ENTREVISTA A  JOSÉ BONO,  EX MINISTRO DE DEFENSA

 

Por Esther L. Palomera en “La Razón” del 26.11.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web.

El formateado es mío (L. B.-B.)

 

 

Con un comentario al final:

 

PESOECIALISMO Y HEMIPLEJIA

 

Luis Bouza-Brey, 26-11-07, 20:30

 

 

«Antes de soportar golpes separatistas, prefiero un Gobierno con el PP»

 

«Las elecciones las vamos a ganar, pero no sobran votos»

 

 «La Guerra Civil ocurrió hace tanto tiempo que hoy no debe condicionar las posiciones políticas»

 

 

 

 


MADRID- ¿Dispuesto a sudar la camiseta?


   -En el tablero de ajedrez de la política, soy un peón dispuesto a ayudar y apoyar para favorecer los intereses solidarios de mi partido y al presidente. Nunca he imaginado mi vida política al margen del PSOE.


   -Hubo otros peones que se marcharon, por ejemplo Rosa Díez.


   -La gran diferencia entre Rosa Díez y yo no son nuestras ideas, sino nuestras lealtades. La mía con el PSOE es invariable y la mantendré mientras viva.


   -Manuel Marín también se va, después de que una indiscreción del PSOE le situara a usted en el Congreso, después de marzo.


   -Marín y yo tenemos una relación que viene de antiguo y que está basada en el afecto y la confianza mutua. Yo sabía que él no quería seguir ni en el Congreso ni en la primera línea de la política. Ha hecho un trabajo muy digno de ser puesto en valor para que el Congreso no fuese una jaula de grillos.


   -Pues no parece que lo haya conseguido.


   -Ha hecho el mejor trabajo posible, pero con independencia de quien sea el presidente, la Carrera de San Jerónimo se ha convertido en el único local de Madrid donde hay días que no te dejan hablar ni tienes el respeto de los que debían escuchar. ¡Para ser el Parlamento, el templo de la palabra, no está mal!


   -Marín dice que ha consultado a los astros, y le han dicho que es el  momento de la retirada. ¿A quién ha consultado usted para volver?


   -Yo no me he retirado de la política, simplemente dejé de ser ministro.


   -Pocos dejan de ser ministros voluntariamente...


   -Pues aquí tiene a uno que lo dejó porque quiso. En un país en el que tantos quieren ser ministros, es bueno que alguien quiera dejar de serlo, y culmine su deseo.


   -Y ahora vuelve.


   -Llevo un año y medio fuera sin añoranzas que me impulsen a regresar a un Ministerio, pero sintiéndome corresponsable con el Gobierno. No necesito consultar a ningún vidente para volver a la política porque nunca me fui: cuando entré en el PSOE en 1969 sabía que era una decisión de por vida.


   -Me refiero al Congreso de los Diputados.


   -Cuando se convoquen elecciones hablaremos.


   -¿Se lo habrá pedido el presidente?


   -Desde luego, la hipótesis de presentarme sería imposible sin la aquiescencia plena del presidente.


   -Uno tiene la impresión de que en el PSOE se levanta poco la voz, y que quien sólo susurra no levanta cabeza.


   -Esto es rigurosamente inexacto y yo soy una prueba de lo que afirmo. Nunca me he callado, ni siquiera cuando el que se movía no salía en la foto. Y, en aquellas épocas, las consecuencias de moverse y hablar eran más drásticas que ahora. También es verdad que cuando discrepo trato de hacerlo con lealtad.


   -Quienes dirigieron el PSOE hace 20 años dicen que ya hubieran querido para sí la mano de hierro que dirige hoy su partido.


   -El PSOE está más unido en torno al presidente que nunca. Con González y Guerra, la discrepancia y el debate interno eran mucho más intensos, pero no se puede hacer un juicio de la situación actual con los parámetros de entonces porque muchas cosas han cambiado.


   -Juguemos en el campo electoral: Zapatero dice que no están ganadas las elecciones, y Rajoy no las da por perdidas.


   -Las elecciones las vamos a ganar, pero no nos sobra ni un voto: necesitamos todos los que no quieren que España retroceda. Ahora bien, el PP está mal y Rajoy se parece a aquel inspector de los tebeos, Clouseau, al que se le abrían todas las puertas al revés. La compañía, por ejemplo, de Zaplana y Acebes es una inmersión en el pasado que les impide ganar el futuro. Los tres juntos se asemejan a un calvario político sin posibilidad de resurrección.


