ENTREVISTA A JOSÉ GARCÍA ABAD, AUTOR DE 'EL MAQUIAVELO DE LEÓN'

Por Chelo Aparicio en “La Estrella Digital” del 21 de marzo de 2010

 

"Puede sacar otro conejo de la chistera. Pero si cae, no regresará"

 

El periodista José García Abad traza el retrato del presidente Zapatero

José García Abad, periodista y escritor, es consciente de la bomba que ha colocado con la publicación de su libro El Maquiavelo de León, en el que hace un retrato desapasionado del presidente del Gobierno, a través de los comentarios de los que en un tiempo, al menos, fueron íntimos colaboradores y otros compañeros de partido. El libro ha ido más allá de la mera novedad editorial y ha movido los cimientos de buena parte de los corrillos políticos. Se dice que Zapatero se ha visto ante el espejo, y que no está contento. Pero García Abad, confeso periodista de izquierdas (aunque no de carnet), muy crítico con los gobiernos de José María Aznar, reconoce haberse acercado sin obstáculos al personaje con la garantía de ser "de los suyos". Como director de la revista El Siglo, ya había escrito su hipótesis sobre el epidérmico ideario político de Zapatero, pero asegura que examinó a su personaje como "un entomólogo", con la sana intención de descartarla. Parece un cazador de presidentes, si se tienen en cuenta algunas de sus obras. Adolfo Suárez, una tragedia griega, Las mil caras de Felipe González, escritas después de que los protagonistas abandonaran la Moncloa. Ahora ha hecho un salto mortal: pintar el retrato de un presidente activo, y sortear los múltiples silencios o las medias palabras de quienes le rodean. En pocas semanas se han agotado las primeras ediciones y dice que no ha recibido ninguna crítica de sus fuentes por el resultado, aunque no descarta, según dice entre bromas, que su imagen esté alfilereada en algún lugar de Moncloa. García Abad es un analista político y expresa sus reflexiones. No excluye que Zapatero "saque otro conejo de la chistera" en estos dos últimos años y dé la vuelta a la situación de desafección que atraviesa. Pero si cae, asegura, "caerá definitivamente". No será para regresar.

 

 

Escribir un libro de un presidente en activo tiene sus riesgos. Se supone una mayor dificultad para glosar su personalidad...

Es la primera vez que me he atrevido con uno 'vivo'... En este caso, yo creía que había que hacer algo, que después de seis años de Gobierno de Zapatero, la gente empezaba a darse cuenta de que a lo mejor no era como nos había parecido, y que merecía la pena hacer una investigación para saber cómo era realmente. A mí me parece, por lo menos, intrigante. Entonces me puse a ello, hablando con su gente, ministros, ex ministros, gente con la que ha trabajado, amigos suyos, especialmente los que se ha traído de León. En todos los casos, gente que le conoce bien.

Háblenos de las dificultades. Seguramente no ha sido fácil romper el silencio de gentes atrincheradas en un personaje que, al fin y al cabo, consiguió el triunfo del PSOE tras años de derrotas...

Eso es... Ante ZP hay una actitud en cierto modo ambigua. Porque por un lado le agradecen que les haya llevado al poder cuando el partido no lo esperaba, pero por otro lado se tienen que someter a un acatamiento de lo que él decide, sin que se sientan implicados como en otras épocas de la historia socialista. Se quejan algunos de estar ante un acto de fe. Es eso del "fiaros de mí", que dice Zapatero, "fiaros de mí, que yo os dije que iba a ganar las elecciones, y ninguno os lo creíais, que ganaríamos Galicia y estámos (estábamos) allí"... De tal forma que no es un líder que implique en un proyecto a sus compañeros. Así que, por una parte, hay asombro y agradecimiento hacia él pero al mismo tiempo les humilla, por no hacerles partícipes.

¿Qué reacciones le han llegado del libro? Hay quien dice que cuando ve ahora a Zapatero ya le adivina... ¿No le ha dejado un poco tocado?

Le juro que no fui con la intención de hacer un panfleto antizapaterista, sino a contestar la pregunta de ¿quién és, realmente?, desde una posición como de entomólogo social, mirando las patitas que tiene, etc. Hombre, yo había dado mis pistas desde El Siglo, pero iba honradamente a abandonar mi hipótesis de partida si los hechos no me respaldaban la realidad. Yo sabía que él no tiene un cuerpo doctrinal completo, por decirlo así, no tiene una ideología, un cuerpo completo, sobre lo que quería hacer en el poder. Sabía que hacía las cosas en función del momento. Pero claro, luego la gente te habla de la poca importancia que da a su palabra. Yo mismo me he sorprendido después cuando muy amigos suyos te lo reiteran. Supongo que él piensa que trae lo mejor, por eso le llamo mesiánico, porque tiene la creencia de que va a conseguir lo mejor. Él dice eso de "traigo una gran proyecto", o cree que su propia gobernación es una suerte para este país. Tiene una fe en sí mismo impresionante, cree que tiene baraka y que va a poder hacer lo que no ha hecho nadie: acabar con ETA, arreglar el problema de Cataluña, la Memoria Histórica, los matrimonios homosexuales, etc. Pero todo eso no responde a un proyecto doctrinal acabado, son capítulos de cuatro o cinco principios.

