REFORMAS DE POWER POINT
Artículo de Ignacio Camacho en “ABC”
del 08 de febrero de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
«No os
equivoquéis: no es que Zapatero esté dando tumbos por pura desorientación. Es
que es su estilo de gobernar». El antiguo alto cargo felipista
viene en el Ave leyendo unos periódicos cargados de metralla contra el
Gobierno. Un zarandeo unánime, demoledor; le atizan sin misericordia hasta los
blogueros de izquierdas, los editorialistas socialdemócratas, los columnistas
más afines. El ex sonríe con sarcasmo -«mucho han tardado algunos en
descubrirlo»- y afina el análisis cargado de una cierta amargura. «Pero no
atináis ninguno con la clave de todo este jaleo. Os dejáis llevar por el ruido.
El problema no consiste en que no sepa qué hacer ante la crisis, sino en que lo
que está haciendo es precisamente lo único que sabe hacer. Una política de
gestos. Fintas, quiebros, improvisaciones. ¿Qué no son coherentes? Claro, nunca
lo han sido. Lo que pasa es que antes le funcionaban y ahora ya se le ve el
cartón y la gente ha entrado en estado de pánico».
«Pero no
te engañes: no cree ni por asomo en reformas laborales, ni en ajustes
estructurales, ni de ningún tipo. Estos amagos son meros muñecos que saca del
baúl porque se los están pidiendo los mercados para respaldar la deuda. Se
siente incómodo en política económica, no la entiende. Ni siquiera sabía que le
podían bombardear la Bolsa mientras estaba en Washington disfrutando de su
minuto de gloria. Después del numerito de Davos con
Letonia y Grecia él mismo puso la solvencia del país en una barraca de tiro. En
realidad no tiene ni idea de cómo funciona esto, pero tampoco le interesa. Va a
lo que va. Está convencido de que la tormenta va a pasar y de que lo único que
tiene que hacer es mantener a los sindicatos de su lado y aguantar hasta que
nos arrastre el crecimiento externo. Funciona a tirones, a inputs, como
siempre. ¿O es que alguna vez le has visto otra cosa que no sea gestualidad?
Sólo que esta vez los gestos han provocado el desconcierto en nuestro propio
electorado porque iban destinados a otra clase de galería. Sin dejar de ser
gestos».
«Este
ajuste es tan ambiguo porque se trata de puro papeleo. Carnaza urgente para
tranquilizar a los que le han sacado los colores en Davos. Argumentos para que Elena Salgado y Campa hagan un power point y lo enseñen por ahí
a los inversores en un road show, para convencerlos
de que sigan apoquinando la deuda con la que financiar el gasto social
disparado. Eso es lo que les importa, aguantar hasta que puedan exhibir un 0,2
ó un 0,4 de crecimiento y decir que se acabó la crisis en vísperas de las
elecciones y que viene la derecha con el despido libre. ¿Que si va a funcionar?
Pues hombre, me temo que ya no. No con este paro, mira las encuestas. Se nos
están escapando los votos a millones. Aunque, sinceramente, será porque ya no
estoy en política pero creo que ahora mismo habría que pensar más en el país
que en el poder... ¿Qué utopía, ¿no?».