ETA OFRECE LA «PAZ» OTRA VEZ
Artículo de MIKEL BUESA en “ABC” del 04/12/04
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Era de
esperar. Como en tantas ocasiones, ETA ha vuelto a expresar su peculiar
concepción de una oferta de «paz» ejerciendo otra vez la violencia mediante la
colocación de artefactos explosivos en cinco gasolineras de Madrid. Aunque sus
efectos han sido relativamente débiles —hay noticia de dos heridos leves y de
unos daños materiales escasos, cuando escribo—, el mensaje transmitido es
inequívoco: ETA pretende hacernos saber que puede dar continuidad al terrorismo
hasta lograr su objetivo de hacerse con el poder en una Euskal Herria
independiente.
Es el mensaje de siempre que, en el contexto actual, desvela la mentira que
desde hace unos días pretendía colocarnos Batasuna. En el entramado terrorista
no hay pretensión alguna de abandonar la violencia para desarrollar la actividad
política dentro de los cauces institucionales. Los que, desde la izquierda o el
nacionalismo, habían recibido con los brazos abiertos a los recaderos de
semejante falsedad, han quedado en evidencia. Esos que acababan de acoger en el
Congreso de los Diputados a los procesados de Egunkaria para hacer visible el
nuevo espíritu de «paz», han sido descalificados y la sociedad democrática
debería hacerles pagar su error inhabilitándolos para el ejercicio de la
representación de los ciudadanos.
Pero es, a la vez, un mensaje fingido, pues la banda terrorista muestra con él
su propia debilidad.
ETA ha podido hacer ruido, ha logrado hacerse notar, pero no ha conseguido
recoger la cosecha de destrucción, la devastación que tantas otras veces ha
sembrado en Madrid. Una debilidad que es fruto del triunfo del espíritu cívico
que inspira el Pacto por las Libertades en el que se unifica la voluntad de la
sociedad española para derrotar al terrorismo nacionalista.
Por ello, ahora que estamos ganando, nuestro Gobierno no debe cejar en el
empeño. Y, hasta la definitiva victoria, habrá de contar con el inequívoco apoyo
tanto de quienes, desde la política, ejercen la oposición, como de los que,
desde la sociedad civil, reclamamos la ciudadanía.