BONO ADVIERTE DE QUE LOS «AMAGOS CONTRA LA UNIDAD DE ESPAÑA PAGARÁN PEAJE»

 

El ministro de Defensa dice que no le molesta «coincidir con la derecha» sobre el Estatuto

 

 Informe de Marisa Cruz y Agustin Yanel en “El Mundo” del 09.11.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el  Informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

El formateado es mío (L. B.-B.)

El ministro de Defensa, José Bono, definió ayer negro sobre blanco sus puntos de vista sobre el debate en torno al modelo territorial y, más en concreto, respecto al proyecto de Estatuto de Cataluña, que ha iniciado ya su tramitación en las Cortes.

Que a Bono no le gusta el Estatuto no es ningún secreto; que siente inquietud respecto a las demandas planteadas y su repercusión en el resto del país, tampoco, y que considera que las claves del proyecto son inconstitucionales, menos. Además de todo esto, el ministro de Defensa desveló ayer, en un desayuno informativo organizado por la agencia Europa Press, que también le preocupa el rédito electoral que pueda derivarse de este asunto, y ello aunque asegure desconfiar de las encuestas y no dar crédito a aquellos sondeos que apuntan ya a un empate técnico en intención de voto entre PSOE y PP.

«Creo», afirmó, «que todos deben saber que los amagos contra la unidad de España no tendrán nunca premio, sino más bien peaje».El ministro, un histórico del PSOE que consiguió revalidar en cinco ocasiones su mayoría absoluta al frente de la Comunidad de Castilla- La Mancha, rechazó de forma contundente a quienes tachan de «inmovilistas» a los que, como él, siguen apostando por el modelo territorial tal cual está perfilado por la Constitución.

Este calificativo se ha oído esencialmente desde las filas catalanas, incluido por supuesto el PSC, pero también en boca de destacadas figuras del PSOE, como, por ejemplo, el portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba.

«Algunos, desde el papanatismo, atacan este supuesto inmovilismo», aseguró Bono. «Y yo les digo que, igual que los edificios, lo que no se mueve, probablemente no se caiga. No me molesta coincidir en este tema con gente de la derecha, aunque alguno de ellos intente utilizarlo. Son pocos, pero los hay, y tienen una boca tan presta al elogio falso como al insulto ruin».

«No me gusta»

Fue entonces cuando el ministro, para evitar malinterpretaciones, se apresuró a precisar que confía en la «capacidad política» del presidente del Gobierno, que cuenta con toda su «lealtad» y también con su «subordinación». Pero, puntualizó: «No puedo darle lo que no tengo y yo soy de los que creo que disminuir el poder redistribuidor del Estado no nos beneficia ni es el camino del progreso».

En cualquier caso, José Bono aprovechó para advertir de que «entre Rajoy y Maragall» siempre se quedará con Zapatero y también para puntualizar que no coincide en absoluto con Aznar cuando habla de «abismos» o «charlotadas». «Más que un ex presidente», dijo, «parece un presidente en el exilio».

«El proyecto de Estatuto no me gusta», sentenció Bono, aunque advirtió de que se opondrá al mismo «con moderación» porque, como explicaría más adelante, cree que es necesario «llegar a un acuerdo que requerirá concesiones para conseguir recrear una forma positiva de ser españoles».

«No pienso pedir ni permiso ni perdón. No puedo evitar mis sentimientos y yo me siento español y, además, me gusta», afirmó.

«España no es una casa en ruinas, ni un edificio a construir con elementos prefabricados que vayan aportando unos y otros a su antojo en una especie de romería solidaria. No veo que se precisen reformas generalizadas». «Y eso», recordó con la cita textual en la mano, «ya lo dijimos los socialistas en la declaración de Santillana del Mar». «Pretender refundar España constantemente», dijo tajante, «denota una cierta insolencia porque España, más que nación de naciones, es una nación de ciudadanos iguales en derechos y obligaciones».

«Hay que defender la unidad nacional para proteger a los más débiles y la igualdad de las personas debe primar sobre los derechos de autonomía de los territorios», insistió. «Todos los pueblos de España aspiran a ser libres e iguales; no existen derechos previos, ni divinos que premien la pureza étnica y no hay ninguno que haya sido elegido por Dios».

Incluso, añadió: «Pagar más impuestos no puede dar más derechos».«No veo», recalcó, «cobertura legal ni amparo ideológico para ello y menos desde quienes cantábamos -bueno, creo que seguimos cantando todavía en nuestros congresos- la Internacional». Y Bono, que no suele dar puntada sin hilo, dejó caer la ironía sutilmente provocando las risas de los asistentes.

Pese a lo enjundioso de su intervención, las preguntas de los asistentes al acto insistieron en el mismo tema. Así, en la ronda de cuestiones, José Bono recordó que la única fuente de Derecho para dirimir, hoy por hoy, los asuntos territoriales es la Constitución y aprovechó para precisar que ésta califica España como «patria común e indivisible», y recalcó esta última palabra, «de todos los españoles».