¿ELECCIONES A LA VISTA?

 

 

 Artículo de César Alonso de los Ríos en “ABC” del 09.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Se habla de elecciones anticipadas. En medios socialistas se opina que el Gobierno no debería llevar adelante el «proceso de paz» sin el acompañamiento del PP, y, aún menos, bajo su mirada fiscalizadora. Sería una temeridad excesiva. En el Partido Socialista se sabe que la imagen más apropiada para descubrir esta aventura de ZP es la de caminar por el filo de una navaja. Y, sobre todo, ¿cómo podrían los jueces hacer interpretaciones «generosas» de la ley, basadas en el contexto político, si no resultan explicables para esa mitad de la sociedad que representa el PP?

La ruptura del PP le puede inducir a Zapatero a buscar una vía pseudo-plebiscitaria. Unas elecciones finalistas.

Con razón empalidecía Zapatero al escuchar el miércoles pasado la filípica de Mariano Rajoy. En todo caso, ¿no había llegado a sospechar ZP que el PP podría llegar a la ruptura? ¿Por qué había confiado en que el partido de los apestados, el proscrito por el pacto del Tinell, el culpable del 18 de julio, el heredero del franquismo... tendría que cubrirle en la misión de reconocer a ETA cuando ésta no ha renunciado a una sola de sus exigencias? ¿Quizá ZP pensaba que la dirección del PP no podría oponerse a la mayoría mediática que reclama la voluntad de diálogo y la conquista de la paz?

Zapatero se viene equivocando constantemente, pero, en este caso, el error es demasiado grave. Le ha dado quince días a Rajoy para que rectifique. En realidad, se ha dado tiempo a sí mismo porque la «insolidaridad» del PP ha abierto una brecha en la dirección del PSOE. ¿Por qué no convocar unas elecciones generales en las que el pueblo español podría decantarse en relación con el «proceso de paz»? En cierto modo, el resultado positivo de unas elecciones «ad hoc» sería para ZP un cheque en blanco para negociar con ETA. Por otra parte, podría entenderse como la aprobación indirecta del nuevo modelo de Estado, ya en marcha en Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía. Por fin, ¿no le agradecerían este gesto radicalmente democrático sus terminales del Tribunal Constitucional?

La sociedad española aún no se ha despertado del sueño en el que está, y que le impide ser consciente del proceso revolucionario en el que estamos. A veces, parece recobrar la razón democrática gracias a manifestaciones como la de mañana, pero la revolución de ZP es terriblemente engañosa. Y aún más si se cubre con unas elecciones.