¿SE DA CUENTA ZAPATERO DE LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN ECONÓMICA?

 

Artículo de Luis María ANSON  en “El Imparcial” del 17 de diciembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Los informes de la Embajada de Estados Unidos en Madrid y de los servicios de inteligencia norteamericanos han tratado a Zapatero de forma generosa. “O está minimizando deliberadamente el problema económico, o no entiende su gravedad”. La disyuntiva carece de sentido para cualquiera que conozca lo que ocurría al comienzo de la crisis. Zapatero no entendía nada, no se daba cuenta de nada, vivía en una nube. Las advertencias de Solbes le irritaban. Decidió escabecharle y nombrar a una marioneta llamada Elena Salgado para que cumpliera a rajatabla las órdenes económicas procedentes de la sabiduría de Zapatero, faro de la Alianza de las Civilizaciones.

En el otoño del año 2007, cuando estábamos a tiempo de contener y encauzar la crisis, Zapatero ordenó que se lanzaran al viento las campanas del optimismo porque tenía que ganar las elecciones de marzo de 2008. Tras la prueba electoral, se negó durante varios meses a emplear la palabra crisis. A los que en julio de 2008 afirmábamos que, tras la crisis galopante que sufríamos, vendría enseguida la recesión, nos calificó de catastrofistas.

La crisis nos hubiera azotado en todo caso. Pero la hubiéramos disminuido a la quinta parte si el Gobierno la llega a abordar en el otoño del año 2007. Zapatero fue el pirómano que extendió el incendio. Puede tener alguna explicación la medida que impuso hasta las elecciones generales pues el egoísmo de muchos políticos, que anteponen su interés personal al de la nación, es frecuente y bien conocido. Pero después, Zapatero ha acumulado un despropósito tras otro, hasta que Europa lo ha metido en vereda. Con escaso éxito, por cierto, ya que la desconfianza hacia su persona es tal que las medidas que le han impuesto apenas surten efecto. El problema de fondo radica sustancialmente en la continuidad de Zapatero. Si no se va, seguiremos dando tumbos hasta las elecciones generales.

 

Luis María ANSON, de la Real Academia Española