   -Si no hay mayorías absolutas, ¿nos esperan cuatro años más de nacionalismos?


   -Espero y trabajo para que mi partido gane sin tener que buscar apoyos para la investidura, y si hubiera que buscarlos, prefiero a los moderados antes que a los radicales.


   -Usted me dirá quiénes son los moderados con un PNV sin Imaz y con una CiU que compite con ERC en  radicalidad.


   -Ideológicamente y al margen de planteamientos territoriales, tanto el PNV como CiU son muchísimo más moderados que el PP.


   -¿Qué es para usted ser moderado?


   -No generar odio político o social hacia quien discrepa tratar de entenderse con todos los que defienden el sistema constitucional.


   -¿No sería mejor que se entendieran PSOE y PP?


   -En Alemania se entienden derecha e izquierda y no les va mal. En España el PP y el PSOE deberían pactar, al menos, en dos materias: la vertebración  territorial y la lucha antiterrorista.


   -Le hablaba de acuerdos de Gobierno.


   -No me corresponde dictar esas reglas pero antes de soportar golpes o amenazas separatistas prefiero un entendimiento con el PP.

 

-Imagino que es una opinión personal que no ha sido motivo de reflexión en el PSOE.


   -En el PP hay dirigentes muy extremistas que no favorecen el entendimiento. A veces sólo recibimos descalificaciones o insultos. En ese horno de tanta agresividad es imposible meter estos bollos. Pese a todo, PSOE y PP tienen que entenderse.


   -Ustedes tampoco han ayudado.


   -Zapatero no puede ser acusado de malos modales. Ha sido una legislatura tan cargada de crispación que parece no importar ni los conceptos ni las ideologías. Se ha asentado una especie de odio político claramente enfermizo.


   -Las críticas a la negociación con ETA y a las reformas estatutarias también salieron del PSOE, de usted mismo sin ir más lejos.


   -En la lucha contra ETA, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con la acción del gobierno, pero hay que reconocer dos hechos indubitables: uno, que es la primera vez que el Gobierno trata de negociar con ETA con total transparencia pidiendo permiso al Congreso y otro, que la oposición, por primera vez en la historia de la democracia, discrepa del Gobierno en público buscando rédito electoral.


   -Es una acusación grave.


   -Más grave es su conducta. Mire, para los ciudadanos, según el CIS, ETA es el cuarto problema, para el PP, el primero ¿por qué? El PP lo sabe y los ciudadanos, también.


   -¿No ha habido entonces errores?


   -Si tuviera alguna discrepancia en esta materia no me consentiría exhibirla ni con Aznar ni con Zapatero. No por disciplina de partido, sino porque daría aliento y combustible a los asesinos de ETA.


   -En el PSOE hay gente convencida de que hay que volver a dialogar con ETA.


   -No lo creo, y si los hay ni son influyentes ni son muchos. El único contacto que el poder debe tener con los etarras es el de las esposas para llevarles presos. Tengo muchísima más confianza en la Guardia Civil y en la Policía que en ninguna negociación sea de la naturaleza que sea.


   -¿Y qué me dice de los estatutos?


   -Soy más favorable a la igualdad de derechos y oportunidades de los españoles que a la autonomía de los territorios. Dicho de otro modo: entre los principios de igualdad de los ciudadanos y autonomía de las regiones consagrados en la Constitución, siempre debe prevalecer el de igualdad. Por eso no soy nacionalista.


   -¿Usted que es amigo de la jerarquía de la Iglesia entenderá las críticas a la Memoria Histórica?


   -He defendido el derecho de la Iglesia de llevar a los altares a quienes fueron fusilados por su fe, pero también defiendo y con la misma fuerza que quienes tienen en su familia otros fusilados los puedan llevar, no a los altares, sino a una sepultura digna. Deberíamos ser comprensivos y generosos, con los muertos de uno y de otro lado.


   -¿Para enterrar a los muertos hace falta una ley?


   -He podido hablar de esta ley con el presidente, y me consta que no se ha hecho para hurgar ni para molestar, sino para ayudar.


