CARTA ABIERTA A UN CARGO INTERNO DE UPYD POR “DELEGACIÓN DIRECTA"

Apostatamartes 14 de julio de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

AVISO: El salpicado de enlaces no pretende ser necesario ni exhaustivo. Es sencillamente un muestreo de noticias y opiniones de origen disperso que coinciden en "equivocarse" sobre lo que viene pasando en UPyD. Pues es sabido que VERDAD sólo puede haber una, y la tiene siempre Rosa Díez.

 

Estimado Xxxxxxxxx


Me escribes, tras varios meses de silencio, para hacerme saber que te he decepcionado y reprocharme que me haya tirado al monte abandonando la honrada y rosácea senda del transversalismo y la regeneración democrática. Añades que algunos estáis trabajando de firme para extender la buena nueva por los pueblos de España, y que lo hacéis siempre en el respeto al “procedimiento establecido”, porque comprendéis “la necesidad del liderazgo y de la disciplina en un grupo organizado”. Y yo, a estas alturas, amigo Xxxxxxxxx, no puedo por menos que preguntarme si todo esto me lo dices o me lo cuentas.

En mi ignorancia entendí que el susodicho “procedimiento establecido” se habría de sustentar necesariamente en los estatutos aprobados por la asamblea fundacional y que tenían su base tanto en el manifiesto original, como en los preceptos Constitucionales y la correspondiente Ley Orgánica que regulan la organización y funcionamiento de los partidos. Inocente de mí, no sospechaba que todo lo dicho fuera papel mojado y que el devenir del proyecto se dejaba al capricho de un Consejo de Dirección, que en su codicia de perpetuarse, ha ido transgrediendo y sustituyendo a su antojo todos y cada uno de los derechos y principios que nos dimos a nosotros mismos como punto de partida en Unión Progreso y Democracia. Bonito proyecto de constitucionalismo este que ni siquiera es capaz de respetar sus propios estatutos, ni de guardar en su régimen interno la debida observancia de las normas constitucionales.


El caso es que te decepciona que no haya aceptado el imperativo destierro de los principios más elementales de organización democrática, para acatar la arbitraria designación de un capataz regional, que así se denomina a quien gobierna y vigila a sus subordinados, cuyo principal obra de liderazgo es haber provocado un común desprecio hacia su persona. Un arribista acomplejado y sobrevenido del PSC que ha decapitado por una mezcla de ambición y envidia a cuanta persona de mérito se acercaba por "su" coordinadora, acumulando bajo su poltrona decenas de “cadáveres” de compañeros, poseedores en su mayoría de una integridad, una formación y un talento a los que este individuo no podría aspirar ni en mil años de existencia. Según tú, mi querido Xxxxxxxxxx, yo debería haberme tragado el sentido común y las náuseas para ponerme al servicio de este déspota, sólo porque el dedo todopoderoso y distante del Consejo Directivo así lo ha decidido. Y aceptando ese improvisado “procedimiento establecido” del que me hablas, tolerar la sucesión del orden feudal que este señor ha prolongado dictatorialmente en la coordinadora, para que desde Rosa Díez hasta el último militante de bocata y banderín, todo hijo de vecino este imbricado en una vergonzosa pirámide de designaciones “digitales” y servidumbres.


Y al hilo de lo anterior, debería también haber dado por bueno el advenimiento de un Responsable de Organización nacido de la nada, cuyo principal mérito intelectual y político consiste en cierta aportación logística y económica de origen más bien desconocido. Según tú criterio, estimado admonitor, habría sido mi deber de buen militante el haber convivido con tal venalidad y aceptar de grado las consecuencias que de ella se derivasen. Porque “lo que nos une” no es la transparencia, ni la honradez, ni la renovación política, sino un ansia desmedida por engordar los recursos y las estadísticas del partido a cualquier precio.


Pero más allá de lo anterior, lo que me pides, querido Xxxxxxxx, es que hubiese contribuido a la cacería de “disidentes” que se dio en mi coordinadora, entendiendo como tal a todo el que tuviese cara y ojos suficientes para hacer sombra al Caporal de la manada, que eran a groso modo casi todos. Qué hubiese atendido el requerimiento de algunos prebostes, con los que tú mismo me pusiste en contacto, para contribuir a la “filtración” de la militancia, con el fin de que a los padrecitos fundadores les encajase a la medida el traje del próximo congreso, ese que dices que en dos tardes va a enmendar los desafueros de dos larguísimos y bochornosos años. Que hubiese aplaudido el aislamiento, la persecución, la provisión de expedientes o las expulsiones que han depurado a mis propios compañeros, quizá porque entre ellos se encontraban algunos que no me resultaban especialmente gratos, pero sobre todo porque era mi deber con el proceso de “regeneración democrática” que está llevando a cabo la que según tú es “la empresa política de mayor calado desde 1978”. Que ya son años y ya son empresas para ciscar semejante puñado de mierda.


