ABDICACIÓN DE RESPONSABILIDADES

 

 Artículo de José María Carrascal  en  “La Razón” del 28/11/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)


Si el presidente del Gobierno español no sabe si España es una nación, ¿puede extrañar que los catalanes quieran tener sus propios equipos nacionales? El escándalo en torno al hockey sobre patines no es consecuencia de un error, despiste o subidón de adrenalina. Es la consecuencia lógica de la dejadez del Gobierno ante el principal problema de nuestro país, a saber, su estructura como nación y Estado. O si lo quieren más preciso: de su abdicación de responsabilidades. Cuando un Gobierno cede a las comunidades que lo integran el derecho a autodefinirse y fijar sus relaciones con el conjunto; cuando se inhibe ante cada nueva acometida; cuando reduce su actividad a justificar cada concesión que hace a los secesionistas, lo normal es que éstos se crezcan y el margen del Estado se reduzca hasta el extremo de verse amenazado con quedar limitado a nada. Ante lo que no tiene más remedio que reaccionar, como ha hecho el español en Fresno. Pero entonces, la indignación de la otra parte no tiene límites, tan acostumbrada está a obtener lo que desea y tan borradas están las reglas de juego. El gobierno Zapatero empieza a ser víctima de su propio pecado: no haber establecido los límites de lo que pertenece al Estado y lo que pertenece a sus distintos elementos. Lo hizo para poder constituirse y poder gobernar. Pero ahora resulta que es lo que le impide hacerlo. Y a un gobierno se le puede disculpar todo menos que no gobierne.
   Yo no tendría nada contra una selección catalana de hockey sobre patines o de cualquier otro deporte si España fuese una nación como Francia, el Reino Unido o Estados Unidos, y todos los españoles aceptásemos serlo. Pero está visto que pese a nuestros avances en tantos terrenos, no hemos alcanzado esa madurez y esas selecciones no serían autonómicas. Serían selecciones nacionales, un paso más hacia Cataluña como Estado. Los golpes que estuvieron a punto de darse los directivos en Fresno no serían nada comparados con los que se darían los aficionados en caso de enfrentarse ambos equipos.
   En cuanto a la reacción de las partes contratantes, hay algo que no cuadra. Si Carod-Rovira clama a voz en grito que no apoyará la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos del 2012 y la requetevista doña María Teresa Fernández de la Vega nos asegura que los catalanes apoyan dicha candidatura, resulta que Carod-Rovira, como muchos sospechan, no es catalán. ¿Otra polémica a la vista? Todo es posible. Pero no se preocupen. Ya vendrá el lingüista Solana a salvar la situación. ¿No resolvió la del catalán y valenciano pese a no saber distinguir un adjetivo numeral de un partitivo? Aunque déjenme decirles una cosa: toda esta polémica no hará a Carod abandonar el gobierno catalán y su apoyo al de Madrid. Esa teta da demasiada leche para renunciar a ella por una selección. Ahora que, eso sí, dispónganse a oír sus alaridos de hincha ante el gol que no ha entrado.