ZAPATERO Y LA NACIÓN

 

 Artículo de Luis María ANSON, de la Real Academia Española,   en “La Razón” del 10.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 El 13 de enero pasado, la Comisión de Léxico Jurídico de la Real Academia Española aprobó la definición del término «nación». Dice así: «Nación. (Del lat. natio, -onis). f. Colectividad humana asentada sobre un territorio definido y con una autoridad soberana que emana de sus miembros, constituyendo por tanto un Estado».

Lo que pretende Carod Rovira, y tal vez Maragall, al definir a Cataluña en el nuevo Estatuto como «nación » es constituirse, dentro de un tiempo, en Estado, lo que significaría el desgajamiento de España y la independencia. Así es, sin eufemismos. El líder socialista catalán enmascara este propósito con el fin, quizá, de engañar a pusilánimes e ingenuos. El dirigente coronado de espinas de ERC afirma su objetivo

con cinismo y desprovisto de caretas. Zapatero, por un puñadito de votos, hace el juego a los dos contumaces antiespañoles.

Destacados socialistas –Guerra, Bono, Ibarra, Chaves, Redondo, Felipe González, Barrera– han reaccionado frente a la frivolidad zapateril y se han opuesto al término nación concedido por gracia de Zapatero I el de las mercedes a Carod Rovira y a Maragall. Ahora, el presidente, asustado por la reacción que ha producido su indocumentación y ligereza, está recogiendo velas. Pero que no se ande con disquisiciones semánticas. Nación significa lo que dice en su última versión la Real Academia Española y lo que afirma la Constitución. Por eso semejante término hay que erradicarlo del Estatuto de Cataluña, sin tratar de quedar bien con todos

y con indecente pasteleo y grave ofensa, en todo caso, al espíritu y la letra constitucionales.

A muchos en España se nos han terminado las contemplaciones con Zapatero. La incongruencia y la incompetencia de este hombre han situado a nuestra nación en sólo año y medio al borde del despeñadero, fragilizando el edificio entero de la Transición

que nos ha dado largos años de concordia y conciliación, de paz y progreso.