(FALSO) TERREMOTO EN ESPAÑA
Artículo de José María Carrascal en “ABC”
del 31 de enero de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
De repente,
la política española se ha puesto a temblar, como si sus entrañas crujieran. Se
plantea el tema de la cadena perpetua, antes tabú. El Prado trata de arrebatar
el «Guernica» al Reina Sofía. En educación, hasta
ahora un coladero donde lo importante era que chicos y chicas se divirtiesen, han entrado unas prisas enormes en que aprendan, e incluso
el PSOE está dispuesto a pactar con el PP planes más exigentes. Otro de los
dogmas, la edad de jubilación, que no hacía más que rebajarse hasta el punto de
haber jubilados con cincuenta y pocos años, la elevan de golpe y porrazo contra
el parecer de los sindicatos, que ya es decir. El gobierno -no se le van a
creer- anuncia un recorte de gastos. La energía nuclear, que sólo citarla le
traía a uno el sambenito de «carca», «facha» o «enemigo de la humanidad»,
vuelve al candelero, todavía no en forma de centrales, pero sí en el de
cementerios nucleares, pues hasta ahora éramos tan ricos y finos que
enterrábamos nuestros residuos radiactivos en Francia, contra pago,
naturalmente, con la sorpresa añadida de que no uno, ni dos ni tres pueblos
están dispuestos a albergarlos, sino que en pocos días son ya doce, dando la
impresión de que como se prolongue el plazo, serán docenas. Y si quisiéramos
llevar la cosa al terreno del humor, tendríamos nada menos al jacobino, con
toda la pinta de agnóstico y en algunos aspectos claramente anticlerical
presidente del Gobierno dispuesto a participar en un desayuno de oración,
aunque alguno me dirá que lo único que busca es desayunar con Obama. Pero algo rezará, ¿no?
¿Qué
pasa aquí? ¿Estamos asistiendo a un terremoto político, a un cambio total de
posiciones por parte del Gobierno sin que nosotros, todavía en la inercia de
cinco años viéndole no hacer otra cosa que ahondar en actitud de militante
izquierdista, de guerra sin cuartel a la derecha, de acabar de una vez y para
siempre con la España tradicional, con el viejo régimen, que persistía pese a
la transición, a la democracia, a la secularización de la sociedad española, a
su alza de nivel de vida y a la permisividad que se ha introducido en ella?
Tal vez
algunos lo vean así, que consideren esta nueva dinámica del Gobierno un volantazo. Puede que incluso oigamos una teoría al
respecto: en la fiebre viajera que últimamente le ha entrado a Zapatero, se ha
dado cuenta de lo equivocado que estaba, de que iban a lloverle bofetadas por
todas partes, como empezaba ya a ocurrirle. Así que, flexible como es, ha
cambiado de rumbo. Yo no soy tan optimista. Para mí, que ha visto las orejas al
lobo. Que, con un déficit del 11,4 por ciento del PIB y 4,3 millones de
parados, finalmente ha comprendido que la crisis es de verdad, y adopta la
vieja fórmula lapedusiana de cambiarlo todo para no
tener que cambiar nada. Porque éste personaje pertenece también a la vieja
España, incapaz de cambiar.