Los dos últimos años especialmente es evidente que Zapatero no ha sintonizado con lo que pasa en la calle. hablaba de brotes verdes y debía verlos en La Moncloa, porque por mucho que haya llovido este invierno no aparecen por ninguna parte. Que Zapatero está alejado de la realidad y la sociedad, a las pruebas me remito.

—¿Usted también cree que existe eso que algunos llaman catalanofobia?

—En el PP hay una parte que tiene poco cariño a Cataluña, y en la calle depende de qué medios leas. Al ciudadano de Madrid le llega desvirtuada una realidad. A mí en la calle nadie me insulta, y por tanto no veo catalanofobia especial. La gente tiene sentido común. La semana pasada me escapé tres día a hacer el Camino de Santiago y me crucé con gente de todas partes, de Madrid, que se querían hacer fotos conmigo, de La Coruña, catalanes, de todas partes, y no encuentro ese sentimiento.

—¿Le dio tiempo a reflexionar en el Camino?

—Cuando hago el Camino lo hago por dos razones: lo hago con amigos, y es un poco evasión. Pero yo soy católico, y el Camino de Santiago también lo aprovecho para la reflexión porque tiene un contenido espiritual importante. Y reflexionar, claro que sí, pero no sólo del día al día.

—¿Cuántas veces le han preguntado si se ve como ministro?

—Tropecientas.

—Es por preguntárselo de una manera distinta. ¿Siempre ha contestado lo mismo?

—Sí, hay un tópico que dice que yo quiero ser ministro. Eso es porque sigo defendiendo que sería bueno para Cataluña y para España que el catalanismo político pudiera implicarse directamente en el Gobierno de España. No se dan esas circunstancias, lamentablemente, pero sería bueno. Yo aspiraba muchísimo menos de lo que he llegado a ser, por tanto estoy más que complacido. Y además, sinceramente, no tengo en estos momentos ninguna voluntad de ser ministros. Debo ser de los pocos que habiéndoles ofrecido ministerios unos y otros no los ha aceptado. Si mi ilusión fuera esa, habría aceptado.