LOS QUE NOS IBAN A DEVOLVER AL CORAZÓN DE EUROPA

Artículo de Álvaro Ballesteros, experto en Seguridad Internacional y Política Exterior, en “El Imparcial” del 29 de diciembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

"El primer Aznar (1996-2000) fue continuista y acertó. El segundo (2000-2004) apostó todo a una sola carta y perdió. Ello obligó a Zapatero a reparar las relaciones con los principales socios europeos y a mejorar la imagen del país en el mundo iberoamericano y árabe. Lejos de perder fiabilidad, su política ha devuelto a España a una posición centrada en Europa, las relaciones con Rabat han mejorado y la Alianza de Civilizaciones ha devuelto al país la imagen de Estado dialogante que respeta los valores en los que se asienta el derecho internacional. España no es débil: hoy lo son EE UU y Reino Unido, sin poder ni legitimidad”.

José Ignacio Torreblanca

“Debate FP: Aznar o Zapatero, ¿Quién ha hecho más daño a la posición de España?”

FP en español, junio-julio 2007

 

Uno de los purasangres electorales sobre los que cabalgó José Luís Rodríguez Zapatero desde 2003 fue el de “devolver a España al corazón de Europa”. Otra de esas frases rimbombantes que no significaban nada en concreto en boca de Zapatero pero que a tantos españoles les sonaba tan bien que justificó que apoyasen con su voto un proyecto tan etéreo como el que nuestro actual Premier inauguró en 2004. Ese mismo proyecto de (des)gobierno que se ha certificado en el más absoluto fracaso tras los inmisericordes acontecimientos de 2010.

Mucho hemos hablado ya del surrealismo al que han llegado las relaciones del Madrid zapateríl con medio mundo, y del patético punto muerto al que ha llegado nuestra posición en el Magreb: rendidos y entregados a Al-Qaeda, debilitados en la relación con Argelia, humillados y postrados en la relación con Marruecos, avergonzados en la relación con el pueblo saharaui (la traición del gobierno Zapatero en esta materia es solo comparable históricamente con la miserable actuación del gobierno de Arias Navarro en 1975), y debilitados como nunca antes en la defensa de nuestros territorios en el norte de África. Sin duda, una posición muy mejorable y que condiciona sobre manera nuestra agenda mediterránea, supeditada además al dramático deterioro de nuestras cuentas públicas desde que quien nos gobierna se subió al carro del “más madera”, arropado por lo de que “el dinero público no es de nadie”, especialmente en nuestra España “discutida y discutible”. En fin, un legado el del Zapaterismo, ya cadáver, que equivale al más sórdido carrusel del disparate nacional desde los tiempos de nuestra Primera República, allá por 1873-1874.

Y es que el Zapaterismo no está de cuerpo presente porque lo diga un servidor. La época Zapatero ha sucumbido por la presión irrefrenable del peso de la realidad mundial, esa que la ya ajusticiada De la Vega se empeñaba en contener apuntalando día a día las paredes de la Moncloa para dar un poco más de cancha a los cojones de Pajín, a las tarjetitas rojas de Aído, a los abrazos a dictadores de Moratinos, y a los malabarismos suicidas de Montilla. No es así de extrañar que muchos, llegado el final de este funesto 2010, se pregunten a día de hoy ¿para qué tanto sufrimiento gratuito? ¿Para qué lo de fundirse el superávit de 2004? ¿Para qué ocho años de tripartito? ¿Para hundir a España y a Cataluña en la miseria político-económica y acabar aupando a Artur Mas al gobierno catalán en 2010? ¿Para ese viaje hacían falta esas alforjas? ¿Para qué lo del show de Zapatero desde 2004 en tantas materias? ¿Tantas “renovables” para acabar en 2010 con la luz el 50% más cara? ¿Tanta incapacidad de llegar al más mínimo acuerdo con el principal partido de la oposición en España, para luego echarse en brazos de los correligionarios de Rajoy en Europa? Sí, por favor, que alguien en Moncloa le explique al del Titánic que Sarkozy y Berlusconi no son lo que se dice de izquierdas. Claro, que en realidad el propio Zapatero, Aído, Chaves, Pajín, Rubalcaba, Blanco, Valenciano y Chacón tampoco lo son.

Y no me dirán que no es un absoluto circo lo de crear el surrealista Ministerio de Igualdad en 2008 para, certificado su fracaso en 2010 por la brutalmente creciente serie de homicidios “de género”, acabar desmantelando el circo, eso sí, colocándolo bajo una tramoya aun mayor a cargo de Miss Cojones. ¡Qué caros estamos pagando y vamos aun a pagar las piruetas de Peter Pan del “principal activo del PSOE”! Precisamente aquel que nos iba a devolver al corazón de Europa.

Pues lamento echarles un poquito más de sal en la mollera, pero por si no lo saben ustedes, 2010 nos dice adiós con un nuevo bofetón a nivel europeo de los que eran del todo inimaginables en tiempos del arrogante del bigote y los bonsáis en la Moncloa. Y es que le cueste a quien le cueste reconocerlo, en época del amigo de Bush, algo como lo que acaba de suceder en Bruselas dudo que hubiese sucedido. Yo se lo cuento a ustedes hoy y luego que cada uno se haga sus propios cálculos, o que intente darle vueltas al bolín sin que se le gripe el magín (en la terminología que usa a diario el brillante Ángel Soria en su lucidísimo y desternillante blog).

