DE VÁZQUEZ A ZEROLO

 

 Artículo de CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS  en “ABC” del 29.06.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

Con un breve comentario al final:

 

 FENOMENOLOGIA DEL ESPIRITU (L. B.-B., 29-6-05, 08:00)

 

Zerolo ha invitado a Paco Vázquez a dejar el PSOE. Si el alcalde no comparte la moral del nuevo socialismo -ha dicho-, lo mejor que puede hacer es retirarse y dejar pasar a otros compañeros más representativos de los nuevos movimientos sociales (gays, feministas radicales, profesionales de la antiglobalización, dueños de franquicias ecologistas...) que han venido a sustituir el papel del proletariado, que era la vanguardia de la clase obrera en los tiempos en que había conciencia de clase.

Zerolo comprende que Vázquez no entienda que la alternativa al sistema es en el fondo la misma que la izquierda propuso en la República y que, lógicamente, puede afectarle a él como católico: de los cementerios civiles se ha pasado al matrimonio gay; de la supresión de los crucifijos en las escuelas a la prohibición de la enseñanza de la religión; del ideal sexual de los anarquistas a la liquidación de las instituciones...

A falta de clase obrera, Zerolo es el Largo Caballero de los movimientos sociales alternativos, urbanísticos, ecologistas, laicistas, pacifistas, sexistas... El Lenin de hoy agita su espada flamígera a la puerta de Ferraz para impedir el paso de los Besteiro de hoy, a los flojeras, a los tibios, a los Paco Vázquez.

Porque para Zerolo (y para Zapatero), el alcalde de La Coruña es un pequeño burgués abrumado por sus contradicciones morales y religiosas, que estaría mejor militando en el PP, ya que no tendría que violentarse cuando su partido le pide que vote la ley de los matrimonios de gays y lesbianas...

Para Zerolo (y para Zapatero), Vázquez no está capacitado para comprender la defensa de las libertades que hay en el programa de este nuevo partido socialista, en la legalización del aborto en todas sus fases y en la separación que establece entre la sexualidad y la procreación, entre la paternidad y la procreación, entre la familia y la procreación.

Porque, ¿qué tipo de moral -se pregunta Zerolo- podría esperarse de un católico practicante, del que se dice que habla diariamente con Dios, que está casado con una supernumeraria del Opus y que ha educado a sus hijos en colegios de la Obra?

Pero no son sólo los principios relacionados con la religión y las buenas costumbres lo que separa al alcalde Vázquez de la nueva vanguardia socialista, sino también los dogmas nacionales. ¡Es un españolista! ¡Cree en la nación española! ¡Es un fundamentalista en la interpretación de la Constitución! ¡Entiende el socialismo como solidaridad y el Estado como garantía de esta! ¡No cree que los separatismos sean la única forma de asegurar la paz y la convivencia! Así que, en poco tiempo, el católico y el españolista alcalde de La Coruña ha dejado de ser un lujo del PSOE, la prueba de su pluralidad, para convertirse en piedra de escándalo.

Que deje pasar a otros compañeros, dice Zerolo, el nuevo inquisidor, el que decide lo que está bien y lo que está mal, el que posee informes decisivos, este ojo orwelliano, este príncipe de la noche, este jefe de las tinieblas.

 

Breve comentario final:

 

 FENOMENOLOGIA DEL ESPIRITU (L. B.-B., 29-6-05, 08:00)

 

Experimento una sensación de fin de época para España. El país se va degradando hasta tocar fondo, y son los productos de esa degradación cada vez más visible los que  se encuentran al frente del mismo. Es como si este calor agobiante fuera disolviendo el país en una pasta informe que se desparrama sobre la densidad estructural de la realidad. No hay fibra, no hay consistencia, no hay rumbo.

 

Les haré un repaso fenomenológico de mis impresiones:

Estos días corrijo exámenes y experimento la sensación de degradación: ya no es que los alumnos entiendan o no entiendan lo que se les intenta enseñar. ¡Es que no trabajan! Muchos de ellos, con notas que no sobrepasan el dos y medio sobre diez, no entienden por qué no han aprobado.

