EN EL FILO DEL ABISMO

Ante la grave situación que atravesamos, lo único que se le ocurre al Gobierno es volver a tachar a Mariano Rajoy de antipatriota

Editorial de  “ABC” del 27 de noviembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web

 

EL patriotismo oportunista al que ha apelado Zapatero —en Cataluña, a mayor sarcasmo— para criticar a Mariano Rajoy es inútil frente a la actitud de los mercados y organismos internacionales que ven en España un riesgo agravado para la estabilidad de la zona euro. Hacer creer a los españoles que la imagen de España ante los mercados depende de que el líder de la oposición se sume a los diagnósticos falsarios del Gobierno es el enésimo intento de engaño que acomete el Ejecutivo para esquivar una crisis que le alcanza de lleno.

La situación de la economía española es inocultable para los inversores y las instituciones europeas, como reflejan el incremento imparable de la prima de riesgo de nuestra deuda y los negativos juicios de los medios especializados que señalan ya a Zapatero como el responsable de lo que pueda sucederle al euro. Lo que de verdad influiría en la confianza de los mercados hacia España es que la crisis encontrase respuesta en un plan de reformas inmediatas, con contenido estructural y objetivos ambiciosos. Sin embargo, no solo no encuentran esta reacción en las decisiones del Gobierno, sino que además se topan con la declaración de Rodríguez Zapatero de que no hacen falta más ajustes y de que se equivocan los analistas que ponen en duda la economía española para ganar dinero a corto plazo. Todo esto, mientras en Europa se especula con la necesidad de ampliar el fondo de rescate por si hubiera que emplearlo en España, cuya crisis es comparativamente menor que las de Grecia e Irlanda, pero mucho más peligrosa para el euro por la dimensión de nuestra economía.

El horizonte se oscurece en toda Europa, especialmente después del anuncio de que Bruselas repetirá los «test de estrés» del sistema bancario porque el fracaso irlandés de esas auditorías ha puesto en cuestión la certeza de los datos económicos sobre los que se han tomado, u obligado a tomar, importantes decisiones. Pero ante esta grave situación lo único que se le ocurre al Gobierno es colocar al Partido Popular como chivo expiatorio de la crisis y volver a tachar a Rajoy de antipatriota. A eso ha quedado reducida la política de Rodríguez Zapatero contra la peor crisis en casi un siglo: a una absoluta pasividad frente a unos acontecimientos que le superan.