LA HORA DE GUERRA

 

 Artículo de José María CARRASCAL en “La Razón” del 05.11.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

O se enmienda a fondo el nuevo estatuto catalán para ajustarlo a la Constitución o se le enmienda de mentirijillas dinamitando la Constitución

 

«La historia –decía Hegel en el único rasgo de humor que se le conoce– está gobernada por un geniecillo irónico». Es el que debe haber decidido que la hora de Alfonso Guerra no sonase cuando negociaba con Abril Martorell el rumbo de nuestra democracia, ni cuando era el «alter ego» de Felipe González, ni cuando infundía pavor a los suyos diciendo que el que se moviera no salía en la foto. No. La hora de Alfonso Guerra suena cuando, semirretirado y de vuelta de tantas cosas, el destino ha hecho caer sobre sus hombros la tarea de decidir si España sigue siendo lo que ha sido hasta ahora o se convierte en algo que aún no sabemos qué será, si es algo. Como presidente

de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra será el encargado de eliminar del

nuevo estatuto catalán lo que hay de anticonstitucional en él. Sostienen unos que nada. Dicen otros

que todo. Asegura el presidente del Gobierno que no tanto, y por ello es perfectamente factible hacer

las debidas enmiendas. Algo que muchos dudan pueda hacerse sin desvirtuar el texto aprobado por

el parlamento catalán. Y va a ser la comisión presidida por Alfonso Guerra quien tenga que decidirlo.

¿Cuál de esas posturas adoptará? ¿Se decidirá por meter el cuchillo a fondo o se contentará con un

simple «lifting»? ¿Se parecerá el texto definitivo más al viejo estatuto que al nuevo? Porque si es el

nuevo maquillado ya podemos ir diciendo aquello de «Adiós mi España querida» como en la canción del emigrante, que es lo que viene a decir ese estatuto en el espíritu y en la letra. Y tras él, no les quepa la menor duda de que vendrán una cascada de ellos en las demás comunidades. ¡Buenos somos los españoles para ser menos que los demás!

¿Qué va a hacer Alfonso Guerra? Como presidente de la Comisión su papel será decisivo. Y no

hay términos medios. O se enmienda a fondo el nuevo estatuto catalán para ajustarlo a la Constitución o se le enmienda de mentirijillas dinamitando la Constitución. Si se tratase de cualquier otro socialista, mi pesimismo sería inmenso. El PSOE es un partido de «aparatisk» que viven del partido, para el partido y con el partido. Incluso los Bonos y Rodríguez Ibarras, mucho ruido y pocas nueces. Alfonso Guerra es distinto. Políticamente nada tiene ya que perder apartándose de la línea oficial. Personalmente es un hombre de ideas claras. A estas alturas de la vida se encuentra ante su Rubicón. Puede quedarse en la orilla. O puede cruzarlo. No es una decisión fácil. Nunca lo son los Rubicones. Pero deciden la suerte de los líderes y el destino de los pueblos.