 

De vez en cuando veo TV3, la televisión catalana, y al oír a la mayoría de sus tertulianos me desespero, pues me recuerdan la escena del burro y la noria, dando vueltas cansinamente por los siglos de los siglos alrededor del mismo eje para obtener un chorrito de agua. Y no saldrán del círculo. ¡Rompan de una vez las cadenas míticas! ¡Déjense de letanías aldeanas y despierten!

Votaré no a un Estatuto que decida vulnerar la Constitución transformando a Cataluña de nacionalidad en Nación, o romper el equilibrio competencial existente, o el equilibrio idiomático de la sociedad. Pero los balidos nacionalistas siguen resonando por los siglos de los siglos, esterilizando la creatividad del país. Dicen que contar ovejas es un buen procedimiento para dormir, y eso es lo que está pasando, que Cataluña  se ha dormido de tanto ¡beeee! institucional. Entre tanto, el 3, o el 20, o el porcentaje que sea, campa por sus respetos, y muchos de mis alumnos se creen que tienen derecho a aprobar sin trabajar ¿Qué es eso del trabajo? ¡Eso es cosa del pasado!

  

Nuestro Presidente genial y accidental, arrastrado por sus ansias infinitas de paz, abandonó Irak a su suerte, quiere pactar con las tiranías y apoya el "corazón de Europa" de los grandes expresos y líderes europeos, que también se paran. Para ellos, el corazón de Europa se movía en la dirección de pactar desde el eje franco-alemán y adheridos con  Putin una política antiamericana mientras se estaba intentando aprobar la Constitución europea y forjar una política exterior y de defensa común. ¡El corazón de Europa se está disolviendo ante nuestros ojos! ¡Viva el liderazgo de Chirac, Schroeder y Zapatero!

 

Zerolos, Carods, Llamazares, Oteguis, Ibarretxes, Maragalls, constituyen la revelación política de nuestra élite española y aldeana. Ellos dan la imagen de esta nueva España, emergente del progreso y la disciplina del último tercio de siglo. Una España cansada del esfuerzo, que se disuelve en la estupidez, las aberraciones, la inconsistencia y el delirio.

 

¡Pero se va a encontrar remedio a todo este desorden¡ Nuestros gobernantes ponen más rádares en las autopistas, más artilugios obligatorios en el portamaletas de nuestros vehículos, y más guardias en las rotondas de las carreteras!

 

¡Ah, por cierto!... cuando llegué a Cataluña a vivir, hace ya treinta y cinco años, me admiró la civilización de un pueblo que sabía caminar por la ciudad con amabilidad y respeto. ¡Todo el mundo circulaba por la derecha en las aceras! ¡Hasta las señoras! Hoy, caminar por las aceras barcelonesas es una especie de gincana contorsional en que las vèrtebras te crujen más a cada viraje. Debe ser que hay muchos turistas anglosajones que, como se sabe, circulan por la izquierda.

 

Y otro nuevo paréntesis argumental, en este caleidoscopio fenomenológico: a mis comunicantes por e-mail, que cuando me escuchan blasfemias antinacionalistas pretenden darme lecciones de civilización y de cómo es  Cataluña y su cultura, les agradezco su amable esfuerzo y comprensión, pero quiero facilitarles de una vez el dato de que llevo aquí treinta y cinco años. Y lo mismo les digo a los dibujantes de dianas patrióticas en las paredes.

 

En fin, quiero terminar esta especie de artículo o algo así con un recuerdo respetuoso para Don Manuel Fraga,

el que "siempre usó palabras sin condón", y que pese a sus contradicciones, supo poner en momentos críticos su fuerza en la dirección de la libertad.

 

¿Y yo qué hago aquí? Pues, francamente, no lo sé: para un politólogo, el que la élite política se llene de cada vez más botarates irracionales no es un estímulo para intentar usar la razón. También la profesión y el esfuerzo en que tiene que fundamentarse va de capa caída. Yo también me voy parando por aburrimiento. Habrá que esperar a los grandes males para que el país despierte. Entre tanto, paciencia y a estudiar.