   -Si la Iglesia ha pedido perdón por lo que pasó hace 70 años, ¿no debería pedirlo alguien más?


   -Aquella guerra ocurrió hace tanto tiempo que sólo debería estar presente entre nosotros para no olvidar a Azaña cuando en plena contienda pedía «paz, piedad y perdón». Setenta años después, los muertos de entonces nos lo piden con más fuerza.


   -Cambiemos de tercio, dice José Montilla que Cataluña siente desafección por España.


   -Estoy seguro de que las coincidencias entre los ciudadanos catalanes y el resto de españoles es muy superior a la que acertamos a evidenciar los políticos.


   -¿Cómo se atreve a decir que Cataluña no tiene ningún problema?


   -Lo que digo es que el debate que trata de enfrentar a Cataluña con España ha sido motivado por políticos que equivocaron las prioridades de los catalanes. La reforma del Estatuto no era una prioridad ciudadana y en el referéndum lo dejaron bien claro con su escasa participación.


   -No creen lo mismo sus colegas del PSC.


   -Los votantes al PSOE en generales son muchos más que en elecciones autonómicas. Es un dato a analizar por quienes desde el socialismo catalán apoyan planteamientos nacionalistas. Para ser nacionalista ya está CiU, y los socialistas no debemos ni imitarles ni empujarles; con pactar con ellos cuando sea preciso es suficiente.


   -¿Le está enviando un mensaje a Montilla?


   -Simplemente constato el hecho de que si el PSC hubiera tenido en autonómicas los mismos votos que en generales, hubiese ganado y no habría necesitado gobernar con separatistas.


   -Mucha suerte, señor Bono, en la presidencia del Congreso a partir de marzo.


   -Sabe que ese asunto no es objeto de conversación.


   
   Las relaciones del Rey con el Gobierno

 


   -¿Cree que el Rey está hoy más expuesto a la política que nunca?


   -La buena relación del Jefe del Estado con el Gobierno de Zapatero no ha sido superada en entendimiento y coordinación por ningún otro gobierno constitucional.


   -Pues parece que no le benefician.


   -Ya quisieran los pocos que le cuestionan tener el nivel de aceptación y de afecto que tiene el Rey entre los españoles. El Rey, desde mi punto de vista, no debe estar preocupado por la opinión pública. Más bien debería estar preocupado por los que le adulan en su presencia y se derriten ante él y a sus espaldas, le insultan, le critican y le desprecian.


   -¿Por qué se protege al Rey de los ataques que recibe en España y se calla cuando le insulta Hugo Chávez?


   -Por lo que se, no todo lo que se está haciendo se sabe. Espero y deseo que el plan de Exteriores dé pronto buenos resultados.
   
   

 


   Lo que cuenta y lo que calla


   Vale más por lo que calla que por lo que cuenta. Está al tanto de todo, aunque haga un año y medio que dejara el Gobierno. Vuelve, y los que crean que callará a cambio del sillón presidencial del Congreso, que cuentan que será suyo, se equivocan. No es José Bono un hombre de silencios. No lo fue como barón del PSOE ni cuando fue ministro, ni lo será mientras viva. Él dice que siempre lo hace desde la lealtad que profesa a las siglas en las que milita y a un presidente del Gobierno que le ganó hace años, por la mínima, la partida de la Secretaría General del PSOE. Otros, lo dudan. Lo cierto es que Zapatero le quiere a su lado, no se sabe bien si porque es mejor tenerle dentro que fuera o por los votos que suma en ese centro izquierda en el que escuecen tanto los escarceos con los nacionalistas como la negociación con los terroristas. Ya calienta los motores.

 

 

Comentario final:

 

PESOECIALISMO Y HEMIPLEJIA

 

Luis Bouza-Brey, 26-11-07, 20:30

 

 

Antes de comenzar el comentario propiamente dicho a la entrevista con Bono, quisiera hacer un precomentario sobre la entrevista en sí, para elogiar la gran habilidad e inteligencia de la entrevistadora: interviuvar a un político tan escurridizo como Bono, y hacerlo con la maestría  suficiente como para poner de manifiesto con claridad sus contradicciones tiene un gran valor.