Pues déjame decirte, amigo Xxxxxxxxx, con la rotunda voz del altivo personaje de Rostand, aquello de “¡Jamás! ¡Jamás!”. Ni a lo ya mencionado, ni a convivir con componendas tan vergonzosas como las que se están dando en UPyD a lo largo y ancho de toda España. Jamás, a derribar con expedientes la oposición a los actuales miembros del Consejo Directivo. Jamás, a que estos ejecuten un seguro vitalicio para sus cargos. Jamás a que un partido democrático degenere en el club de fans de una portavoz endiosada que, sin encomendarse a nadie, convierte sus repentinas ocurrencias en fundamento ideológico del proyecto. Jamás a que un Consejo Político sea un baile de títeres, nombrados o depuestos por el Consejo de Dirección según la docilidad con que aquellos le “aconsejen”. Jamás, a la pamema de los debates callejeros cuando a los de casa se les exige silencio y se les mutila cualquier asomo público y privado de dialogo. Jamás, a la salida por la puerta trasera de un hombre esencialmente bueno como Mikel Buesa. Jamás, a que nos vendan como novedosa clase política ciudadana a toda una chusma arribada al olor del pesebre, con largos currículum de servicio a si mismos en otros partidos. Jamás, en definitiva, a todo lo que ayer decenas, hoy centenares, y mañana miles de testigos están denunciando sobre la desvergüenza, el enchufismo y la tiranía que se ha extendido organizadamente por toda la estructura clientelar de la “Cosa Rosa”. ¡Jamás!, amigo Xxxxxxxxx, ¡Jamás!

Te preocupan también mis presuntas compañías, porque entiendes que actúo bajo el eficaz veneno de alguna conspiración secreta contra ese milagroso paladín transversal de la regeneración democrática que es a tu juicio la UPyD. O que quizá escucho demasiado el canto de sirena de aquellos ambiciosos despechados que el infalible designio del Consejo de Dirección dejó fuera de todo cargo y prebenda. Porque es sabido que donde todos nos hubiéramos equivocado eligiendo por sufragio a nuestros responsables, acertó de pleno y en la distancia el Factotum Magenta, separando a dedo el buen trigo de la paja indeseable. Honrado principio de voluntad democrática este que encomienda la voluntad de muchos al criterio de unos pocos. En cualquier caso, amigo Xxxxxxx, no penes demasiado por la perdición de este pobre descarriado. Si cuando aún creía en la honradez y viabilidad del partido no doble la bisagra ante nadie, ni me avine a ir “de caza” en comandita como se me pedía, y me limité a publicitar el proyecto en la mejor manera que pude y supe, no es de temer que ahora me pervierta al servicio de nadie, ni que acepte el consejo de ninguno para denunciar una inmundicia y un chalaneo del que he sido testigo por mi mismo. Desgraciadamente habéis sembrado tanta disidencia y tanto hastío entre quienes un día se sintieron atraídos por la frescura primitiva del proyecto, que hay entre ellos una multitud de individuos de incontables orígenes e intenciones. Y es que lo que sucede con esto de encontrar personas dignas y honestas en UPyD y alrededores, es como aquello otro de buscar espárragos silvestres, que siendo que hay lugares más propicios donde aún con cierta dificultad sí se encuentran, hay otros donde es del todo imposible hallarlos. Y así, aún habiendo miserables como en todas partes, resulta más probable encontrar gentes honradas y de bien entre quienes no pudieron soportar la pestilencia que ya despedía el tinglado magenta, sobre todo en aquellos que ni pidieron ni aceptaron cargo, que entre quienes tienen el poco escrúpulo de seguir soportándolo todo, en particular si son de los que continúan aferrados a sus peregrinas regalías por “delegación directa”.


De manera, amigo Xxxxxx, y ya termino, que siento profundamente el haberte decepcionado. Pero piensa que todo principio de amistad es bien que prospere de manera recíproca, y que tanto las desilusiones como las alegrías son siempre susceptibles de fluir en ambas direcciones. Y así debiera ocurrir también con los consejos que entre los posibles amigos quisieran darse. Permíteme, pues, que en justo pago a los que tan amablemente me has ofrecido, te envíe yo una sincera recomendación que de seguro tendrás en tanta estima como yo las tuyas. Y es que, a la vista de la degeneración y la desvergüenza que han invadido el que fue nuestro común proyecto, te deshagas cuanto antes del cargo ilegítimo que ahora ostentas, y que como bien sabes te dieron y mantienes de manera absolutamente irregular y antidemocrática. Y no halles el menor desdoro en hacerlo así, pues ya son decenas de compañeros tuyos los que lo han hecho por causas muy similares a las que ya te expuesto. Recupera, mientras puedas, los principios democráticos que en origen te acercaron a las filas de Unión Progreso y Democracia, y enfila como tantos de tus colegas de "delegación asignada" la puerta de salida (1,2,3,4,5,6...) , porque no dudes que quien duerme y convive con miserables, esta condenado con el tiempo a convertirse en uno de ellos.


Esperando que mi consejo no te haya llegado demasiado tarde. Se despide atentamente,

Xxxxxxx Xxxxx Xxxxxxxxxx