Hay pasajes verdaderamente impresionantes de la aceptación de ese 'carisma', como las palabras de la actual vicepresidenta económica, Elena Salgado.

Primero la humilla... Ella contaba con su aprobación para cambiar la categorización del vino como alimento y, claro, va ZP a Baleares, se reúne con el sector vitivinícola... y se acabó. Según contrasté con diversas fuentes, se mostró dispuesta a marcharse por aquello de que "aquí no hay ni europeísmo ni racionalidad". Y es ella, que tiene un espíritu crítico, la que se suelta después en una cena en Comillas con la fe en "la gran intuición de José Luis" para responder a la preocupación de los empresarios. "Vamos a hacer lo que él dice". O sea, no hacer nada.

Volvamos al debate interno. Entre muchos ilustrados socialistas se elucubra sobre la idea de proponer otro líder para el partido socialista. Pero quizá se dé la paradoja de que podrían obtener peores resultados que a quienes se les atribuye ir a golpe de marketing.

Ni siquiera le critico por eso a Zapatero. Digo que tiene una forma de hacer política que también tienen otros, como Sarkozy, que es justamente el estar pendiente de las encuestas y del estado de opinión para después ofrecer al público esa mercancía. En eso es un genio ZP. Es un cosechador de votos de primera. Es una persona que domina el arte del titular. Por ejemplo, en las Ejecutivas de González había unas broncas tremendas, en las de ZP, haya lo que haya en la agenda, las reuniones se acaban cuando arranca el Telediario.

Pero eso, que le ha funcionado bien en la primera legislatura (no había la crisis económica), que tuvo su eficacia, con el paso del tiempo ya no cuela. Se le ve el artificio, estas cosas tienen una caducidad, y desde luego, como dice el refrán castellano, 'donde no hay harina, todo es mohína', y el paro acentúa la desconfianza de la gente de que él sea el hombre para resolver la situación.

¿Le ha llegado el momento que nunca pudo imaginar que le podía llegar?

Él no pensaba nunca que se iba a encontrar dependiendo de una crisis económica tran tremenda como ésta. Además, a él la economía no le interesaba. Estaba para otras cosas. Para matrimonios homosexuales, aborto, Ley de Dependencia, el Estado de Bienestar, las pensiones... Él estaba manejando un talonario grande y no había problemas, pero ya no puede quedar bien con todo el mundo, no es tan fácil como decir: "Esto lo arreglo yo".

Entre los distintos comentarios que ha suscitado la figura de Zapatero destaca el de su frialdad. ¿Es así?

Es como un témpano. De pequeño se debió caer en un baño de lexatin. Hay múltiples anécdotas que lo corroboran, como la de, después de ganar el Congreso, al ocupar el despacho en Ferraz (que nunca había visitado) muestra que su tensión está inalterable, cuando a su lado silbaban los cuchillos. Es de una frialdad impresionante. Y eso puede ser bueno, pero no es la imagen que teníamos de él.

La de una persona amable, de buen talante...

Es que hay que distinguir entre ZP como "persona humana" y como político. Ese semblante puede responder al ZP persona: un buen chico con buenas intenciones. En cambio, como político, es implacable. Ahí actúa fríamente, ni olvida ni perdona. En el plano político es rencoroso, lo que en el plano personal no lo es, que es generoso. Quizá porque él considera que su misión es sagrada. Es algo tremendo, lo del engaño, los pactos inverosímiles, el pacto con el demonio, y el no respetar el pacto cuando no le interesa. Todo ello forma parte de su ideario político. Así que lo del título del libro no es tan negativo. Yo estudié Políticas y tengo un gran respeto por Maquiavelo. Hombre, decir de León no es lo mismo que de Florencia, pero con ello no quiero hablar de provincianismo. Pero la complicación política de León, donde algunos secretarios generales duraron meses, incluso días, ha sido muy especial. Es allí donde hizo su ensayo general político; con el Pacto de la Mantecada da la vuelta a la situación. Cuando en Ponferrada estaban ya todos de acuerdo para echarle, él se encuentra en Astorga con el mayor adversario diciéndole: "No hagas caso". En fin, es un genio de las alianzas y de la reconversión de la sociedad.

¿Qué va a quedar de ZP?

Alguien me decía con esta expresión: "Mira, con Felipe, yo estoy en desacuerdo total, pero generaba empatía. Este hombre... El día que caiga (con esta actitud de exigirnos la fe ciega) no le va a echar una mano nadie. Leguina fue aún más tremendo: "Veremos a ver si el PSOE sobrevive a Zapatero". Mi posición no es tan radical. Pero realmente si no es capaz de dar la vuelta en los dos años que le quedan, que capaz es, porque es un genio de los conejos en la chistera, y tiene la suerte de tener a Rajoy enfrente... Pero si cae, cae definitivamente. No es un político en quien pueda pensarse que vuelva. Si cae, desaparece de la escena política.