LA MESA DE LOS TRAMPOSOS

 

 

 Artículo de Ignacio Camacho en “ABC” del 10.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Dos escoltas sentados en el recibidor de Punto Radio indican que ya ha llegado Jaime Mayor Oreja, un hombre con la vida marcada por ETA. En sus diferentes despachos ha estado siempre una foto de grupo de los años setenta; todos los que aparecen en ella, salvo su primo Marcelino, han sido asesinados por los terroristas. La voz aterciopelada, acunadora y dulce de Mayor suena con la misma firmeza grave con que te mira desde sus ojos claros, impregnados como de una eterna tristeza. Sonríe con el gesto cansado del combatiente que se ha acostumbrado a vivir haciendo de su existencia una trinchera: «Ya estoy viejo, pero sigo teniendo las ideas claras».

«No me creo esta tregua como no creí la del 98, la tregua-trampa. No me creí que hubiésemos derrotado a los terroristas. ETA se repliega cuando aumentan las expectativas de sus reivindicaciones, eso es todo. Y ahora ve en el proyecto de Cataluña, en el proyecto de Zapatero contra la estructura constitucional, que puede avanzar en sus objetivos políticos. Le basta con hacer concesiones para trasladar la imagen de que el proceso va adelante. ¿Para qué va a matar, pues?».

«El objetivo de ETA es la autodeterminación, y sin autodeterminación no habrá paz. Si yo veo que ETA renuncia a la autodeterminación, vendré aquí y entonaré la palinodia. Pero nunca me he equivocado. No será un proceso largo, sino rápido. Primero Navarra, que la tendrán sin precio político, simplemente en cuanto cambie la actual mayoría. Después, la legalización de ETA a través de Batasuna. Y luego la autodeterminación en un proceso de referendos sucesivos, el objetivo común con el PNV. ETA no quiere la paz, quiere el poder, y eso no lo tendrá sin autodeterminación. Ésa es su hoja de ruta. La de Zapatero no lo sé bien cuál es, quizá una vendetta histórica, la segunda Transición, pasar a la Historia como el pacificador del País Vasco. Esas dos hojas de ruta coinciden en un momento dado: ahora es el Gobierno el que está haciendo el papel del PNV en 1998, en el pacto de Estella. Y se le va a ir de las manos».

«El Gobierno desea al PP cerca para anestesiar a la sociedad española, porque necesita que la euforia de la paz amortigüe el impacto de la autodeterminación. Por eso yo creo que nos tenemos que alejar, para precipitar el proceso, porque el PSOE no quiere asumir solo los riesgos. A mí la soledad no me asusta, he estado mucho tiempo solo en política, y sé que tu voz se vuelve importante. Este proceso es un diálogo entre el crimen y la mentira, una mesa de tramposos, y yo quiero estar lejos de los tramposos, aunque eso sea una rémora para afrontar las próximas elecciones. No sé si todos en mi partido dirían lo mismo, creo que no. Pero yo no quiero un partido para ganar las elecciones, quiero un PP que sirva para afrontar el escenario siguiente, que será el escenario de una España destruida o a punto de serlo. ¿Que la ruptura es una palabra que asusta? Bien, pues llámalo distancia, una distancia infinita y democrática... ya, ya sé que puedo parecer apocalíptico, pero nunca me he equivocado con ETA. Otros sí...».