ELEGÍA

Artículo de César Alonso de los Ríos  en “ABC” del 14 de noviembre de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Nos merecemos lo que tenemos. El Consejo del Audiovisual Catalán (CAC) sería el último ejemplo. Nos merecemos el cordón sanitario a todo lo español, la persecución al idioma común, el reparto desigual de las riquezas, la Monarquía como testigo de un Estado que, aun en sus estertores, es utilizado para humillar a la Nación de la que ha emergido...

¿No debería darnos vergüenza «nacional» tener que esperar a que «The Economist» haya llamado «cacique» a Jordi Pujol? ¡Cuánto se ha defendido desde Madrid, desde los periódicos de Madrid, desde todos los Gobiernos de Madrid a este gran demócrata llamado Pujol¡ ¡Hasta en las últimas elecciones catalanas se esperaba en Madrid un gobierno socio-vergente! Pero los procesos nacionalistas son implacables: después de Jordi Pujol vendría Artur Más y después Josep Lluis Carod-Rovira y luego Paqual Maragall y finalmente José Montilla. Pujol comenzó a «hacer país» y eso pareció tan bien, tan razonable que lo hizo suyo el socialismo y ya lo está haciendo la derecha «española».

Con los particularismos del caso el proceso ha sido similar en el País Vasco. También fue considerada «nacionalidad» por los padres constituyentes e incluso asegurada con cláusulas adicionales. Aquí el Estado es ya un residuo. Nos quedan la Vuelta Ciclista a «España» y el Festival de San Sebastián... a ratos.

Hemos sido tan generosos en la liquidación de España, hemos dado tanto la razón a los Pujol y a los Imaz; hemos sido tan ignorantes con los procesos nacionalistas; hemos sido tan liberales con los totalitarismos periféricos: hemos mimado tanto al monstruo que ahora tenemos que apoyarnos en un semanario británico para criticar al tripartito catalán por su agresión a los oyentes de Punto Radio y la COPE.

¿Es tarde ya? Dejadme que cite a Rilke cuando afirma en la Séptima Elegía de Duino. «Cada sombrío cambio del mundo tiene tales desheredados, / a quienes ni lo pasado ni lo todavía próximo pertenece. / Porque también lo próximo está lejos para el hombre». (Traducción de Jenaro Talens).