 

Una vez dicho esto, quisiera analizar lo que me parece la causa fundamental de la crisis de la democracia española: la incompatibilidad del PSOE actual con la misma. Habrá que  estudiar algún día cuáles fueron las circunstancias de la "renovación" del PSOE que lo han transformado en un partido oligarquizado, en el que lo que predomina es el espíritu de secta, el interés por los cargos retribuidos, la obediencia ciega a la dirección y la corrupción moral e intelectual --- y en muchos casos económica--- como modo de funcionamiento.

 

Los casos Roldán, Juan Guerra y Fondos Reservados no son más que el aspecto más exterior y llamativo del funcionamiento patológico de una organización, refundada en los inicios de la transición, e inundada por todo tipo de oportunistas y gentes sin los valores esenciales del socialismo. Por supuesto que en aquel momento había una élite dentro del PSOE dotada de coherencia y principios, que orientó el rumbo del partido durante bastantes años, pero lo que estamos viendo que existe ahora es otra cosa: el PSOE realiza políticas antisocialistas, contrarias a los valores y el programa electoral del partido, y nadie resiste, predomina la obediencia a la dirección, la sumisión al Secretario General y el miedo a manifestarse con opiniones discrepantes. No tiene justificación, bajo ningún criterio salvo el de la corrupción moral e intelectual del partido, que diputados socialistas opuestos al proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña, hayan votado a favor del mismo sin rechistar, ni siquiera manifestar su discrepancia mediante el signo minimalista de la abstención. No tiene justificación bajo ningún criterio, salvo el de la corrupción moral e intelectual del partido, que Bono diga que "El PSOE está más unido en torno al presidente que nunca" y luego haga la crítica que hace, bien al socialismo catalán, que fue apoyado por el Presidente del Gobierno en sus políticas contrarias al ordenamiento constitucional, o bien a otras políticas del Gobierno.

 

Bono, en esta entrevista, deja fluir verdades que se oponen radicalmente a las políticas del PSOE durante estos años, pero al mismo tiempo comienza sus respuestas diciendo que "En el tablero de ajedrez de la política, soy un peón dispuesto a ayudar y apoyar para favorecer los intereses solidarios de mi partido y al presidente. Nunca he imaginado mi vida política al margen del PSOE.",  y contrapone su actitud de lealtad al Partido con la respuesta dada a la situación por Rosa Díez, marchándose a fundar otro desde el que defender lo mismo que antes había defendido dentro del PSOE.

 

La pregunta a hacerse es ¿a quién es leal Bono? ¿A quién son leales los miembros del PSOE? ¿A la declaración de Santillana promovida en el Comité Federal por ellos mismos, o a la inconsistencia del Secretario General y a los objetivos inconstitucionales de los nacionalistas? ¿A los valores de igualdad esenciales al socialismo o a los privilegios y la insolidaridad defendidos por los nacionalistas y el Secretario General del Partido? ¿Al socialismo o al PSOE?, ¿Al PSOE o al Secretario General del PSOE?

 

Uno es socialista desde mucho antes que muchos pesoecialistas actuales, pero de un socialismo que sabe que la igualdad, la libertad, la dignidad personal y la lealtad son incompatibles con el sectarismo, la sumisión, la obediencia ciega y la corrupción. Por eso, el socialismo comparte los valores esenciales con otras corrientes de pensamiento que no lo son, y puede unir fuerzas con estas corrientes cuando todo falla. Y cuando todo esto sucede, cuando la democracia está en peligro por la deslealtad y la incoherencia de uno de sus partidos principales, los verdaderos socialistas sabemos que hay que alzar la voz y denunciar la corrupción de la izquierda oficial. La lealtad que debe predominar es la lealtad a uno mismo y a los valores en que cree. Rosa Díez es leal a lo que hay que serlo. Bono debe demostrar todavía que es capaz de vencer la hemiplejia sectaria y la corrupción moral del pesoecialismo. El país necesita "un capitán que se inmole" y se deje de ambigüedades. A él le corresponde, no obstante, elegir el modo y el momento. Pero si después de la crisis que se avecina siguiera en la ambigüedad, habría traicionado lo esencial, sería desleal a sí mismo y a un partido que tiene muchos más años e historia que el PSOE "renovado" y su dirección actual, para bien y para mal.

 

Te esperábamos Rosa; te esperamos, Bono. Ni tú ni España andamos sobrados de tiempo.