EL CARRO QUE EMPUJA ZP



 Artículo de Fermín Bocos en “Diario Directo” del 24-01-06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.



Decía John Lennon que la vida es todo aquello que sucede mientras uno hace planes y algo de eso es lo que está pasando con la agenda política del presidente del Gobierno: que para la gente de a pie que no vive de la política, la historia interminable de las reivindicaciones nacionalistas resulta cada día más artificial y, por lo tanto, más incomprensible.

El señor Rodríguez Zapatero se embarcó en la aventura del nuevo Estatuto de Cataluña haciendo suyos los sueños de Pasqual Maragall y ahora tiene a un equipo de juristas, a un tropel de turiferarios y a una mesnada de periodistas, tratando de convencer a España entera de que España es una "nación de naciones" porque lo han leído en un ensayo de Álvarez Junco y dicen que no le parece mal Rubio Llorente. Y, en el fondo porque -como se ha oído decir alguna vez en público al propio ZP- qué mas da, si las palabras ya se sabe que sólo tienen la importancia que uno quiere que tengan.

Seguramente es por eso, porque las palabras no tienen gran importancia, la razón por la cual los partidos catalanistas que aprobaron el pasado 30 de septiembre el Estatuto en el Parlament, decidieron que en el primer artículo quedará escrito que "Catalunya es una nación". A la vista está que, a diferencia de quienes llevados de su buena fe o de su frivolidad creen que todo vale lo mismo, ellos si que saben del valor y del peso de las palabras.

Como bien ha dicho en un artículo reciente el historiador Santos Juliá, el reconocimiento jurídico de la condición de 'nación' abre las puertas a una posterior reclamación de soberanía, proceso político cuyo corolario es la construcción de un Estado diferente. No digo que vaya a suceder, lo que digo es que el proceso abierto apunta en esa dirección.

Lo curioso del caso es que para saber todo esto basta con leer los estatutos del partido Esquerra Republicana de Catalunya o preguntar a los dirigentes más jóvenes de Convergencia Democrática qué es lo que quieren decir cuando en sus documentos políticos hablan del "procés de construcció nacional". No lo ocultan. Está a la vista de todos y, puesto que vivimos en España, un país democrático -añadiré- que están en su derecho. Ellos en el suyo y los demás en el nuestro. Lo que desconcierta, lo que en definitiva le instala a uno en la perplejidad, es observar el papelón que está haciendo del PSOE en todo éste proceso. Por decirlo coloquialmente, ¿qué coño pintan los socialistas empujando el carro cargado con los intereses de la burguesía catalana nacionalista? Creo que era a eso a lo que se refería el diputado socialista Joaquín Leguina cuando escribía hace unos días acerca de la "traición" de Manuela de Madre y de otros compañeros suyos del PSC.