TIEMPOS DE INFAMIA

Artículo de César Alonso de los Ríos  en “ABC” del 02 de abril de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Me preguntó mi amigo que cuánto tiempo le daba yo a la crisis. «¿A qué crisis?», le pregunté a mi vez. «Quiero decir que si te refieres a la moral y no a la económica». «De acuerdo», me dijo. Y comenzamos a echar por la boca todo lo que la actualidad nos va poniendo en la del estómago. El esperaba que yo como periodista le diera alguna clave especial, nueva, distinta. ¿Acaso hay algo más soez que gastarse 350 euros en una escobilla de wáter? Así que comenzamos a despotricar sobre Matas y la Munar y el gobierno de los socialistas con los amiguetes de esta y los posibles implicados del PP en los negocios de Matas y toda esta mierda en la que patean los partidos, el sistema de partidos, el sistema democrático ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta cuándo?

Otro amigo me habla de la gran conspiración de la que es fruto esta parida a la que dimos luz en la transición y en la que se entienden todos, Bárcenas y Zarrías juntos, Más y Eguiguren, Rajoy y Zapatero. Y en torno a estos y a su tinglado de la «nueva farsa» los militantes que jalean a los suyos, cada cual a los propios, los del PP a los del PP y los del PSOE a los del PSOE....

¿Por cuánto tiempo esta crisis moral, estos inmundos programas de las televisiones, estas escuelas de incivilidad, esta miseria cultural, peor, mucho más grave que la que vivimos en la dictadura, dónde se va a comparar? La abstención que ha habido en las regionales francesas es una buena lección para la clase política. Por supuesto para Sarkozy, en primer lugar. La abstención de los franceses es un hecho novedoso, inesperado. Un aviso. «No os merecéis nuestro voto», le han dicho a su clase política. «Que os vote vuestra madre» ¿Terminará pasando aquí algo parecido? A «ellos» les da igual. Los que pierdan las generales resistirán en los feudos autonómicos y municipales. Nos aburrirán con sus rapiñas. No todos. No generalicemos. Algunos hay honrados e incluso honestos.