BREVE CATÁLOGO DE "DISTRACCIONES Z, S.A."

 

 Artículo de Alejandro Campoy en su blog “La Rosa Banca” del 29-10-07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El punto de partida de cualquier diagnóstico es la localización precisa del foco infeccioso y la correcta definición de su naturaleza y funcionamiento. Hoy en España esto no requiere demasiados problemas; nos pueden bombardear con asuntos variados de segundo orden pero las mentes más despiertas tiene muy claro desde hace algún tiempo cuál es el origen y la causa de la patología nacional: España sólo tiene un único y exclusivo problema, un foco tumoral claramente identificado que se llama Z.

Ahora bien, el tumor siempre se caracteriza por enmascarase y no dar la cara como lo que es: una anomalía de efectos potencialmente letales que hay que extirpar quirúrjicamente de modo inmediato. Luego además habrá que aplicar quimioterapia y otras medidas profilácticas que garanticen la mejor curación posible. Pero incialmente, el tumor se esconde, y en el caso español lo hace desviando la atención pública sobre no-problemas, distracciones diversas y falsos síntomas que permiten al mortal engendro continuar su proliferación. Pasemos lista a algunos de estos falsos problemas y distracciones que el tumor utiliza para seguir enmascarado:

1.- Cuestionamiento del liderazgo en el PP. Se trata de una campaña iniciada en la línea de desvalorizar al actual líder del principal partido de la oposición haciendo creer al ingenuo ciudadano que está rodeado de una legión de eternos aspirantes a sucederle: se crean tramas sucesorias artificiales, se utilizan personajes más o menos ambiguos para fomentar la campaña (véase el suplemento de este domingo en "El País" dedicado casi en exclusiva a Rodrigo Rato) y, en general, se sitúa el discurso dominante sobre situaciones ficticias que rodean a este partido para evitar que la atención gire hacia el partido actualmente en el Gobierno.

2.- Señalamiento de unas víctimas propiciatorias, la COPE y El Mundo, a las que se hace aparecer como un gravísimo peligro para la convivencia nacional y sobre las que se lanza una terrible campaña de aplastamiento y muerte civil que consigue que el ciudadano adicto al chupete termine por ignorar definitivamente la existencia de ese tumor letal, el tumor Z, para desviar su atención hacia esos supuestos desestabilizadores.

3.- Puesta en escena de nuevos debates sobre temas muy tangenciales a la problemática española actual, situándolos como el centro de prioridades de una acción política que realmente evita la visualización del verdadero cáncer, que queda así oculto tras esos debates "transversales": el cambio climático, y si hiciera falta, cualquier polémica relacionada con la verdadera altitud de la cumbre del Everest, por ejemplo. El País, Público y demás comparsas se encargarían de convertir tal asunto en la principal causa de preocupación ciudadana de largo.

4.- Machacamiento de instituciones a las que se presenta como el gran obstáculo para el "avance" y "modernización" del país, como la Iglesia Católica, sobre la que se cargan culpas y responsabilidades alucinógenas para intentar que el ciudadano contento con su biberón confunda la verdadera naturaleza del foco infeccioso y actúe sobre otro lugar. El típico caso del dentista que se equivoca de muela y te arranca la sana y deja la cariada.

5.- Conjunción de todos estos elementos para establecer un triángulo de "enemigos del orden social y de la paz y estabilidad institucional", cuyos vértices son el PP, la Iglesia, y ciertos medios de comunicación, a los que se sataniza y se convierte sistemáticamente en producto de consumo para las masas lobotomizadas. Es, una vez más, la estrategia de la paranoia stalinista que se ve rodeado de enemigos por todas partes y comienza a acusar de "troskistas y enemigos de la revolución" hasta a los pobres "narodnikis" analfabetos.

De esta forma, el efecto que se consigue es el de mantener a millones de ciudadanos infatilizados hablando de lo que no es el verdadero problema; las charlas de barra de bar y las memeces que se dicen en torno a los botellones giran todas sobre temas tan "candentes" como la incapacidad de Rajoy, la maldad intrínseca de los "curas pederastas", la insoportable manipulación de la COPE y El Mundo sobre temas como el 11-M y otras monsergas, y por supuesto, el famosísimo cambio climático. Si a esto se le suma toda la "basura rosa" vomitada por las seis gárgolas de ámbito nacional, el panorama resultante es desolador.

Las víctimas de este proceso de disimulo y ocultación del tumor Z, el verdadero, letal, y único problema que tiene hoy España, quedan así incapacitadas para un análisis de la realidad lo suficientemente sereno y equilibrado; son alimentadas con slogans-tipo que ahorran la penosa tarea de pensar, buscar información, interpretarla en sus justos términos y tomar decisiones consecuentes.

La situación es, por tanto, dramática: sólo hay un cirujano disponible, el pueblo soberano cuando ejerza su derecho al voto. Si el cirujano no es capaz de descubrir el verdadero foco infeccioso, el verdadero tumor que amenaza las posibilidades de supervivencia del paciente "España", su intervención quirúrgica se realizará sobre otras zonas que en absoluto están enfermas y dejarán intacto el mortífero tumor.

Y a esto contribuyen todos los que de una forma u otra, y por razones muy diversas entre sí, colaboran con este catálogo de "Distracciones Z, S.A" lanzando sus disparos en direcciones equivocadas en un momento en el que o se extirpa la verdadera causa de la enfermedad o ésta entrará ya en una fase de metástasis irreversible para la que ya no habrá curación. Pero solicitar a todos los que se mueven por sus propios intereses que colaboren en la recuperación de la salud nacional parece hoy tarea imposible: siguen disparando en la dirección equivocada. La hora de la quimioterapia vendrá después, ahora es el momento de pasar por el quirófano.