ASIGNATURAS PENDIENTES

 

Todas las letras giradas alegremente por Zapatero se le presentan juntas al cobro

 

 Artículo de José María Carrascal en “La Razón” del 09.09.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Septiembre era, en mis ya más que lejanos días de estudiante, el mes del purgatorio, el momento de pagar las faltas, descuidos y holgazanerías

del curso anterior. No sé si lo seguirá siendo, pues he perdido la cuenta de los planes de estudio, pero para nuestro gobierno, septiembre se presenta con las características de antaño. Todas las letras giradas alegremente por Zapatero se le presentan juntas al cobro. La primera, la de E.ON. El intento de regalar la primera eléctrica española a los amigos y prestamistas le ha salido por la culata y ante la fi rme actitud alemana respaldada por Bruselas, el Gobierno ha tenido que pedir árnica y está dispuesto a tragarse sus atrabiliarias condiciones.

Algo parecido le ocurre con su política de inmigración, si política puede llamarse a no tener ninguna, excepto legalizar por las buenas a los ilegales. Resultado: estamos siendo invadidos por tierra, mar y aire, sin que el Gobierno sepa hacer otra cosa que lanzar palabras al viento y amenazar en vano.

Verán también lo que ocurre cuando empiece a llevarse a la práctica el nuevo estatuto catalán y sus competencias choquen con las estatales en los numerosos terrenos que se solapan. Los conflictos van a estar a la orden del día, aunque, conociendo su talante, me imagino que el Gobierno Zapatero las resolverá cediendo. Hasta que del Estado español no quede en Cataluña ni siquiera el residuo del que habla Maragall.

Pero eso no va a ser nada comparado con la deriva que está tomando el mal llamado «proceso de paz» en el País Vasco. Cuando Batasuna, ETA, las asociaciones de presos y el entero mundo abertzale exijan al gobierno que cumpla los compromisos que ha contraído con ellos o que creen ha contraído. Y el Gobierno, incluso queriendo, no puede hacerlo por prohibírselo la ley, la Constitución y el sentido común. Y esa gente no es como los catalanes, que se contentan con llevarse las mejores tajadas. Ya han visto a los etarras en la Audiencia.

Dejo en el tintero otros problemas, no menos graves, aunque no tan acuciantes.

Espero sólo que siga habiendo exámenes de febrero.