¿QUÉ OPOSICIÓN?

 

 Artículo de César Alonso DE LOS RÍOS  en  “ABC” del 7-4-05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo siguiente para incluirlo en este sitio web (L. B.-B.)

 

 

Se equivoca Mariano Rajoy si piensa que hay una forma abstracta de hacer oposición. Ésta tiene que ser congruente con los modos del poder. Sería absurdo elegir el florete cuando el otro utiliza un cañón. Y Zapatero utiliza el cañón.

Es posible que a Rajoy no le guste el cañón, pero se engañaría si creyera que él puede elegir el arma. En todo caso antes de criticar a aquéllos de los suyos que le recomiendan una oposición proporcionada, debería denunciar a los contrarios.

Así pues, lo primero que hay que hacer es saber cuáles son los objetivos políticos del contrario y con qué medios pretende conseguirlos. Y yo tengo la impresión de que ni se quiere ver que el PSOE no es el contrario, sino el «enemigo», ni se quiere reconocer el alcance político de su estrategia. Es verdad que en la dirección del PP ya ha calado la idea de que el PSOE no quiere un sistema de alternancia, sino la liquidación de la oposición conservadora, pero no se quieren sacar conclusiones de ello.

El PSOE se ha planteado la lucha política en términos de «enemigo» porque pretende la liquidación del sistema. No es únicamente el PP el que está en la mira destructora del PSOE, sino el sistema mismo. Y si esto es así, ¿el PP está haciendo una política eficaz para impedirlo?

Por lo que respecta al modelo de Estado y a la idea de Nación, la experiencia de estas tres décadas no sólo es desgraciadísima por la cosecha recogida (herido de muerte aquél, extinguida prácticamente ésta), sino porque ni siquiera está sirviendo para enfrentarnos a la situación. Si los socialistas en tiempos de Felipe González contribuyeron a la hegemonía de los nacionalistas en Cataluña y el País Vasco, ahora quieren consolidar con ellos la situación definitivamente. La contienda electoral en el País Vasco no debe impedirnos ver que lo único que preocupa a Zapatero es la fuerza que el PSOE va a tener en la futura «comunidad nacional» vasca. Porque acepta ya, como lo acepta para Cataluña, que el País Vasco va a ser un Estado. Porque la consecuencia de la Nación de Naciones es el Estado de Estados. Y con los actuales terroristas metidos en el juego. ¿Todavía hay algún ingenuo que se atreva a hablar de Pacto Antiterrorista?

Y cuando hablo de sistema, estoy refiriéndome a nuestra cultura y a la lengua y a la religión católica. ¿Todavía después de lo que estamos viviendo estos días con motivo de la muerte de Juan Pablo II hay alguien tan imbécil o tan cobarde que no reconozca el propósito destructor de Zapatero en relación con la religión católica, que no entienda que está en una declaración de guerra permanente a nuestra forma de ser histórica, y, por lo mismo, una agresión constante a la convivencia como forma de hacer política?

Zapatero está apelando a los suyos para hacer desaparecer la España representada por la derecha y que a su entender es la misma que ganó la Guerra Civil. No quiere aceptar la reconciliación que se produjo en los años sesenta y setenta, ni el sentido de la Transición. Éste es el terreno en el que plantea el ejercicio del poder y, por tanto, éste es el tipo de oposición a la que ello obliga. Razón o tripas, tripas o razón, la elección viene marcada por el contrario, en este caso «enemigo».

El que permanece sentado ante el paso de la bandera de EE.UU. para excitar el populismo, el que humilla al Papa para abrir una guerra de religión, el que expulsa la religión de la enseñanza para crear un frente laicista, el que daña el idioma común para debilitar la cultura nacional, el que divide a España en partes para garantizar su poder personal y el de su partido... no deja opción sobre el tipo de oposición. O la tomas o pierdes. Y ¡con qué consecuencias!