¡LEVÁNTATE Y ANDA!
Artículo de José María Carrascal en “ABC”
del 13 de junio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
¿Va Zapatero a hacer
caso a la figura más importante del socialismo español o va a seguir
remoloneando?
¿Es Zapatero
un cadáver político? El Zapatero que quería establecer un cordón sanitario en
torno al PP, el que hablaba de brotes verdes y aseguraba que el gasto social no
se tocaría, desde luego. Se suicidó al anunciar el ajuste más duro de la
democracia. Y lo han enterrado el Papa, Berlusconi y Felipe González, tres
personajes que él quería enterrar. Lo del Papa y Berlusconi no necesita
explicarse. Lo de Felipe González, en cambio, merece una reflexión. ¿A qué fue
FG a la fiesta-aniversario de los socialistas? Pues a recordar a su sucesor que
su ajuste es bueno, pero necesita ser más duro; que progresismo no es hablar
sólo de derechos, sino también de obligaciones; que para recibir un mejor
salario hay que trabajar más; o sea, fue a decirle que se olvide del buenismo que viene practicando, y ponga al PSOE al nivel de
los tiempos que corren, como él hizo cuando mandó a Marx a las bibliotecas,
ingresó en la OTAN y aceptó la economía de mercado. Pues en otro caso, no ya el
partido, sino España se va al garete. Y es que, desde que dejó la presidencia,
FG sólo se codea con los más ricos y poderosos, y sabe cómo funciona al mundo.
Dos
preguntas a ello. La primera: ¿Por qué ha tardado tanto tiempo FG en decir
estas cosas a ZP? ¿Por qué ha dejado que la situación se deteriorase hasta este
punto? Posiblemente, porque temía que no le hiciese caso, como no se lo hizo a
nadie, y prefirió ahorrarse el sofocón. Ahora, no quedaba otro remedio.
La
segunda pregunta: ¿va Zapatero a hacer caso a la figura más importante del
socialismo español o va a seguir remoloneando, como acostumbra? La respuesta a
esa pregunta la tendremos en la reforma laboral que nos presente. Será su
prueba de fuego. Si es auténtica, esa reforma significará tirar por la borda
cuanto ha dicho y hecho hasta ahora, dejar de ser el presidente de media España
contra la otra media, renunciar no solo a sus convicciones, sino también a sus
sentimientos, entonar el «adiós amigos, compañeros de mi vida», reconocer que
se había equivocado de medio a medio. Algo que nunca se hace fácilmente, menos,
con cincuenta años, sin capacidad de reinventarse. Ojo, pues, a esa reforma, no
vaya ser que, queriendo contentar a todos, ZP no contente a nadie.
Pero si
el cambio no es duro, profundo, radical, como se le pide, quien tendrá que ser
cambiado es él, algo que, hoy, sólo puede hacer su partido. De momento, el
partido le ha dicho que se levante de la tumba y se ponga a andar en dirección
opuesta a la que venía siguiendo.
Será
interesante contemplar el milagro. Si acontece, porque con ZP nada es seguro
hasta que ocurre. E incluso tras ocurrir. Este hombre es capaz de mentir
después de muerto.