AZNAR

 

 Artículo de Luis Maria Anson en “El Mundo” del 12.12.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

¿Por qué el Partido Socialista y los medios adictos de comunicación atacan sin cesar a Aznar? Porque sigue siendo la referencia del centro derecha español. Tras ocho años de Gobierno, tras ganar por mayoría absoluta las últimas elecciones generales, José María Aznar dio la lección ejemplar de retirarse cuando estaba claro que triunfaría electoralmente de nuevo.

Cometió sin duda, el líder del centro derecha, errores en su gestión, pero el balance entre las equivocaciones y los aciertos le es abrumadoramente favorable. Recibió Aznar una economía tambaleante con la Seguridad Social en quiebra y dejó al país en plena prosperidad, con superávit presupuestario y unas reservas de las que está viviendo opíparamente el sucesor socialista.

Desangrado el prestigio internacional español por la hemorragia de los GAL, Aznar desplegó una actividad tan eficaz que nuestra nación se situó en la cumbre, sustituyendo de hecho a Francia entre los aliados, con visible aceptación junto a Estados Unidos e Inglaterra. Zapatero ha fragilizado la situación de España y se ha aliado con el tirano Castro, el caudillo bufón Chávez y el pintoresco Evo. Hemos pasado de la primera línea al tercermundismo entre los desatinos de Moratinos.

Titubeó el líder popular en los primeros escarceos con ETA para instalarse después en la política certera: Policía, Guardia Civil, Servicios de Inteligencia, alianza con Francia, deslegalización de Batasuna, acoso a las fuentes de financiación de los terroristas e impulso de la Justicia. Todo ello sin gales ni otros terrorismos, desde la ley y el Estado de Derecho. ETA acorralada, agonizaba cuando Aznar dejó de gobernar. No mataba porque carecía de fuerza para hacerlo. Estaba en la UCI. Zapatero ha resucitado a la ETA moribunda, desbaratando estúpidamente la política de Aznar.

Defendió el dirigente popular la unidad nacional frente a los acosos nacionalistas, entre otras cosas porque no es la Constitución la que consagra la unidad de España sino que la Carta Magna deriva de ella. El relativo equilibrio autonómico, tan inestable siempre, quedó preservado mientras gobernó el líder popular. Zapatero, a lomos de su caballo caracoleante, entró de forma insensata en la cristalería de la Transición, lo ha destrozado todo y ha abierto con el Estatuto de Cataluña, y lo que vendrá, los cauces para la quiebra de la unidad nacional.

Hizo Aznar, con sus aciertos y sus errores, una política seria, firme y coherente. Se ganó la credibilidad general y el respeto de todos. Nadie esperaba de él, en ningún caso, ni improvisaciones ni ligerezas ni ocurrencias. Todos sabíamos en dónde estaba él, en dónde España. Sin sorpresas. Zapatero es el político de las ocurrencias.

Por eso, los dirigentes socialistas saben que deben vencer a Rajoy pero el enemigo a batir sigue siendo Aznar. En Moncloa están aterrados de que vuelva. Por eso le atacan sin cesar, acompañados por el coro mediático adicto. Si Rajoy resulta derrotado en las elecciones de 2008, se producirá un clamor en el centro derecha pidiendo la vuelta de Aznar. Un clamor, tal vez sordo, porque no se puede descartar que el líder popular diga que no y mantenga su retirada. Si decidiera regresar, le veremos vencedor de nuevo en las elecciones, otra vez en el sosiego de su despacho de Moncloa, con la larga experiencia y el pulso firme al servicio del bien común de los españoles.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.