PREFIERO QUE GANE ZETAPÉ

 

 Artículo de Alejandro Campoy en su blog “La Rosa Blanca” del 1-9-07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un breve comentario al final:

 

UN ESCENARIO POSIBLE, ¡QUE PENA!

 Luis Bouza-Brey,  5-9-07, 12:30

 

Tengo del individuo que se refugia en la Moncloa la peor de las opiniones posibles: le tengo por un iluminado peligroso y resentido, un sujeto a mitad de camino entre la megalomanía y una especie de onírica paranoia que le mueven a actuar con un desprecio temerario de la realidad, el sentido común y las circunstancias del momento. Y sin embargo creo que lo mejor que le puede ocurrir a España es que vuelva a ganar las elecciones generales.

Lo que me lleva a esta terrible conclusión es una mezcla de evidencias históricas y sospechas presentes: por lo que respecta a las primeras, a nadie se le escapa que ningún "statu quo" político, social, económico, moral y cultural de cualquier civilización, imperio, país o nación que se encuentra en proceso de descomposición ha conseguido resurgir si no es a través de un proceso de hundimiento y colapso totales que ha dado paso posteriormente a "otra cosa".

El caso arquetípico siempre ha sido el del Imperio Romano, pero me resulta mucho más esclarecedor, por su cercanía espacio-temporal, el caso de la Unión Soviética (sin dejar de lado el proceso de hundimiento más demoledor de todos los tiempos, el del III Reich alemán). Pues bien, el caso soviético es perfectamente ilustrativo de cómo desde dentro de un régimen resulta casi imposible detener un proceso de descomposición y hundimiento una vez que éste se ha iniciado. Eso fué lo que intentó, precisamente, Mihail Gorvachov, y su intento desencadenó el colapso final.

Esto mismo es lo que se plantea hoy en España, y que constituyen esas "sospechas presentes" a las que me refería en segundo lugar. El proceso de liquidación del orden constitucional de 1978 ya venía fraguándose desde bastante antes, pero ha sido el nefasto Zetapé el desencadenante final del mismo. Los principales responsables, como un cáncer imparable e intratable, han sido los nacionalismos periféricos, y con ellos han venido colaborando, por acción u omisión, todos los gobiernos de la democracia, desde Suarez hasta Aznar (lo de Zetapé es caso aparte).

Es muy posible que hasta hace poco los que aún creíamos posible salvar un orden que ha mostrado muchas más ventajas que inconvenientes, y que ciertamente necesitaba de un buen repaso, así en lo relativo a la reforma de la ley Electoral y de los partidos políticos, en la recuperación de competencias para el Gobierno central, sobre todo la educación, la sanidad y la justicia, y un sinfín de retoques de toda índole, tuviéramos aún razones para la esperanza, pero éstas han desaparecido tras este mes de agosto.

La incalificable falta de coraje político de UPN y de Miguel Sanz, las deleznables declaraciones sobre pactos postelectorales de Rajoy y sus coqueteos con Imaz y con ciertos sectores del catalanismo, el portazo de Rosa Díez y su incorporación a la utopía savateriana, el tremendo hartazgo de millones de ciudadanos ante una clase política incapaz de un proyecto ambicioso, valiente y claro de reforma constitucional para solucionar los problemas estructurales de fondo de la nación española hacen temer que ya sólo queda el camino de la inexorabilidad histórica, el del hundimiento.

Son muy loables todos los intentos que a última hora quieren salvar la nave que se hunde: admiro el valor con el que Ciudadanos de Cataluña ha incluído en su programa electoral la recuperación de la educación como una competencia estatal, rescatándola de las manos indecentes e inmorales de los gobiernos autonómicos; respeto a Rosa Díez y el proyecto en el que se ha embarcado, pero no tardará en verse plagado de desplazados de las listas electorales tanto del PP como del PSOE en busca de su pedazo cotidiano de carroña.

En el debe, la muerte definitiva de la "rebelión cívica" protagonizada por las víctimas del terrorismo, su hastío y desmoralización sin fin, la entrega definitiva del Foro de Ermua a la causa del PP, el linchamiento y "ejecución civil" perpetrada por el podrido y hediondo Enrique Sopena sobre Francisco José Alcaraz y toda su familia, la infamia, la villanía y la ceguera de una sociedad y de unos medios de comunicación privados ya de la más mínima capacidad de resistencia y de reacción.

Y aún quedan "analistas" que se preguntan jactanciosos: ¿donde están ahora los que pronosticaban la desintegración de España? Resulta triste comprobar como el recorrido temporal de tan "lúcidos y preclaros" columnistas no pasa de los cinco minutos inmediatamente anteriores a su instante presente a los cinco minutos inmediatamente posteriores al mismo. Tal debe ser también su recorrido mental. Pero me temo que ni siquiera habrán entendido lo anteriormente expuesto, así que les dejaré pensando en ello mientras concluyo que lo mejor que nos queda es que el proceso llegue a su término lo antes posible, para lo cual sin duda lo mejor es que Zetapé vuelva a ganar las próximas elecciones generales. Se trata de tocar fondo ya de una vez.

 

Breve comentario final:

 

UN ESCENARIO POSIBLE, ¡QUE PENA!

 Luis Bouza-Brey,  5-9-07, 12:30

 

 

Uno se resiste a pensar que la democracia no dispone de mecanismos para corregirse, y habría que irse a estudios de varios días a consultar la experiencia comparada de las crisis de los sistemas políticos. Y no hay tiempo: para uno es preferible utilizar la intuición y el sentido común, más algunos conocimientos dispersos, a fin de aventurar hipótesis sobre la crisis actual de nuestra democracia.

 

Y cabe la posibilidad de que el país no esté tan ciego y narcotizado como parece: no es posible que el proceso degenerativo no se perciba por una mayoría suficiente; no es posible que el nacionalismo periférico tenga blindada su autoridad y hegemonía; no es posible que la etiqueta de "izquierda" constituya una patente de corso para ocultar la patente perversión, corrupción y desgobierno del país; no es posible que la gran cantidad de lacayos comunicativos del poder bloquee  la percepción de la realidad social; no es posible que el socialismo y la libertad hayan sido borrados totalmente del PSOE; no es posible que algunos dirigentes del PP sean tan estúpidos como demuestran en los últimos días....

 

En fin, uno cree que todavía es posible regenerar antes del hundimiento total, pero la perspectiva de Campoy es necesario tenerla en cuenta como un escenario posible y algo probable. Por eso creo que el Nuevo Partido que está naciendo tiene un papel histórico consistente en evitar el hundimiento. Aunque también es posible que la perspectiva correcta sea tenerlo en cuenta como un instrumento para salir del desastre en un segundo momento de la crisis. Las dos perspectivas parecen verosímiles... Ustedes dirán.