LA ESPAÑA BALCÁNICA

 

 Artículo de Jaime CAMPMANY  en  “ABC” del 12/01/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Miran a España desde fuera y algunos observadores la ven en proceso o peligro de balcanización. El editorial de «The Wall Street Journal» resume ese peligro en su título y llama sin ambages ni eufemismos a esta España del siglo XXI, democrática y europea, con una denominación escalofriante: «La España balcánica».

Han bastado nueve meses de Gobierno Zapatero, insuficiente y débil en sus propios votos y cautivo hasta la insensatez de los votos separatistas, para llevar a España, desde una situación de pujanza económica, de normalidad política, de tratamiento eficaz del terrorismo y de respeto internacional, a esta otra situación amenazante de división en la que resulta posible encontrar escalofriantes semejanzas con el desastre de los países balcánicos.

El balance de estos nueve meses es alarmante. Hemos retirado nuestras tropas de Iraq con lo que hemos disgustado a Estados Unidos, nuestro aliado más poderoso. A continuación, Zapatero invitó a que siguieran su ejemplo los treinta y tantos o cuarenta países que mantienen allí sus tropas. Ni uno solo le hizo caso, y España corrió un ridículo universal. Propuso Zapatero solemnemente la famosa «alianza de civilizaciones» y se han sumado a la propuesta tres naciones irrelevantes en el concierto internacional: nuevo ridículo. Las propuestas legislativas que se le han ocurrido al Gobierno han logrado enemistarlo con la Iglesia Católica. Las iniciativas en materia económica, social o pedagógica, tuvieron que ser abandonadas por irrealizables o disparatadas. El derecho de soberanía supletoria sobre Gibraltar que España poseía desde el tratado de Utrech ha sido cedido en un tris sin contrapartida alguna. Ha tratado de que Marruecos controle la emigración ilegal, y ahora pateras y barcos salen de las costas marroquíes no sólo para cruzar el Estrecho, sino hacia las Islas Canarias. Zapatero quiere que seamos los primeros en aprobar por referéndum la Constitución europea. Nadie la ha explicado, pero hay que dar el «sí» porque así lo van a pedir algunos futbolistas.

Y todavía queda lo más grave. El lendakari Ibarreche le ha hecho un corte de mangas al Gobierno, aún más espectacular que el de Atucha al Tribunal Supremo, y ha aprobado su plan soberanista con los votos políticos de los etarras. Zapatero consiente que un grupo político minoritario y local anuncie que su voluntad está por encima de la de todo el pueblo español.

He escuchado a Ibarreche y a Anasagasti explicar así los votos batasunos: no son votos a favor del plan, porque fueron tres a favor y tres en contra. No explican, claro, que los tres a favor dieron al plan la mayoría necesaria, mientras que los tres en contra no servían para nada. O tan ilustres políticos son tontos de remate, o creen que los tontos de remate somos los españoles. Anuncian la convocatoria de un referéndum ilegal, y alardean de que leyes, tribunales, Constitución, Parlamento, Gobierno y presidente todo se lo pasan por el arco del triunfo. Señores pasajeros: «Abróchense los cinturones. Estamos llegando a los Balcanes».