OTRA VEZ ESPAÑA INVERTEBRADA

Artículo de Luis María Anson en “El Mundo” del 23 de junio de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web


Zapatero I el de las mercedes ha convertido el Estado de las Autonomías en las Autonomías sin Estado. El espectáculo produce vergüenza ajena. El presidente circunflejo, asustado por las cifras electorales de las europeas, se fue a su granero de votos -Cataluña- a prometer el oro y el moro. Carod-Rovira se esponjó de satisfacción. Pero en toda España se escuchó el grito de Andalucía, el otro cesto de los votos zapaterescos, bien untado con los mimbres del PER, las subvenciones, los patrocinios, los enchufes y las prebendas.

Y, claro, Zapatero se precipitó a abordar el Falcon y trasladarse a Sevilla para prometer lo mismo que en Barcelona pero un poco más. Se cabrean entonces las otras Autonomías y se arbitran medidas para todas que dejan al Gobierno deshuesado. La desvertebración de España es ya un hecho. El Estado no puede con las Autonomías. Es incapaz de imponer criterios comunes ni en la educación ni en la fiscalidad ni en la economía ni en nada. Dentro de muy poco tiempo no existirá otra cohesión nacional que El Corte Inglés.

Desde hace varios años vengo insistiendo en una reforma constitucional imprescindible si queremos salvar la idea de España. Es necesario introducir en la Constitución de 1978 un artículo que cierre el Estado de las Autonomías: ni una transferencia más y recuperación de la competencia plena en materia de educación. Ortega y Gasset, la primera inteligencia del siglo XX español, se quedaría perplejo ante esta nueva España próspera e invertebrada. Próspera hasta que la deuda agigantada de las Autonomías, el frenético despilfarro de las Comunidades, zarandee la entera vida de la nación. Unas Autonomías reguladas y embridadas significaban una solución certera para la diversidad de España. Se están consolidando, sin embargo, 17 países de pitiminí que juegan a la política más o menos soberanista, mientras una parte de la clase política se enriquece por los caminos generosos de la corrupción.

Zapatero contempla extasiado el esplendor del incendio. Aquí no pasa nada. Todo va de puta madre. España es un fulgor. Vamos a sobrepasar a Francia. Sólo los catastrofistas cabroncetes ven problemas. Pero el voluntarismo político conduce al desastre. El tren de España ha descarrilado. No será fácil devolver los vagones dispersos a la vía y proseguir serenamente el camino de nuestra Historia. Hoy por hoy, el Estado ni es locomotora ni es coordinador ni tienen autoridad real ni se muestra capaz de poner orden sobre el territorio nacional.

Luis María Anson es miembro de la Real Academia de la Lengua.