HAY PARTIDO
Artículo de Ignacio Camacho en “ABC” del 06.03.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Mediada la legislatura que se
abrió tras el shock del 11-M, el resultado de las próximas elecciones generales
se presenta incierto, apretado y disputadísimo, y ello es debido a dos factores
complementarios: la política de riesgo asumida por el Gobierno en las materias
ultrasensibles del terrorismo y el modelo de Estado, y la resistencia de un
Partido Popular que no sólo no se ha hundido tras su inesperada derrota, sino
que muestra una solidez suficiente para permitirse aventajar la mayoría de las
encuestas. Un panorama por el que casi nadie habría apostado hace dos años,
cuando el planificado relevo controlado de Aznar saltó por los aires con las aún
inaclaradas bombas de Atocha.
La Convención que ayer clausuró el PP muestra un partido cohesionado en
condiciones de intentar el asalto al poder. Ha resistido la implosión que pudo
provocarle el naufragio del 14-M, ha conjurado las dudas sobre la voluntad de
Rajoy y ha aplazado o diluido las previsibles conspiraciones contra su
liderazgo. Tiene problemas para modular el discurso opositor y encontrar
alianzas, ha perdido Cataluña en el necesario empeño de denunciar el dislate del
Estatuto y muestra en ocasiones la sensación de ir por detrás de los
acontecimientos, pero en conjunto mantiene intactas sus expectativas de voto y
aguanta la durísima y continua ofensiva que le plantea un Gobierno empeñado en
aislarlo políticamente y amplificar la dureza de sus negativas a secundar el
discurso rupturista de Zapatero, más perfilado como un líder radical a la
italiana que como un socialdemócrata europeo.
Este perfil ambiguo del presidente, ideológicamente sinuoso e inaprensible,
ofrece a la oposición dificultades para combatirlo con riqueza de matices y sin
caer en el esquematismo, y la encierra a veces en una rigidez excesiva de la que
sólo puede salir con propuestas constructivas que no siempre encuentra. El
escalón que el PP ha de subir cuanto antes es el que lleva de un partido que
denuncia con rigor los planes desquiciados de este Gobierno aventurerista a otro
que plantea un proyecto para sustituirlo, y en ese sentido la Convención de
Madrid ha dejado sobre la mesa interesantes iniciativas que pueden servir de
base a un programa. Si los cabezas de huevo de la calle Génova dan con tres o
cuatro ideas-fuerza capaces de ilusionar a los ciudadanos, el PSOE encontrará un
desafío que tendrá que afrontar sin los nacionalistas, interesados sólo en
aquello que sirva a sus intereses de debilitar el Estado.
De momento, hay partido en la doble acepción, metafórica y literal, de la frase.
Hay partido porque restan muchos minutos por jugar y el resultado está en el
aire. Y hay partido porque el de la oposición se está reorganizando como
alternativa. Eso sí: con este horizonte de desencuentros las mayorías absolutas
parecen una quimera, por lo que el futuro pertenece al que mejor sepa granjearse
aliados. Ése es el gran test del post-aznarismo, y Rajoy tiene las municipales
de 2007 como examen de selectividad para una candidatura triunfadora.