Como les decía, he aquí la última bofetada bruselense que certifica que la España de Zapatero es un cadáver viviente en la UE gracias al brillo desplegado por el de León, por Moratinos y por Jiménez, entre muchos otros, en sus quehaceres diarios. Desde la firma del Tratado de Lisboa a finales de 2009, la UE va lentamente completando las nominaciones para ocupar los puestos de honor en el nuevo Servicio Diplomático europeo, ese que a día de hoy nadie sabe a ciencia cierta cómo se compaginará con los servicios diplomáticos tradicionales de los 27. Para los que no se leyesen en su momento lo que contaba la prensa española, el grandilocuentemente llamado Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) “es un cuerpo de nueva planta creado por el Tratado de Lisboa que de aquí a cinco años debería llegar a contar con entre 7.000 y 8.000 personas repartidas en 138 delegaciones por todo el mundo. Si todo va bien, el SEAE comenzará a dar sus primeros pasos a finales de este 2010. Para 2013 está prevista una revisión de su funcionamiento para ajustar a las necesidades prácticas lo que de momento es sólo un constructo teórico”.

El “European External Action Service” (en sus siglas en inglés), dirigido por la británica Lady Ashton, incluye entre sus principales cargos a día de hoy al francés Pierre Vimont como Secretario General Ejecutivo; al irlandés David O’Sullivan como Jefe de Operaciones; a la alemana Helga Schmid como Vice-Secretaria General de Asuntos Políticos; al polaco Maciej Popowski como Vice-Secretario General de Asuntos Institucionales; al eslovaco Miroslav Lajcak como Director del SEAE para Rusia-Balcanes-Turquía-Europa Oriental; al sueco Christian Leffler como Director del SEAE para las Américas; al finlandés Ilkka Salmi como Director del “Centro de Situación” del SEAE; al rumano Viorel Isticioaia Budura como Director del SEAE para Asia; y al francés Hugues Mingarelli como Director del SEAE para Oriente Medio y Vecindario Sur. Ya lo ven: una británica en la cúspide; con un francés y un irlandés en el segundo nivel del zigurat diplomático europeo; con una alemana y un polaco en el tercer nivel de la pirámide, con un eslovaco, un sueco, un finlandés, un rumano, y otro francés en el cuarto nivel. Y, a día de hoy, a finales de 2010, sin ningún español en los puestos clave después de llevar desde 2004 “en el corazón de Europa”, gracias a Zapatero.

Y sí, es cierto que aún quedan algunos puestos relevantes por cubrir; también lo es que no seré yo quien cuestione la idoneidad del sueco Leffler para dirigir los trabajos del SEAE de cara a Sudamérica, aunque éste no haya estado nunca destinado en la región; pero más cierto aún es que la ausencia de un solo nombre español en los nombramientos clave hasta ahora y sobretodo el hecho de que no sea un español el que dirija la acción del SEAE de cara a América Latina constituyen, a los ojos de muchos, un serio varapalo histórico para nuestro país en el desarrollo institucional de la nueva UE. Más aun tras haber tenido a Solana ahí la friolera de diez años, en la fase preparatoria pre-Lisboa.

Sí, damas y caballeros, no podemos más que concluir que a punto de terminar el año de la “conjunción planetaria”, los que nos iban a devolver al corazón de Europa han conseguido sacarnos de todos los centros de decisión en la estructura de la nueva UE. Es hora pues de que muchos se apliquen el cuento, superen la pubertad y se enteren de una vez por todas de que lo de estar o no “en el corazón de Europa” no tiene nada que ver con ser de izquierdas o de derechas, ni con tener o no talante (!), tampoco tiene nada que ver con ser pacifista o belicista, ni con que uno destine o no innumerables fondos a la ayuda al desarrollo, y por supuesto (aunque resulte muy difícil creerlo) en absoluto tiene nada que ver con que a uno lo apoyen públicamente Ana Belén, Víctor Manuel, Almodóvar o Serrat.

De lo que se trata es de ser un aliado fiable y en el que se pueda confiar en la escena internacional; de ser un socio respetado y que se hace respetar; de saber defender los intereses nacionales como prerrequisito para poder defender los intereses europeos; de ser capaz de inspirar respeto entre amigos y enemigos (que haberlos haylos, aunque el término sea tabú en Ferraz); de que uno elija con quién se abraza de modo coherente; y de que uno haga las cosas con el mínimo de seriedad y consciencia que exige el siglo XXI. Ese mínimo del que, precisamente, la España de Zapatero parece carecer por completo.

No está mal como lección para llevarse a la cama en Nochevieja, poniendo los ojos en la regeneración democrática que nuestro país necesita tan desesperadamente. Y no, no me refiero a la regeneración democrática de pandereta que propugnan políticos profesionales como Rosa Díez, subida al carro del “quítate tú para ponerme yo”, sino a la verdadera regeneración profunda que nos lleve a reconstruir nuestro sistema político por completo, para poder aspirar a recuperar el lugar que justamente le corresponde a nuestra maltratada España en el concierto de las Naciones libres a día de hoy. No es poco pedir para encarar el año nuevo, ¿no creen?.